Aunque existe un gran interés sociosanitario sobre la epidemiología de las intoxicaciones agudas (IA), los estudios españoles existentes abarcan únicamente las IA atendidas en los hospitales1-5, incluso en aquellos en los que su título hace referencia al área de salud2-5, asumiéndose en general que todos los pacientes intoxicados irán al hospital.
Objetivo. Conocer el perfil epidemiológico global de las IA.
Diseño. Estudio prospectivo entre octubre 1998 y marzo de 1999, de las IA atendidas en todos los niveles asistenciales de un área de salud. Asimismo se recogieron las autopsias forenses realizadas en dicho período con diagnóstico de IA.
Emplazamiento. Área de Salud de la Isla de La Palma (Canarias), con una población de 81.507 habitantes. Los centros estudiados fueron el Hospital General (nivel II), 2 servicios normales de urgencias, 4 puntos de atención continuada (PAC) y una ambulancia medicalizada.
Participantes. Como criterio de inclusión se usó la exposición al tóxico referida por el paciente o acompañantes, sintomatología clínica compatible y/o confirmación analítica. Se excluyeron las toxiinfecciones alimentarias y dentro de las drogas se incluyó el alcohol.
Resultados. Se recogieron 147 casos, el 0,18% de las urgencias atendidas, con una incidencia de 22,2 IA/106 habitantes/año, y una edad media de 27,5 años (DE, 18,2). Un 75,5% fue atendido en urgencias extrahospitalarias y el resto directamente en el hospital (fig. 1). La intencionalidad y el grupo de tóxico se muestran igualmente en la figura 1.
Figura 1. Lugar de asistencia inicial, tipo de tóxico e intencionalidad. AM: ambulancia medicalizada; PAC: punto de atención continuada, y SNU: servicio normal de urgencias.
El alcohol ocupó el primer lugar en el total de las intoxicaciones por drogas (97,3%). Las intoxicaciones farmacológicas fueron fundamentalmente autolíticas (76%), con predominio del sexo femenino (2:1), y los grupos farmacológicos principales correspondieron a benzodiacepinas (40,3%), AINE (15,4%), antipsicóticos (9,7%) y antidepresivos (6,5%). En los productos agrícolas un 88,8% se debió a anticolinesterásicos, y en los cáusticos el tóxico fundamental fue la lejía (87,5%).
El 58% de las IA ocurrieron en el fin de semana, a expensas de las voluntarias no suicidas (70%), permaneciendo los casos accidentales y autolíticos constantes. Presentaba antecedente psiquiátrico el 19,7% de las IA, que llegaba al 75,9% (p < 0,05) cuando se consideraba aislado el sexo femenino, al 45,7% cuando se tenía en cuenta la finalidad autolítica y al 80% en las IA por fármacos (p < 0,05).
Un 80,2% de los intoxicados recibió algún tratamiento: antídotos (57,1%), lavado gástrico y carbón activado (23%). El 85,1% de las IA por drogas se trataron con piridoxima (81,1%) y tiamina (10,8%). En las IA farmacológicas se utilizó fundamentalmente la extracción digestiva (56%), neutralización con carbón activado (54%) y antídotos intravenosos flumazenilo (28%) y naloxona (12%). En las IA agrícolas se usó extracción digestiva y carbón en el 44,4%. No fue posible recoger el intervalo asistencial ni la cantidad de producto ingerida. De las IA atendidas en el medio extrahospitalario, fue dado de alta el 58,5%. La mortalidad de la serie fue nula.
Diseño y conclusiones. Los estudios españoles sobre IA presentan una fuerte variabilidad (inclusión o no de población pediátrica y de la intoxicación etílica como IA, intervalo temporal y ámbito de atención sanitaria) que hace difícil comparar las diferentes series y cuantificar la incidencia real de la IA. Según nuestros datos, con este trabajo cuantificamos por primera vez en España la incidencia global de la IA en un área de salud.
A pesar de incluir todos los niveles asistenciales, llama la atención la baja incidencia de IA y su escasa repercusión en el global de urgencias atendidas. Esto puede ser debido a la población estudiada, eminentemente rural, a hábitos sociales y culturales o el período de estudio. Sólo la serie de Mairata3 en Mallorca (25 IA/106 habitantes) se aproxima a la nuestra, aunque en ella se consideraban únicamente las intoxicaciones por fármacos4.
Las características demográficas, de los tóxicos implicados y antecedentes psiquiátricos prácticamente coinciden con las de otras series1-5. No obstante, existe una mayor frecuencia de intoxicados por productos agrícolas, como ya habíamos constatado6. En cuanto al tratamiento de las IA, llama la atención el excesivo uso de la piridoxima y la tiamina como falsos antídotos de la intoxicación etílica aguda.
Creemos que para un mejor conocimiento de la realidad española de la intoxicación aguda es necesario promover no sólo estudios multicéntricos, sino también incluir todos los niveles asistenciales en un sentido amplio: servicios de información toxicológica, médicos forenses, puntos de atención continuada, servicios normales de urgencias y servicios de emergencias prehospitalarias. Aunque los intoxicados graves acaban siendo atendidos en el hospital, la atención primaria posee un enorme papel en la atención inicial de las IA, y puede propiciar la adopción de medidas preventivas en determinados pacientes intoxicados, quizás sin trascendencia clínica, pero sí desde el punto de vista sociosanitario.