Sr. Director: El abordaje que hacen los médicos de los pacientes y sus problemas está influido por el modelo conceptual alrededor del cual se organiza su conocimiento1. Así, un mismo problema puede ser percibido de forma muy diferente por un especialista biomédico tradicional y por un médico de familia (MF) con visión biopsicosocial (BPS) (tabla 1). Los MF tienen que pensar y actuar antes de disponer de toda la información biomédica teóricamente necesaria, pero tienen mucha información BPS, lo que les permite enfrentar problemas de salud mal definidos y enfermedades en sus primeros estadios de evolución.
En economía se ha estudiado la paradoja de la asimetría de información a través del análisis del mercado de los productos defectuosos2,3. El vendedor de un automóvil de segunda mano (los coches de mala calidad son conocidos como lemons, «limones», en Estados Unidos) sabe, mucho mejor que el comprador, su estado real. La consecuencia a la que llega el comprador es que hay automóviles de buena y de mala calidad, y esto lleva a que se vendan más coches de baja calidad con un precio de salida menor. En el caso extremo, los automóviles defectuosos expulsarán del mercado de segunda mano a los automóviles de mayor calidad. El nivel de información que tienen los distintos agentes distorsiona el mercado e impide su correcto funcionamiento, lo que origina un proceso de selección adversa.
El sistema sanitario, en el ámbito profesional, funciona como un mercado de información asimétrica: el MF que trabaja con un modelo BPS llega a tener mucha más información relevante de su paciente que el médico hospitalario que trabaja con un modelo biomédico. El trabajo del médico hospitalario es fundamental y es adecuado que enfatice su marco biomédico al afrontar problemas graves seleccionados por el MF, pero en la práctica, esta situación de mercado con información asimétrica origina fallos en las tomas de decisiones (tabla 1). El especialista hospitalario ve la enfermedad; el MF la ve, pero en su contexto. Para hacer un juicio clínico es preciso usar un modelo multisistémico que integre los distintos ámbitos de la enfermedad del paciente y permita la selección adecuada del camino por donde podría ir el tratamiento. Un médico con visión biomédica se concentrará en los niveles más bajos posibles de la organización sistémica (células, órganos), mientras que un médico con enfoque BPS se centrará en los niveles más altos posibles de la organización sistémica (familia, comunidad)4,5.
El factor que puede corregir los «fallos» en las tomas de decisiones del sistema sanitario es la medicina de familia. Las autoridades sanitarias deben favorecer que el MF con visión BSP ejerza un papel más fuerte en el sistema. Aunque no estamos en 1970 y la medicina de familia no se siente ya como un catalizador de cambio social, sino como la parte desheredada del sistema, el modelo BPS proporciona un marco apasionante para corregir los fallos del mercado sanitario y favorecer acciones relevantes en el mundo real de la asistencia médica5,6.