Sr. Director: Hemos leído la carta de Palau et al1 sobre el uso de la amitriptilina para el tratamiento de la sialorrea aprovechando su efecto secundario anticolinérgico. En ella comentan que desecharon el uso de otros fármacos con actividad anticolinérgica, como la atropina, el glucopirrolato y la escopolamina, debido a su perfil de seguridad y la falta de experiencia en su manejo. Nos sorprende que no hayan considerado el empleo de la buscapina (N-butilbromuro de escopolamina), fármaco antiespasmolítico anticolinérgico de fácil acceso, de bajo precio, con un buen perfil de seguridad, disponible en presentaciones orales y parenterales, que está indicado en la práctica clínica habitual para los dolores de tipo cólico2. El N-butilbromuro de escopolamina es una medicación muy utilizada en la medicina paliativa por vía subcutánea, ya sea en bolo o en infusión continua, para el tratamiento de la sialorrea, de la tos húmeda no productiva en el paciente terminal y de los estertores del moribundo3,4.
En nuestra experiencia, los pacientes que presentan sialorrea como uno de los síntomas más frecuentes y causantes de malestar son los diagnosticados de esclerosis lateral amiotrófica con afección bulbar que se encuentran en fase terminal. En estos pacientes hemos obtenido buenos resultados en el control sintomático de la sialorrea utilizando buscapina en infusión continua subcutánea a dosis >= 60 mg/día.