Conocer el perfil sociosanitario de los pacientes mayores atendidos en consultas; conocer las acciones preventivas que se llevan a cabo, de forma rutinaria, en hospitales, residencias geriátricas y otros centros asistenciales en España.
DiseñoEstudio descriptivo transversal, basado en un cuestionario a médicos que atienden a población mayor de 65años en España (2013).
EmplazamientoCentros de diferentes comunidades autónomas en España.
Participantes: Un total de 420 médicos de hospitales, residencias y otros centros. Se obtuvieron datos de 840 consultas a pacientes geriátricos.
Mediciones principalesVariables principales de resultados: dependencia, comorbilidad, motivo de consulta, actuación en consulta y recomendación de estilos de vida saludable. Factor asociado, tipo de institución en la que se atendió al paciente. Análisis de prevalencias y diferencias con Chi-cuadrado.
ResultadosEl 66,7% presentaban dependencia, siendo mayor entre las mujeres: 68,9% vs 62,4% (p=0,055). El 88,6% de mujeres atendidas con 85 o más años presentaban comorbilidad, mientras que en hombres de ese mismo grupo de edad eran un 79,8%. Solo un 6,6% de pacientes con comorbilidad recibieron recomendaciones saludables durante la consulta. El 79,6% de pacientes atendidos en hospitales recibieron recomendaciones de estilo de vida saludable, mientras que en las residencias geriátricas las recibieron el 59,62% de los pacientes (p<0,001).
ConclusionesSe detecta una escasa acción preventiva y de promoción de la salud hacia las personas mayores, con diferencias entre hospitales y residencias geriátricas. Parece necesario incentivar la actitud promotora de salud y las intervenciones preventivas en la práctica clínica gerontológica.
To establish the profile of elderly patients, and to assess current preventive actions in hospitals, geriatric residences, and different health-care centres in Spain.
DesignCross-sectional descriptive study, based on a questionnaire to be answered by doctors who treat the elderly population in Spain (2013).
SettingHealth-care centres from different regions of Spain.
ParticipantsA total of 420 practitioners from hospitals, residences and other community centres, with data from 840 geriatric clinics.
Main measurementsMain outcome variables are: dependence, reason for assistance, comorbidity, professional consultation, and life style recommendations. Association factor, type of institution where patients have been attended. Analysis of prevalence and association using Chi-squared test.
OutcomesTwo-thirds (66.7%) of the study population were shown to be dependent, with a higher percentage among women than men: 68.9% vs. 62.4% (P=.055). It was also found that among the population aged 85 or more, 88.6% of the women and 85.2% of the men suffered comorbidity. In spite of these results, only 6.6% of the patients suffering comorbidity received additional advice concerning healthy-lifestyle. A large majority (79.6%) of the patients treated in hospitals received advice concerning healthy lifestyle, while 59.62% of those treated in nursing homes received it (P<.001).
ConclusionsIt was observed that there is a lack of preventive action related to health promotion among the elderly, with differences between hospitals and geriatric residences. This suggests that it is time to put forward new specialised programs addressed to health professionals, in order to reinforce health promotion attitudes and preventive interventions in gerontology clinical practice.
La prevención y la promoción de la salud en las personas mayores son tan importantes como en la población joven: mejoran la calidad de vida, reducen la morbimortalidad y deben considerar aspectos como la comorbilidad, la polifarmacia o la edad avanzada1.
Los profesionales de la salud que atienden a personas mayores se enfrentan a pacientes con situaciones de dependencia, comorbilidad y fragilidad. La proporción de personas con fragilidad es mayor en España que en otros países del norte de Europa2. La dependencia afecta al 34,4% de las personas mayores en nuestro país3, y su reducción depende en gran medida de las estrategias de prevención4.
