Objetivo. Conocer si una estrategia de captación telefónica sobre la población mejora los resultados de cobertura vacunal de la gripe y determinar su efectividad en función del profesional que la realiza.
Diseño. Estudio experimental, prospectivo sin asignación aleatoria, con dos grupos de comparación: intervención (llamada telefónica) y control (ninguna llamada).
Emplazamiento. Centro de Salud (CS) urbano de 18.000 habitantes.
Participantes. Todas las personas de 60-64 años asignadas al CS (n = 893). Criterios de exclusión: no respuesta, haber recibido ya la vacuna.
Mediciones. Porcentaje de vacunados en los grupos de intervención y control; porcentaje de vacunados según el profesional que había llamado.
Resultados. Se vacunaron 327 personas (36,6%; intervalo de confianza [IC] del 95%, 33,5%-39,8%). Pertenecían al grupo de intervención telefónica 276 (40,3%; IC 95%: 36,6%-44%) y al de control 51 (24,5%; IC 95%: 18,7%-30,4%). La diferencia entre ambos grupos fue estadísticamente significativa a favor del grupo de intervención (p = 0,0000018) (tabla 1). En cuanto al éxito de la vacunación según llamara médico (M), enfermera (E) o administrativo (A), no existieron diferencias en la respuesta telefónica entre M y E (el 52% frente al 55%, p = 0,5). Al agrupar conjuntamente el personal sanitario (M y E, 54%) y comparar la efectividad de su consejo con el administrado por el A (38,5%), ésta fue significativamente superior para los profesionales sanitarios (p = 0,000035).
Discusión. En 2003 se introdujo en Cataluña la recomendación de la vacunación de la gripe a todas las personas de 60-64 años. Por este motivo se escogió a este grupo de edad para el estudio: era un colectivo sobre el que no se había realizado nunca una campaña de vacunación y resultaba más sencillo medir el grado de respuesta sin estar condicionado por otros factores. No fue posible efectuar una asignación aleatoria de los participantes a los grupos de comparación. Ello pudo condicionar la presencia de sesgos. No obstante, parece poco probable ya que nuestros resultados son consistentes con los de estudios ya publicados1-3 que utilizaron métodos de recordatorio similares: Larson et al4 doblaban la población inmunizada con el recordatorio por correo; Frank et al5 aumentaron la vacunación de un 17% antes de la intervención por correo a un 43% después, especialmente si se hacía un recordatorio telefónico después de enviar el correo; Kellerman et al1 también aumentaron el porcentaje de vacunación hasta un 57% en las mismas condiciones que Frank et al5. Respecto a las diferencias encontradas en la efectividad de la intervención según fuera realizada por el M, E o A, al igual que en el estudio de Nguyen-Van-Tam et al6, el recordatorio era más efectivo si lo realizaba uno de los miembros de la unidad básica asistencial (M o E). Es necesario incidir en la excelente predisposición de nuestros A, pero probablemente el personal sanitario posee más recursos para inducir una respuesta positiva entre sus pacientes. También cabe la posibilidad de que a los participantes les mereciera más credibilidad la intervención si quien les había llamado era su propio M/E.
En conclusión, en el presente trabajo los resultados obtenidos apoyan la intervención telefónica como un instrumento eficaz para aumentar la cobertura vacunal, sobre todo utilizada por personal sanitario. Sería necesaria la realización en nuestro medio de estudios con asignación aleatoria que pudieran confirmar con mayor fuerza este hecho.