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Vol. 18. Núm. 3.
Páginas 131-135 (julio 1996)
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Conocimiento de la utilización de prácticas preventivas a través de la encuesta telefónica
Finding out about the use of preventive practices through a telephone survey
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I. Berraondoa, ME. Alkizaa, I. Santacolomaa, A. Calvoa, V. Tapiza, A. Bergeraa, JM. Martíneza
a Centro de Salud de Billabona. Guipúzcoa.
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Objetivos. Determinar el conocimiento y utilización de las prácticas preventivas (citología cervical, mamografía y toma de presión arterial) mediante una encuesta telefónica.

Diseño. Estudio transversal.

Emplazamiento. Centro de Salud de Billabona (Guipúzcoa).

Participantes. Personas mayores de 15 años del área de cobertura del Centro de Salud.

Resultados principales. El tamaño de la muestra fue de 800 personas. La cobertura telefónica alcanzada fue del 80% y la tasa de respuesta del 86,09% (278 varones y 273 mujeres). El 76,5% de las mujeres refería haber oído hablar sobre la citología y el 80,2% sobre mamografía. Respecto a la toma de tensión arterial, el 87,5% de las personas se la había tomado en alguna ocasión.

Conclusiones. Tanto la citología cervical como la mamografía constituyen prácticas preventivas conocidas, aunque potencialmente mejorables, mientras que la toma de tensión arterial es una práctica muy extendida en todos los grupos de edad.

Objectives. To determine knowledge and use of preventive practices (cervical cytology, mammography and taking blood pressure) through a telephone survey.

Design. Crossover study.

Setting. Billabona Health Centre (Guipúzcoa).

Participants. People over 15 in the Health Centre's catchment area.

Main results. The sample size was 800 people. It reached 80% telephone coverage with a reply rate of 86.09% (278 men and 273 women). 76.5% of women stated they had heard of cervical cytology; and 80.2% mammography. 87.5% had had their blood pressure taken on some occasion.

Conclusions. Both cervical cytology and mammography are well-known preventive procedures, although they could always be improved, whereas taking blood pressure is a widespread practice in all age-groups.

Texto completo

Introducción

Las encuestas de salud constituyen un método útil en la evaluación de la utilización de servicios sanitarios y problemas de salud, permitiendo la toma de decisiones informada en el terreno de la planificación y la práctica asistencial. Entre los objetivos de las encuestas de salud se encuentran: describir las condiciones de vida relacionadas con la salud, analizar las tendencias de los problemas de salud, justificar la adopción de medidas preventivas, así como evaluar programas sanitarios, intervenciones médicas y la calidad de los servicios1.

Uno de los aspectos tratados en las últimas encuestas de salud2 es el conocimiento de prácticas preventivas como la mamografía, la citología cervical y la toma de presión arterial. Estos exámenes resultan trascendentales en la prevención de enfermedades como el cáncer y las cardiovasculares, siendo cada vez más aceptados por la población general. Suponen, además, una información de particular importancia para los equipos de atención primaria y para el programa de actividades de prevención y promoción de la salud (PAPPS)3.

Con el fin de conocer la utilización de dichas prácticas preventivas, su estudio, hábitos tóxicos (alcohol y tabaco), consumo de medicamentos y utilización de servicios sanitarios, durante 1993 se realizó una encuesta de salud en la población de nuestro centro. En este artículo se presentan los resultados correspondientes al conocimiento y utilización de las prácticas preventivas.

Material y métodos

El área de estudio elegida fue la población adscrita al Centro de Salud de Billabona (Guipúzcoa), que comprende 5 municipios, de características tanto urbanas como rurales, con un total de 9.723 habitantes.

La muestra estimada fue de 800 personas (de 0,05, precisión del 0,05, valor corregido en función de una cobertura telefónica esperada del 75% y una tasa de respuesta del 70%). Se realizó un muestreo aleatorio sistemático por estratos de edad y sexo a partir del Padrón Municipal correspondiente a 1991.

Los datos se obtuvieron mediante un cuestionario adaptado de la Encuesta Vasca de Salud de 1992 (ESCAV 92)2, a través de entrevistas telefónicas a personas mayores de 15 años4. Tres administrativas del Centro, previamente entrenadas, realizaron las entrevistas entre los meses de mayo y junio de 1993. La duración media prevista para la encuesta fue de 10 minutos. En el caso en el que el número de teléfono no figurase en el Padrón, se recurrió a la historia clínica informatizada del centro de salud, utilizándose sólo números de teléfono residenciales.