La comorbilidad aumenta con la edad y está presente en un amplio número de las personas de 65años y más, tal y como muestran estudios en nuestro país5 y en otros, como el Reino Unido6. En un estudio realizado en España7 se observó una ratio del 95% en población mayor; por ello las intervenciones sobre el deterioro funcional en adultos mayores deben considerar un conjunto múltiple de factores relacionados con la edad8. Una de las demandas principales en consultas son las complicaciones de las enfermedades crónicas, que influyen también en la calidad de vida, los reingresos hospitalarios y la dependencia9. La fragilidad está fuertemente asociada al uso de servicios sociosanitarios10, por lo que médicos y el resto de personal sanitario juegan un papel importante en la implementación de intervenciones preventivas que reduzcan todos estos problemas y los aborden de forma global.
La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, junto con otras sociedades científicas, han consensuado un documento11 con las principales recomendaciones sanitarias para prevenir la dependencia en los mayores. El desarrollo de nuevos programas preventivos dirigidos a los mayores puede mejorar sustancialmente su calidad de vida12, puede tener efectos positivos sobre su adherencia terapéutica, así como beneficios para la familia y los profesionales que los atienden13. La promoción de la salud en este colectivo debe constituir un proceso que les capacite para un mayor control sobre su salud14.
Nicholas15 afirma que actualmente es el mejor momento de la historia para llevar a cabo estrategias de prevención y promoción de la salud hacia las personas mayores, por varias razones; comparada con otras cohortes, los mayores de 65 en la actualidad están mejor informados y son más proactivos y receptivos a las medidas de prevención.
Los objetivos de este estudio son conocer el perfil sociosanitario de los pacientes mayores atendidos en consultas y conocer las acciones preventivas que se llevan a cabo, de forma rutinaria, en hospitales, residencias geriátricas y otros centros asistenciales en España.
Material y métodosEstudio descriptivo, transversal, mediante cuestionario estructurado, basado en las 2 últimas consultas atendidas por cualquier motivo por el geriatra. Se pasaron las encuestas a 580 profesionales médicos que realizan atención geriátrica. Participaron en el estudio 420 geriatras, o médicos que realizan atención geriátrica en diferentes tipos de centros sanitarios, mayoritariamente en hospitales (45%) y residencias para mayores (43,7%). Se obtuvieron datos de un total de 840 consultas (378 realizadas en hospitales, 367 en residencias geriátricas y 95 en otros centros, que incluyen centros de salud, centros de día, consultas privadas).
La base de datos para la selección de los médicos participantes fue facilitada por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. Para el muestreo se ha considerado que en España hay alrededor de 7.800.000 personas mayores de 65años, y un total de 1.560 médicos involucrados en la atención geriátrica asociados a la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. Se asumió una tasa de no respuestas del 20-25%, un error muestral del 3,5% aproximadamente y un nivel de confianza del 95%. El resultado obtenido es de 840 cuestionarios válidos, remitidos por 420 médicos que realizan atención geriátrica.
Variables principales: situación de dependencia; presencia o ausencia de comorbilidad; principal motivo de consulta (enfermedades cardiovasculares, respiratorias, neuropsiquiátricas, osteoarticulares, diabetes, dolor, otras); enfermedades de base (cardiovasculares, respiratorias, endocrinas, neuropsiquiátricas, reuma-traumatológicas, oncológicas, renales-urológicas, otras), actuación frente a la patología de base (ninguna, tratamiento médico y/o quirúrgico, traslado a hospital, tratamiento y recomendaciones de estilo de vida saludable, reevaluación y ajuste del tratamiento) y, por último, la recomendación de estilos de vida saludable. En caso afirmativo, se solicitó especificar si estas fueron medidas dietéticas, ejercicio físico regular y/o prevención de hábitos tóxicos.
Variables secundarias: edad, estado civil (casados, frente a viudos/solteros/otros), relativas al perfil de los pacientes mayores.
Como factor de asociación se ha tomado el tipo de institución en la que se atendió a los pacientes (hospital o residencia geriátrica), con independencia del sistema de salud público o privado.
