Sres. Directores: Hemos leído con interés el trabajo de Garrido Cruz et al1, publicado recientemente en esta revista, acerca de la derivación de los pacientes a un servicio de urgencia hospitalaria (SUH). Quisiéramos añadir algunos datos que pudieran complementar dicho trabajo.
Durante el mes de abril de 1997, realizamos un estudio sobre derivación de pacientes al SUH del Hospital de Móstoles, para conocer las características demográficas y los motivos de derivación e ingreso. Se incluyeron todos los pacientes remitidos por un facultativo mayores de 14 años y cuya procedencia fuese el área básica de salud correspondiente (Área VIII de Madrid), con ámbitos urbano y rural. Se excluyeron los enviados a traumatología, obstetricia y ginecología, pediatría y los pertenecientes a otras áreas sanitarias. Los datos referentes a procedencia, sexo, edad, diagnóstico y destino final se obtuvieron al revisar todos los informes de urgencias de ese mes. Los diagnósticos se agruparon según síntomas y síndromes. La significación estadística de las diferencias para la comparación de proporciones se valoró mediante el test de ji-cuadrado para las variables cualitativas y la t de Student para las cuantitativas.
Se registraron 266 pacientes, que supusieron el 10,07% de los atendidos ese mes (porcentaje similar al encontrado en otros estudios)1,2, 204 remitidos desde el medio urbano y 62 de rural. No detectamos diferencias estadísticamente significativas en cuanto a edad, sexo, ni porcentaje de derivaciones entre los medios rural y urbano. Llama la atención que un 2% de los urbanos se remitieron al SUH para realizar pruebas diagnósticas. También destaca que ciertos facultativos sean «hiperremitidores» en relación con el resto de sus compañeros (afortunadamente una minoría), hecho que no ha sido estudiado por no ser objetivo del estudio. En nuestro trabajo, como en el de Garrido et al, el dolor abdominal, dolor torácico, la disnea y los procesos neurológicos (ACVA, cefalea, convulsiones), fueron los motivos más frecuentes de derivación. También fueron remitidos en mayor proporción desde el área rural los dolores torácico y abdominal, con diferencia significativa (p<0,01). En cuanto al destino, sólo ingresaron un 17,95% de los enfermos, con un mayor porcentaje de ingresados en el grupo rural (p<0,001), como en el trabajo previamente mencionado.
Nuestras conclusiones fueron similares a las de Garrido et al en cuanto al mayor número de derivaciones desde el medio rural y al superior porcentaje de ingresos. También, y avalado por el hecho de que algunos facultativos resultasen «hiperremitidores» y el porcentaje de enfermos enviados para la realización de pruebas, creemos que un elevado número de derivaciones son debidas a una pobre capacidad de resolución y a un intento de «saltarse la lista de espera». También coincidimos con otros autores en que el gran porcentaje de altas puede deberse al elevado grado de inadecuación1-4. Por otro lado, algunos enfermos refieren ser enviados desde el área básica de salud sin informe de derivación, actitud que no hemos registrado, pero que invita a la reflexión.