metricas
covid
Buscar en
Atención Primaria
Toda la web
Inicio Atención Primaria El debate de la hipercolesteremia
Información de la revista
Vol. 20. Núm. 5.
Páginas 271-273 (septiembre 1997)
Compartir
Compartir
Más opciones de artículo
Vol. 20. Núm. 5.
Páginas 271-273 (septiembre 1997)
Acceso a texto completo
El debate de la hipercolesteremia
The debate on Hypercholesterolaemia
Visitas
2206
J. Gérvasa, M. Pérez Fernándeza
a Equipo CESCA. Madrid.
Este artículo ha recibido
Información del artículo
Texto completo
Bibliografía
Estadísticas
Texto completo

Sres. Directores: Es importante que se establezca un debate acerca del tratamiento de las hiperlipemias, tal como propone una excelente editorial en AtenciÓn Primaria1, que coincide en la causa, pero no en el enfoque, con un artículo reciente en una revista norteamericana2, donde también se discuten las diferencias entre los «expertos». Este problema generó en su día un artículo muy original, pero poco citado, que deja en mal lugar a dichos «expertos»3. En nuestra opinión la discusión debe ir a la raíz de la cuestión; es decir, a contestar la pregunta básica: «Pero, ¿es eficaz la prevención primaria de la patología coronaria a través del tratamiento de la hiperlipemia?»4-6

Creemos que la respuesta es no. Pensamos que no hay fundamento científico que justifique el tratamiento de la hiperlipemia para la prevención primaria de la patología coronaria en general, y menos en el caso particular de los países mediterráneos. Los argumentos para esta respuesta negativa y a contracorriente, fundada en la evidencia científica publicada en las mejores revistas del mundo, son:

 

1. No conocemos la historia natural de las coronariopatías, por lo que difícilmente podemos modificarla sin riesgo; sabemos que la inflamación y los macrófagos desempeñan un importante papel en la evolución de la placa de ateroma7, lo que explica que el ácido acetilsalicílico ejerza su acción a través de un doble mecanismo, antiagregante y antiinflamatorio8. Así, los varones con valores altos de proteína C reactiva tiene mayor probabilidad de infarto de miocardio9. Incluso con cifras altas de colesteremia, los valores bajos de proteína C reactiva y de fibrinógeno se asocian a menor o nula incidencia de infartos de miocardio10. Por supuesto, se discute el papel de determinados virus y bacterias en la aterosclerosis y las coronariopatías11,12, lo que no extrañará a los clínicos que han visto transformarse la úlcera péptica de enfermedad psicosomática a enfermedad infecciosa. Tratar de disminuir las cifras de lipidemia en todos los pacientes hiperlipidémicos, sin considerar otros parámetros biológicos y/o patológicos, parece en cualquier caso mala práctica clínica, como tratar a todos los pacientes febriles con antibióticos o a todos los anémicos con hierro8.

 

2. Los valores bajos de colesteremia se asocian a patologías específicas y graves (hay asociación, no causalidad, como entre los valores altos y las coronariopatías). Por ejemplo, la disminución de las cifras de colesteremia se asocian a mayor incidencia de ictus, sobre todo en los pacientes hipertensos13,14. Además, los valores bajos de colesteremia, y su disminución, se asocian a un aumento de la incidencia de suicidios en varones15. Y, en las mujeres, la disminución de la colesteremia se asocia a depresión posparto16. Así, no es de extrañar que en todos los ensayos clínicos realizados para valorar la eficacia de los fármacos hipolipemiantes en la prevención primaria de las coronariopatías haya aumentado la mortalidad global6,17,18. Sólo en un ensayo clínico, en varones escoceses de 45-64 años, disminuyó la mortalidad19.

 

3. Generalmente se ha medido como resultado de las dietas y fármacos hipolipemiantes la disminución de la hiperlipemia, un resultado intermedio. La medición del resultado intermedio aumentó un 300% la mortalidad de los pacientes infartados tratados con lidocaína... aunque disminuyeron las paradas por fibrilación ventricular; lo que es peor, la historia se sigue repitiendo con otros antiarrítmicos20. Y con los antagonistas del calcio en la hipertensión, que también aumentan la mortalidad21. ¿Hasta cuándo nos vamos a fiar de los resultados intermedios? Las dietas reducen el colesterol, pero no la mortalidad22. Los fármacos bajan el colesterol, pero no la mortalidad6,17,18. Su peligrosidad se une a su coste y a la alarma social que se ha creado sobre «el colesterol». Ya nadie cree que comer un huevo diario es saludable, aunque lo sea23. ¿Cuánto tardaremos en llegar a la locura norteamericana de anunciar el agua mineral como «sin colesterol»?