El análisis de datos se ha realizado a través del programa SPSS v19. Se ha calculado la prevalencia de comorbilidad y de dependencia, según sexo y grupos de edad, así como la asociación entre edad-dependencia y edad-comorbilidad, entre situación personal y dependencia, y entre estado civil y comorbilidad. Se ha estimado una confianza del 95%, y como medida de asociación se ha utilizado la prueba del Chi-cuadrado.
Para conocer el tipo de intervenciones preventivas que se llevan a cabo en los centros se ha calculado la distribución de frecuencias del tipo de consultas realizadas y la asociación entre tipos de centro y recomendaciones de estilo de vida.
ResultadosSe obtuvieron datos de 840 consultas en total, donde se atendió a personas mayores. El 66,7% de la población estudiada presentaba dependencia, siendo mayor entre las mujeres: 68,9% vs 62,4% (p=0,055). Se observaron diferencias en la distribución de la dependencia según la edad: en los pacientes menores de 85años la dependencia fue del 60,3%, mientras que en los de esta edad y mayores fue del 72,6% (p<0,001). También se observaron diferencias según el estado civil: entre los casados, el 60,5% eran dependientes, mientras que de los no casados lo eran el 69,5% (p=0,01).
Los motivos de consulta más frecuentes fueron: procesos neuropsiquiátricos (19%), afecciones respiratorias (16,4%) y cardiovasculares (11,1%). En los hombres, el principal motivo de consulta fueron las afecciones respiratorias (21,3%); en las mujeres, los problemas neuropsiquiátricos (20,7%). Los principales motivos de consulta fueron diferentes entre los pacientes de 65 a 74años, los de 75 a 84años y los de 85 y mayores (tabla 1).
Frecuencia y porcentaje de los grupos de patologías como principal motivo de consulta, según grupos de edad y sexo
Sexo y edad | n | Cardiovascular | Respiratorias | Neuropsiquiátricas | Osteoarticulares | Diabetes | Dolor | Cáncer | Otros |
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Hombres | |||||||||
65 a 74 años | 35 | 2 (7,5%) | 7 (20%) | 2 (5,7%) | 3 (8,6%) | 3 (8,6%) | 10 (28,6%) | 0 (0%) | 8 (22,9%) |
75 a 84 años | 115 | 15 (13,0%) | 22 (19,1%) | 22 (19,1%) | 8 (7%) | 2 (1,7%) | 7 (6,1%) | 4 (3,5%) | 35 (30,4%) |
85 y mayores | 143 | 19 (13,3%) | 33 (23,1%) | 24 (16,8%) | 6 (4,2%) | 23 (1,4%) | 4 (2,8%) | 6 (4,2%) | 49(34,3%) |
Mujeres | |||||||||
65 a 74 años | 32 | 4 (12,5%) | 3 (9,4%) | 7 (21,9%) | 5 (15,6%) | 1 (3,1%) | 1 (3,1%) | 1 (3,1%) | 10 (31,3%) |
75 a 84 años | |||||||||
85 a 84 años | 209 | 22 (10,5%) | 23 (21,5%) | 49 (34,4%) | 28 (13,4%) | 15 (11%) | 17 (8,1%) | 0 (0%) | 55 (26,3%) |
85 y mayores | 289 | 26 (9%) | 48 (16,6%) | 54 (18,7%) | 31 (10,7%) | 4 (1,4%) | 10 (3,5%) | 3 (1,0%) | 113 (39,1%) |
El 88,6% de las mujeres y el 79,8% de los hombres con 85años o más presentaban comorbilidad (p=0,019). No se observaron diferencias significativas (p=0,93) entre la presencia de comorbilidad y su situación personal. Las patologías de base más frecuentes fueron: afecciones neuropsiquiátricas (27,1%), cardiovasculares (25,8%), reumatológicas-traumatológicas (12,9%) y respiratorias (11,8%).