Se recogían datos sobre prácticas preventivas (toma de tensión arterial, práctica de citologías y mamografías en mujeres), hábitos de vida (consumo de tabaco y alcohol), utilización de servicios sanitarios, consumo de medicamentos, así como datos sociodemográficos.

Se consideró hipertenso a todo aquel que refería haber sido informado por su médico como hipertenso. El nivel socioeconómico se determinó mediante la ocupación o actividad del cabeza de familia según la clasificación inglesa modificada y adaptada a nuestro medio5. En el análisis estadístico los niveles socioeconómicos I, II y III se agruparon como nivel socioeconómico "alto", y los grupos IV y V como "bajo" para la comparación entre variables. Se excluyó del análisis el nivel VI por la heterogeneidad de su composición en nuestra muestra (formado por pensionistas, viudos, parados y religiosos).

El estudio estadístico consistió en el análisis descriptivo de los datos, comparando algunas variables mediante la prueba de la ji al cuadrado (la prueba exacta de Fisher se utilizó en los casos en que fue requerido). Los intervalos de confianza corresponden al 95% (IC del 95%).

Resultados

De la muestra inicial, en el 80% de los casos (n=640) pudo obtenerse el número de teléfono; la tasa de respuesta alcanzada fue del 86,09% (n=551). La distribución por sexo, edad, nivel socioeconómico y estudios realizados pueden observarse en la tabla 1.

Entre las 273 mujeres encuestadas, el 76,5% (IC: 71,1-81,2%) refería haber oído hablar de la citología y al 50,55% (IC: 44,6-56,5) se la habían practicado alguna vez. El 43,75% de las mujeres (IC: 37,9-49,6%) reseñaba habérsela realizado en los últimos 2 años. Por edades, en el grupo de mayor riesgo (de 25 a 64 años) este porcentaje se eleva al 65,4% (IC: 57,8-72,9%). No se observaron diferencias estadísticamente significativas al analizar la posible influencia del nivel socioeconómico en el conocimiento y realización de la citología en el grupo de edad de mayor riesgo, entre los niveles socioeconómicos alto y bajo (tabla 2).

Respecto a las mamografías, el 80,2% (IC: 75,5-84,9%) de las mujeres entrevistadas referían haber oído alguna vez hablar sobre esta exploración, mientras que el 32,23% (IC: 26,7-37,8%) se la había realizado en alguna ocasión. En el grupo de edad de mujeres entre 45 y 64 años, grupo superponible al que se dirige el cribado de cáncer de mama, el porcentaje de mujeres que en los últimos 2 años se había realizado alguna mamografía era de 56,8% (IC: 45,3-67,8%). Tampoco se demostró diferencia estadísticamente significativa alguna en el conocimiento y utilización de la mamografía en el análisis realizado entre los grupos socioeconómicos alto y bajo, en las mujeres de mayor riesgo (45-64 años) (tabla 2).

En cuanto a la tensión arterial, el 87,5% (IC: 84,7-90,3%) de las personas refiere haberse tomado en alguna ocasión la tensión arterial y el 79,3% (IC: 75,9-82,7%) en los últimos 2 años. En la tabla 3 puede verse la distribución por edad y sexo de este grupo de personas. El análisis realizado no demostró diferencias estadísticamente significativas en la toma de tensión arterial entre ambos sexos, en cada grupo de edad.

El número de personas que referían haber sido diagnosticadas de hipertensión arterial (HTA) fue de 125 (IC: 19,4-26,5%). En personas menores de 65 años el porcentaje es de 18,4% (IC 95%: 14,8-21,9%) y entre los mayores de 65 años este porcentaje se eleva al 46,5% (IC: 36,7-57,1%). El 93,5% de estas personas hipertensas (IC: 87,7-97,2%) se habían tomado la TA hacía menos de un año.

Discusión

La citología cervical constituye una práctica preventiva conocida entre las mujeres de nuestro medio, similar al del resto de mujeres de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) según los resultados obtenidos en la ESCAV-92 (74%). Sin embargo, datos encontrados en otros estudios realizados en EE.UU. revelan que en las poblaciones más desfavorecidas (mujeres latinas y de raza negra), sólo entre un 4,1% y un 15,1% nunca había oído hablar de la citología6,7. Hay que tener en cuenta que estos estudios están realizados en poblaciones donde, debido a la alta incidencia del cáncer de cérvix, están implantados programas de cribado, lo que conlleva a un mayor conocimiento y concienciación por parte de la población general.

