La hipertensión arterial (HTA) es una de las patologías crónicas y factores de riesgo más prevalentes en atención primaria1. Las visitas de control con medición periódica de la presión arterial (PA) suponen una buena parte de la actividad asistencial programada en los centros de salud2, siendo los valores concretos de las cifras tensionales las que determinan decisiones importantes a la hora de clasificar (buen o mal control) y tratar (cambio o no de escalón terapéutico) a estos pacientes3.
Sin embargo, a pesar de ser sobradamente conocida y difundida la importancia de una precisa y cuidadosa medición de la PA4, la práctica clínica habitual nos conduce a pensar que esta necesaria rigurosidad en la medición no siempre se cumple.
Objetivo. Analizar la precisión con que se realizan las determinaciones de la PA en las consultas de atención primaria.
Diseño. Estudio observacional retrospectivo.
Emplazamiento. Once áreas básicas de salud (ABS) correspondientes a la Dirección de Atención Primaria de Tarragona-Valls.
Participantes. Estudiamos una muestra aleatoria representativa de 440 pacientes diagnosticados de HTA.
Mediciones principales. En todos los casos se tomó como referencia la última cifra de PA registrada en la historia clínica. Teniendo en cuenta que la lectura visual de la PA con manómetro de mercurio permite una precisión (óptima y recomendable) de 2 mmHg, clasificamos las cifras de PA según su terminación par, redondeada al cero y redondeada al 5. El análisis estadístico se realizó mediante comparación de proporciones (prueba de conformidad) considerando diferencias significativas (DS) si p < 0,05.
Resultados. Globalmente, el 77,3% de todas las cifras tensionales habían sido redondeadas en cero y el 15,9% en 5, existiendo una amplia y significativa diferencia (p < 0,0001) respecto a las proporciones teóricas esperadas (tabla 1).
Discusión y conclusiones. A la vista de los resultados debemos destacar la gran imprecisión con que se registran las cifras tensionales (93,2% terminadas en cero o en 5). Estos resultados ponen de manifiesto un bajísimo nivel de calidad de la atención primaria de salud en este tema, que debería ser sustancialmente mejorado, ya que en la actualidad comporta problemas en relación con múltiples aspectos clinicoepidemiológicos como, por ejemplo, la exactitud del diagnóstico y la clasificación de la PA, la medida de la efectividad del tratamiento y la valoración del grado de control.