 

4. A los mismos valores de colesteremia, la mortalidad por coronariopatía es mucho menor en los países mediterráneos, comparados con los nórdicos y los de América del Norte24. Ello hace inservibles la tablas de Framingham en los países mediterráneos25. Lo que es peor, con ellas en la mano se puede calcular, si fueran aplicables, que la reducción permanente de las cifras de hipercolesteremia en un 3-20% conllevaría entre 3 días y 3 meses más de vida, si no hay otros factores de riesgo26. Lo lógico, siendo agresivo, sería aplicar las tablas de Sheffield27, traducidas al castellano28 y publicadas, incluso, en el suplemento de salud de El Mundo29; con ellas se gradúa la intervención según colesteremia, edad, sexo, tabaquismo, diabetes, hipertensión e hipertrofia ventricular izquierda; ¿serán ignoradas, como todas la publicaciones que introducen racionalidad en el debate del «colesterol»? En cualquier caso, la prevención primaria de la hiperlipemia no tiene éxito ni en mujeres30,31, ni en niños32, ni en ancianos1,2,6,17,18. Hay otras intervenciones mucho más eficaces33,34, como aconsejar dejar de fumar, que se abandonan en aras de un peligroso intervencionismo6.

Como conclusión, sí al debate sobre el colesterol, pero un debate radical, desde el principio, desde la duda de la eficacia de las dietas y de los medicamentos.

