Después de leer con sumo interés la publicación de enero 2024 de su prestigiosa revista donde encontramos el artículo original de Panades et al.1, resaltamos el aporte de los autores sobre la intersección entre la bioética y la tecnología digital para una mejor comprensión y práctica de la atención médica. El artículo destaca las transformaciones que la inteligencia artificial (IA), aplicaciones móviles, telemedicina, dispositivos portátiles y el Internet de las cosas (IoT) ejercen en la atención médica, así como las nuevas preocupaciones éticas que conllevan, siendo las más relevantes la confidencialidad de los datos, los sesgos algorítmicos, equidad en el acceso a la salud, responsabilidad profesional en la telemedicina, protección de la privacidad en el uso de wearables y el IoT, y equidad en el acceso a la atención médica en un entorno digital. La recopilación masiva de información de salud trae consigo preocupaciones para garantizar la confidencialidad de los pacientes y evitar el mal uso de sus datos, situación que merece atención continua y un marco ético sólido para guiar las políticas y prácticas en este ámbito.
El artículo plantea interrogantes sobre la equidad en el acceso a la atención médica digital y el abordaje de las disparidades en el acceso a la tecnología y la capacitación digital para asegurar que los beneficios de la innovación digital se distribuyan justamente y no profundicen las brechas existentes en la atención médica. Sin embargo, el articulo apenas menciona los dilemas éticos relacionados con la IA y el aprendizaje automático en el ámbito de la atención médica. La creciente adopción de algoritmos de IA en el diagnóstico, en el tratamiento y en la gestión de la salud plantea cuestiones éticas en términos de la transparencia de los algoritmos, responsabilidad en los errores y sesgos algorítmicos, así como la autonomía del paciente en decisiones médicas asistidas por IA2.
Temas tan relevantes como el impacto de la salud digital en la salud mental, la neuroética y las tecnologías de mejora cognitiva, la bioética y el big data no fueron abordados en el análisis que excluyó una discusión sobre las implicaciones éticas de la medicina de precisión y la personalización de la atención médica mediante el uso de datos genómicos y biomarcadores.
Aunque estamos de acuerdo en que el acceso a la atención médica digital es un problema apremiante que requiere una atención urgente, habría sido importante resaltar que la brecha digital y las disparidades socioeconómicas pueden exacerbar las inequidades en el acceso a la atención médica, y limitan la capacidad de ciertas poblaciones en beneficiarse plenamente de las innovaciones tecnológicas en el campo de la salud. Por ello, es crucial implementar políticas y programas que garanticen un acceso equitativo a la atención médica digital para toda la población3.
Es conveniente considerar en la discusión la educación en bioética para la toma informada de decisiones, participación de la sociedad civil, la colaboración internacional y la revisión permanente de los marcos normativos.
Este tipo de reflexiones estimulan el debate y fomentan la colaboración entre profesionales de la salud, expertos en ética y sociedad civil para ofrecer una perspectiva multidisciplinaria comprometida con los principios éticos fundamentales necesarios de la tecnología digital en la atención médica.
En conclusión, el artículo ofrece una visión perspicaz de los desafíos éticos en la era de la salud digital. Coincidimos en que la privacidad y la seguridad de los datos de salud es un aspecto fundamental de la ética en la era digital, y en que las brechas en la seguridad cibernética deben ser reducidas para mantener la confianza del público en la atención médica digital, tener algoritmos éticos, implementar políticas de acceso universal y promover la participación.