Respecto a la actuación de los profesionales en consulta frente a la patología de base, se ha observado que el 83,9% de las consultas fueron de carácter terapéutico, y solo en el 8,8% de ellas se adoptaron acciones preventivas. No se observan en general diferencias significativas entre hospitales y residencias geriátricas. La actuación más frecuente de los profesionales fue el tratamiento medicoquirúrgico (tabla 2), en cuyo caso sí se ha observado una diferencia significativa entre la actuación en hospitales (63,2%) vs residencias (78,7%) (p<0,01).
Actuación médica frente a la patología de base, según su distribución por hospitales versus residencias geriátricas
Actuación frente a patología base | Hospital (n=378) | IC 95% | Residencia (n=367) | IC 95% | p |
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Ninguna | 31 (8,2%) | (5,4-10,9) | 23 (6,3%) | (3,8-8,7) | 0,044 |
Tratamiento médico y/o quirúrgico | 239 (63,2%) | (58,3-68,0) | 289 (78,7%) | (74,5-82,8) | < 0,01 |
Tratamiento y recomendaciones estilo vida | 11 (2,9%) | (1,2-4,6) | 18 (4,9%) | (2,6-7,1) | 0,159 |
Consejo y recomendaciones estilo vida | 14 (3,7%) | (1,8-5,6) | 10 (2,7%) | (1,0-4,3) | 0,449 |
Reevaluación y ajuste de tratamiento | 75 (19,8%) | (15,7-23,8) | 25 (6,8%) | (4,2-9,3) | < 0,01 |
Las recomendaciones dietéticas, atendiendo a la comorbilidad, fueron del 76,9% a las mujeres y del 73,4% a los hombres (p=0,635); las recomendaciones sobre hábitos de vida saludables fueron del 70,3% a las mujeres y del 78,7% a los hombres (p=0,272). Las recomendaciones sobre ejercicio físico regular y prevención de hábitos tóxicos fueron las menos frecuentes, tanto en hombres como en mujeres. La gran mayoría de pacientes mayores con patología de base no recibieron recomendaciones sobre estilo de vida saludable (tabla 3).
Pacientes que han recibido recomendaciones de estilo de vida saludable, según su patología de base
Patología de base | Frecuencia | % (IC 95%) |
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Cardiovasculares | 199/217 | 91,7 (88,0-95,3) |
Respiratorias | 93/99 | 93,9 (89,1-98,6) |
Endocrinas | 64/73 | 87,7 (80,1-95,2) |
Neuropsiquiátricas | 219/228 | 96,1 (93,6-98,6) |
Reuma-traumatológicas | 104/108 | 96,3 (92,7-99,8) |
Oncológicas | 28/33 | 84,8 (72,5-97,0) |
Renales-urológicas | 20/22 | 90,9 (78,8-102,9) |
Otras | 39/40 | 97,5 (92,6-102,3) |
Tras el análisis comparativo por centros no se ha observado asociación entre el tipo de centro asistencial y las recomendaciones de los médicos. Tanto en residencias como en hospitales se ofrecieron con mayor frecuencia las medidas dietéticas, con respecto a la prevención de hábitos tóxicos o la promoción de ejercicio físico. Se observaron diferencias significativas sobre la recomendación de ejercicio físico regular en hospitales con respecto a las residencias (p=0,009) (tabla 4).
Asociación entre tipo de centro asistencial y recomendaciones médicas sobre estilo de vida saludable
En hospitales (n=301) | En residencias (n=217) | ||||||
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Recomendaciones | Frecuencia | % | IC 95% | Frecuencia | % | IC 95% | p |
Medidas dietéticas | 210 | 69,8 | (64,6-74,9) | 149 | 68,7 | (62,5-74,8) | 0,788 |
Ejercicio físico regular | 131 | 43,5 | (37,9-49,1) | 70 | 32,3 | (26,0-38,5) | 0,009 |
Prevención hábitos tóxicos | 119 | 39,5 | (33,9-45,0) | 103 | 47,5 | (40,8-54,1) | 0,619 |
En el estudio hemos observado que el perfil de pacientes atendidos en consulta era de personas dependientes, y que la situación de dependencia es más frecuente entre mujeres y en el grupo de edad ≥85años, con un perfil similar al que se ha descrito en otros países, como Francia16 o Brasil17.