Respecto a la realización de la citología, los estudios revisados obtienen cifras entre el 65% y el 99,7% de mujeres con al menos una citología practicada, cifras superiores a las de nuestro entorno. La realización de citologías en los grupos de edad con mayor riesgo (25-64 años), es superior a la observada en la ESCAV-92 (42%). Por otro lado, y al contrario de lo que cabría esperar, no existen diferencias entre los distintos niveles socioeconómicos, resultado que queda explicado por la presencia de una matrona y una ginecóloga en nuestro centro, lo que supone una mayor accesibilidad del servicio.

Respecto a la mamografía, su realización en los 2 últimos años entre las mujeres de riesgo es superior al resto de la CAV (56,8% en nuestro estudio versus 31% en mujeres entre los 50 y 65 años en la ESCAV-92. El formato del cuestionario utilizado impide valorar el conocimiento en el grupo de edad de mujeres entre 50 y 65 años, pero la inclusión de las mujeres entre 45 y 49 años de edad, no justifica la diferencia encontrada, que podría explicarse también por la mayor accesibilidad de nuestro centro.

La mamografía se revela como una técnica más conocida, probablemente debido a las campañas de divulgación realizadas desde la administración como consecuencia de la alta incidencia del cáncer de mama en nuestro medio (46,3 * 100.000)8. Además, actualmente es el método de mayor fiabilidad diagnóstica en la patología mamaria y de fácil realización; es por ello el primero que se debe realizar como método de control de la población sana.

La HTA es junto con la hipercolesterolemia y el tabaquismo, uno de los tres principales factores de riesgo de la cardiopatía isquémica y el principal factor de riesgo de los accidentes cerebrovasculares. Los estudios sobre HTA realizados en España sugieren que la prevalencia de la misma, tomando como referencia valores iguales o superiores a 140 y/o 90 mmHg de TAS y TAD respectivamente, en la población de 20 a 65 años, es de al menos el 20%9, aunque a partir de los 65 años se produce un incremento de su prevalencia, que se estima entre un 30% y un 50%, según las series publicadas10. En otro estudio recientemente realizado en la CAV11 se estimaba una prevalencia del 28% en la población general. Estos datos nos indican que nuestra población se encuentra en los niveles de prevalencia similares a los de su entorno.

Por otro lado, la HTA ha alcanzado un enorme grado de popularidad en los últimos años, tanto entre los profesionales sanitarios, como entre la población general, debido a las campañas de divulgación de las diferentes instituciones sanitarias y la publicación de un consenso para su control. La alta prevalencia junto con la disponibilidad, inocuidad, comodidad y bajo coste del método, hacen de la toma de tensión arterial una práctica preventiva muy extendida.

Entre las posibles limitaciones del estudio, podría considerarse que al tratarse de una encuesta telefónica, la pérdida de un 20% de la información, debida a la falta de respuesta de las personas que carecían de teléfono, podría constituir un sesgo, dado que este 20% de falta de cobertura podría corresponder a las clases sociales menos privilegiadas. Sin embargo, en vista de los resultados y la comparación con otros estudios, pensamos que la accesibilidad a los centros de salud y a las prácticas preventivas son los determinantes de los resultados, independientemente de la categoría social. Además, el cálculo del tamaño de la muestra se realizó bajo la previsión de un 30% de tasa de no respuestas, previsión que finalmente no fue alcanzada.

A la vista de los resultados se puede concluir que:

 

1. Se requieren mayores esfuerzos para extender el conocimiento y realización de citologías y mamografías, sobre todo de estas últimas, en un entorno donde la incidencia del cáncer de mama es elevada.

2. La toma de la tensión arterial es una práctica suficientemente conocida y practicada, por lo que el esfuerzo debe ir dirigido al control de la hipertensión.

Agradecimientos

A las administrativas del Centro de Salud de Billabona por la colaboración prestada en la realización de la encuesta.

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Barrena M, Galán T, Redondo J, Undabeitia A, Olaskoaga A, Ibáñez F et al..
Evaluación de la población hipertensa atendida en el Centro de Salud de Rekalde-Berri..
Gac Sanit Bilbao, 90 (1993), pp. 111-140
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