Bibliografía
[1]
Val A, Vilaseca J, Vives A..
El porqué del debate en la detección de la hipercolesteremia..
Aten Primaria, 19 (1997), pp. 157-158
[2]
Pennachio D, Atkins D, Garber AM..
When experts disagree: the cholesterol standoff..
Patient Care, 30(20) (1996), pp. 62-91
[3]
Antoñanzas A, Castillo M, Esteban MC, Estebanell MP, García-Pellicer MP, Ostale MA..
Diferencias de criterio entre cinco consensos sobre colesterol..
MEDIFAM, 2 (1992), pp. 85-90
[4]
Gérvas J, Pérez-Fernández MP..
Rentabilidad de los tratamientos farmacológicos hipolipemiantes..
Med Clin (Barc), 107 (1996), pp. 43
[5]
Gérvas J, Pérez-Fernández MP..
Sobre la detección de la hipercolesteremia..
Aten Primaria, 17 (1996), pp. 231
[6]
Las hiperlipemias y la prevención primaria de la cardiopatía isquémica. Med Clin (Barc) 1997 (en prensa).
[7]
Kreisberg R..
Cholesterol lowering and coronary atherosclerosis: good news and bad news..
Am J Med, 101 (1996), pp. 455-458
[8]
Maseri A..
Inflammation, atherosclerosis and ischemic events. Exploring the hidden side of the Moon..
N Engl J Med, 336 (1997), pp. 1014-1016
[9]
Ridker PM, Cusman M, Stampfer MJ, Tracy RP, Hennekens CH..
Inflammation, aspirin and the risk of cardiovascular disease in apparently healthy men..
N Engl J Med, 336 (1997), pp. 973-979
[10]
Thompson SG, Kienast J, Pyke SD.M, Loo JCW..
Hemostatic factors and the risk of myocardial infarction or sudden death in patients with angina pectoris..
N Engl J Med, 332 (1995), pp. 635-641
[11]
Are all diseases infectious? Ann Intern Med 1996; 125: 844-851.
[12]
Does atherosclerosis have an infectious etiology? Circulation 1996; 94: 872-873.
[13]
Law RM, Thompson SG, Wald NJ..
Assessing possible hazards of reducing serum cholesterol..
BMJ, 308 (1994), pp. 373-379
[14]
Havel RJ, Raparort E..
Management of primary hyperlipidemia..
N Engl J Med, 332 (1995), pp. 1491-1498
[15]
Zureik M, Courbon D, Ducimetière P..
Serum cholesterol concentration and death from suicide in men: Paris prospective study I..
BMJ, 313 (1996), pp. 649-651
[16]
Ploekinger B, Dantendorfer K, Ulm M, Baischer W, Derfler K, Musalek M et al..
Rapid decrease of serum cholesterol concentration and postpartum depression..
BMJ, 313 (1996), pp. 664
[17]
Smith GD, Song F, Sheldom TA..
Cholesterol lowering and mortality: the importance of considering initial level of risk..
BMJ, 306 (1993), pp. 1367-1373
[18]
Cholesterol treatment: a review of the clinical trials evidence. GAO Publications No. GAO/PEMD-96-7. Washington: United States General Accounting Office, 1996.
[19]
Shephard J, Cobbe SM, Ford I, Isles CG, Lorimer AQ.R, MacFarlane PW et al..
Prevention of coronary heart disease with pravastatin in men with hypercholesterolemia..
N Engl J Med, 333 (1995), pp. 1301-1307
[20]
Hennekens C, Albert CM, Godfriend SL, Gaziano JM, Buring JE..
Adjuntive therapy of acute myocardial infarction. Evidence from clinical trials..
N Engl J Med, 335 (1996), pp. 1660-1667
[21]
Psaty BM, Smith NL, Siscovick DS, Koespsell TD, Weissw NS, Heckbert SR et al..
Health outcomes associated with antyhipertensive therapies used as first-line agents..
JAMA, 277 (1997), pp. 739-735
[22]
Rosser W..
Advising patients about low-fat diets..
Can Fam Physician, 39 (1993), pp. 75-80
[23]
Dieta mediterránea. Clín Rural 1997; 38-47.
[24]
Verschuren WM.M, Jacobs DR, Boemberg BP.M, Krimhout D, Menotti A, Aravanis Ch et al..
Serum total cholesterol and long-term coronary heart diseases in different cultures. Twenty-five years follow-up of the seven countries study..
JAMA, 274 (1995), pp. 131-136
[25]
Marchioli R, Bomba E, Tognoni G..
Sheffield risk and treatment table for cholesterol lowering in prevention of coronary heart disease..
Lancet, 347 (1996), pp. 467-468
[26]
Taylor WC, Pass TM, Shepard DS, Komaroff AL..
Cholesterol reduction and life expectancy: a model incorporating multiple risk factors..
Ann Intern Med, 106 (1987), pp. 605-614
[27]
Haq IU, Jackson PR, Yeo WW, Ramsay LE..
Sheffield risk and treatment table for cholesterol lowering for primary prevention of coronary heart disease..
Lancet, 346 (1995), pp. 1467-1471
[28]
Haq IU, Jackson PR, Yeo WW, Ramsay LE..
Tabla de riesgo y tratamiento de Sheffield para el descenso del colesterol en la prevención primaria de la cardiopatía isquémica..
Lancet, 28 (1996), pp. 273-277
[29]
La tabla de Sheffield. El Mundo, 18 enero 1996, Supl. Salud nº 185: S4-S5.
[30]
Rich-Edwards JW, Manson JE, Henneken CH, Buring JE..
The primary prevention of coronary heart disease in women..
N Engl J Med, 332 (1995), pp. 1758-1766
[31]
Buchwald H, Campos CT, Boen JR..
Gender-based mortality follow-up from the program on the surgical control of the hyperlipemias (POSCH) and meta-analysis of lipid intervention trials: women in POSCH and other trials..
Ann Surg, 224 (1996), pp. 486-500
[32]
Palomo L, Prieto L..
Relaciones entre la hipercolesteremia de la infancia y el riesgo cardiovascular en el adulto. Niveles de detección e intervención..
MEDIFAN, 6 (1996), pp. 321-332
[33]
Strategies for reducing coronary risk factors in primary care: which is most cost-effective? BMJ 1995; 310: 1.109-1.112.
[34]
Arins AL, Browner WS..
Lowering risk without lowering cholesterol: implications for national cholesterol policy..
Ann Intern Med, 125 (1996), pp. 502-506
Opciones de artículo
es en pt

¿Es usted profesional sanitario apto para prescribir o dispensar medicamentos?

Are you a health professional able to prescribe or dispense drugs?

Você é um profissional de saúde habilitado a prescrever ou dispensar medicamentos