Se han detectado diferencias en la distribución de dependencia según el estado civil de los pacientes. Un estudio en Portugal18 ha mostrado que el estado civil es uno de los factores —junto con la edad, el lugar de residencia, los recursos de vivienda o los ingresos familiares— asociados al grado de dependencia de los mayores. Por otro lado, Chen et al.19 observaron que los casados y físicamente activos mostraban mejores indicadores en salud que los solteros/viudos y los inactivos, lo que refuerza nuestros resultados.
Respecto a lo observado de que las mujeres acudieron a consulta principalmente por procesos neuropsiquiátricos y los hombres por afecciones respiratorias, otros autores afirman que el perfil de pacientes en consultas geriátricas es mayoritariamente de mujeres, sin deterioro cognitivo y con enfermedades crónicas no transmisibles: neuropsiquiátricas, cardiovasculares, neoplásicas y osteoarticulares20.
Se ha evidenciado que los médicos hacen escasas recomendaciones sobre acciones preventivas y estilos de vida saludable dirigidas a este colectivo, ya que la atención que recibieron los pacientes estaba centrada en el tratamiento medicoquirúrgico. Otros autores21 han detectado que en un 72% de las consultas los médicos residentes no llevan a cabo ninguna intervención preventiva. No obstante, existen actualmente programas de prevención con gran éxito en los centros especializados de atención a mayores (CEAM)22 que proponen un modelo de prevención gerontológica integral y novedoso. Sin embargo, es clave el papel de los profesionales sanitarios en la prevención, no solo en los centros especializados, sino en cualquier consulta con atención a mayores.
Es más frecuente ofrecer medidas dietéticas que recomendaciones sobre prevención de hábitos tóxicos o actividad física regular. Harris et al.23 han tenido resultados similares en Australia; en Alemania, sin embargo, según la experiencia de los propios médicos en un estudio del 201424, solo un 49% de ellos sintió que su consejo había sido efectivo.
Desde hace unos años a nivel europeo se recomienda que las estrategias de promoción de la salud consideren la situación particular de los mayores, fomentando tanto el mantenimiento de buenos hábitos nutricionales como de actividad física regular25. En España, desde el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad se promovió en 2013 una campaña especialmente dirigida a la población mayor: «Hábitos saludables en mayores de 50años y enfermos crónicos»26, si bien, estas estrategias de promoción de salud deberían hacerse presentes en la atención geriátrica habitual y en cualquier tipo de centro sanitario, algo que está aún lejos del ideal.
Es necesario señalar también la importancia del consejo sobre hábitos tóxicos y consumo excesivo de alcohol en este colectivo. En el estudio europeo VINTAGE27, señalan que los factores para el éxito en la prevención son, entre otros, el empoderamiento de los profesionales, la participación activa y directa de los pacientes en programas de prevención, y la colaboración de instituciones gubernamentales y académicas en esta línea. En nuestro estudio la prevención sobre hábitos tóxicos en mayores está presente en menos de un 50% de las consultas tanto en el medio hospitalario como en residencias.
Por otra parte, hemos observado asociación entre el tipo de centro asistencial y las recomendaciones de los médicos únicamente respecto a ejercicio físico regular: los pacientes recibieron con más frecuencia recomendaciones de esta conducta en los hospitales que en las residencias geriátricas. No hemos encontrado literatura acerca de las diferencias en la actitud terapéutica preventiva entre hospitales y residencias geriátricas, pero sí diferencias en la actitud para ofrecer recomendaciones saludables entre distintos profesionales de la salud24. Las ventajas de las intervenciones preventivas sobre la salud de las personas mayores, especialmente sobre su estilo de vida, están ampliamente descritas28; algunos autores afirman que este tipo de intervenciones reducen las consecuencias y problemas de la vejez, convirtiéndola en una etapa de la vida confortable y placentera29.
