Objetivo. Evaluar los conocimientos de los médicos de atención primaria (AP) españoles sobre inmigración en tres dimensiones: a) sociocultural; b) preventiva, y c) asistencial clínica1,2.
Diseño. Estudio observacional, transversal, mediante cuestionario anónimo y autoimplementable.
Emplazamiento. Centros de AP de las 17 comunidades autónomas de España.
Participantes. Participaron 1.363 médicos.
Mediciones. El cuestionario constaba de 10 ítems, cada uno de ellos con 3 respuestas categóricas. Las preguntas se agruparon según la dimensión explorada en: a) conocimientos sobre aspectos socioculturales de la inmigración (4 preguntas); b) conocimientos sobre actividades preventivas y de salud pública (3 preguntas), y c) conocimientos sobre enfermedades importadas (3 preguntas). Se consideró que los conocimientos sobre una dimensión eran adecuados si más del 50% de los encuestados respondían correctamente a 2 o más de las preguntas, aceptables si más del 60% de ellos respondían sólo a una, y mejorables si más del 20% no contestaba correctamente ninguna.
Se consideró un cuestionario aprobado si se contestaba correctamente 6 ítems. Representantes del laboratorio Stada entregaron los cuestionarios a partir del 1 de marzo de 2005, y se recogieron entre el 10 y el 20 del mismo mes. Para el análisis bivariable de variables categóricas se utilizó la prueba de la χ2, y para el análisis multivariable de variables cualitativas ordinales, la prueba de Kruskal-Wallis.
Resultados principales. Se recibieron 1.449 encuestas de las que se validaron para el análisis 1.363 (94,1%); 645 (47,3%) eran varones y 718 (52,7%), mujeres. La media de edad fue 39,7 ± 6,2 años; 121 (8,9%), menores de 30 años; 564 (41,4%), de 31-40; 658 (48,6%) de 41-50, y 16 (1,1%), mayores de 50; 980 (71,9%) trabajaban en ámbito urbano y 383 (28,1%), en el rural.
Aprobaron 900 (66%) profesionales. Los resultados obtenidos por dimensiones se muestran en la tabla 1. Los médicos de AP mostraron unos conocimientos adecuados en las dimensiones de actividades preventivas y en enfermedades importadas. Los resultados obtenidos en la dimensión de aspectos socioculturales fueron aceptables, y hubo diferencias significativas en la puntuación en comparación con las otras dos (p < 0,001). El análisis multivariable no halló diferencias significativas en relación con edad, sexo o ámbito del ejercicio profesional.
Discusión y conclusiones. Los médicos de AP han recibido de pleno las consecuencias de la inmigración sin una formación específica durante el pregrado o la residencia. Debido a ello, tanto sociedades científicas como instituciones y empresas de provisión sanitaria han organizado e impartido cursos sobre inmigración en un intento de paliar la situación. En un escenario de provisionalidad se podría haber priorizado los conocimientos técnicos de medicina preventiva y enfermedades importadas sobre los psicosociales, lo que explicaría las peores puntuaciones obtenidas para dicha dimensión en el conjunto de la población estudiada. Hay trabajos coincidentes: Weissman et al3 destacaban los déficit transculturales de los MIR de medicina familar de tercer año; el 41% de ellos refería haber recibido insuficientes conocimientos: durante la residencia. Otros trabajos son convergentes con esta idea y proponen soluciones como reforzar los conocimientos de salud comunitaria4, redefinir el papel de enfermería5 o incluir habilidades de comunicación médico-paciente en el pregrado6. Cualquiera que sea la solución mejor adaptada a nuestra realidad, existe un elemento común en todos los estudios citados: desarrollar habilidades específicas aplicables en entornos con alta densidad de inmigración durante los estudios universitarios y, especialmente, durante el período de residencia.
En conclusión, los médicos de AP posiblemente tienen un déficit de conocimientos en temas sociosanitarios, culturales y comunicativos por lo que a la atención a los inmigrantes se refiere, mientras que los conocimientos sobre medicina preventiva y actividades asistenciales parecen adecuados en su conjunto.
Conflicto de intereses: los autores declaran que Laboratorios STADA, S.A., colaboró en la edición, distribución y recogida de los cuestionarios. No obstante, no identifican ningún conflicto de interés