Respecto a las limitaciones del estudio, la valoración de la dependencia y la comorbilidad a través del cuestionario creado ad hoc para el estudio, y no de otras escalas de valoración de dependencia funcional e índices de comorbilidad, podría suponer un sesgo metodológico. Sin embargo, el cuestionario utilizado ha permitido recabar la mayor parte de información relativa a la actitud terapéutica de los profesionales y la atención preventiva al paciente mayor en el menor tiempo posible, y ha permitido una participación de 420 profesionales de la salud.
Es posible que, ante la pregunta sobre si hicieron recomendaciones saludables o no durante la consulta, las respuestas estén sesgadas por la «intencionalidad» de los profesionales. No obstante, se minimiza al analizar los resultados de la «actuación frente al motivo de consulta», así como las «especificaciones de las recomendaciones saludables» del cuestionario.
Otra limitación se debe al grupo al que está dirigido el cuestionario, ya que, además de los médicos, otros profesionales de la salud también atienden a los pacientes y no han sido incluidos. Sin embargo, el estudio recoge datos sobre las actitudes promotoras de salud, y tanto del sector público como privado, así como de diversos tipos de centros asistenciales. Los resultados se asemejan a los de otros estudios24, en los que se analiza el punto de vista de los médicos así como su experiencia en los consejos de prevención.
Sería necesario conocer en profundidad las actitudes preventivas entre los distintos profesionales y centros, así como avanzar en la propuesta de programas que incentiven la promoción de la salud en la práctica clínica gerontológica. Se ha encontrado que la promoción de la salud está correlacionada positivamente con el concepto de salud de los pacientes, autocontrol y nivel educativo en personas mayores30. Actuar con responsabilidad sobre la salud es esencial cuando esta se debilita, y tiene especial importancia durante la vejez, lo que ya están aplicando muchas residencias de ancianos de larga duración en sus estrategias de prevención31.
En algunos hospitales de Europa se han iniciado programas con intervenciones multidisciplinares preventivas para reducir el declive funcional de los pacientes mayores con comorbilidad32. Tomando las palabras de Foroushani: «es imposible prevenir la vejez, pero no la mala vejez»29.
Compartimos la idea de que el futuro de los cuidados y la atención a los mayores precisa de la creación de redes entre los diversos centros geriátricos para obtener resultados que ayuden a comprender la realidad asistencial de los mayores, así como del impulso de la investigación en gerontología y geriatría33. Los mejores resultados en salud y calidad de vida en la vejez solo serán posibles con una estrategia duradera de promoción de la salud.
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La dependencia y la comorbilidad afectan a un gran número de personas mayores en nuestro país, lo que las hace más vulnerables y frágiles.
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Su reducción depende en gran medida de las estrategias de prevención.
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Se detecta una limitada actuación preventiva y consejo sobre estilos de vida saludable a la población mayor española, tanto en hospitales como en residencias geriátricas y en otros centros sanitarios.
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Las estrategias de promoción de la salud dirigidas a personas mayores no forman parte de la rutina habitual en las consultas médicas; sin embargo, son un pilar esencial en la atención sanitaria a esta población.
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Las estrategias de promoción de la salud en estos pacientes deberían potenciarse de forma prioritaria.
No se ha recibido beca ni financiación alguna para la realización de este trabajo de investigación.
Conflicto de interesesNo existe conflicto de intereses por ninguna de las partes participantes.
A la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, por su colaboración en la recogida de datos. Al Dr. David Martínez Hernández, por su inestimable colaboración.