En un momento de la sanidad en que las posibilidades técnicas en atención primaria (AP) aumentan al mismo tiempo que las listas de espera en atención especializada (AE), y la dispersión del mundo rural hace difícil desplazarse a la población, cobra más trascendencia la oportunidad que nos ofrece la ecografía clínica en nuestro medio.
El hombro doloroso es una causa muy frecuente de consulta en AP, con una prevalencia en la población general del 3-7%, que aumenta con la edad1.
En el centro de salud (CS) de Lesaka atendemos en 8 consultas a 8.136 habitantes (censo 2018). Disponemos de un ecógrafo GE LOGIQ® F6 con sondas lineal y convex con el que realizamos ecografía clínica a pacientes que citamos de todos los consultorios en el CS. Cuando detectamos una anomalía procedemos a una derivación orientada del paciente y cuando tenemos la oportunidad, en la afección musculoesquelética procedemos directamente a tratamientos de infiltración ecoguiados.
De qué hablamos: evaluación y tratamiento en atención primariaEl síndrome subacromial u hombro doloroso, se define como la irritación de los tendones que forman del manguito de los rotadores a su paso por el arco coracoacromial. Se pueden ver afectados los tendones: supraespinoso, subescapular, infraespinoso y porción larga del tendón del bíceps.
Clínicamente se produce un dolor difuso, esencialmente mecánico, generalmente localizado en la región deltoidea y cara lateral del brazo, además de limitación funcional para la abducción, antepulsión, rotación externa e interna del brazo.
En AP, al diagnóstico clínico mediante los test de abducción contra resistencia, rotación externa, rotación interna, Jobe, Yergason, Neer o Hawkins… muy sensibles, pero poco específicos, podemos unirle una valoración radiografía (en la que podemos identificar calcificaciones locales) y una valoración ecográfica: estudio dinámico de gran valor donde podemos encontrar los siguientes hallazgos2:
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Imágenes hipoecogénicas y ecogénicas alternantes, que indican una tendinitis. Esta puede ser no calcificante, o calcificante si asocia imágenes hiperecogénicas únicas o múltiples con sombra acústica posterior.
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Imagen hipoecogénica alrededor de los tendones que los comprime haciendo que adopten un aspecto redondo, que indica un engrosamiento de la polea.
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Imagen anecoica que rodea al tendón, secundaria a la acumulación de líquido por derrame de líquido peritendinoso (figs. 1 y 2), que indica una sinovitis.
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Imagen anecoica en la corredera, con interrupción franca de la ecoestructura del tendón, que indica una rotura tendinosa.
En el tratamiento del síndrome subacromial diferenciamos 2 grupos de pacientes: aquellos con el manguito rotador íntegro y los que padecen una rotura del mismo2.
Con el manguito íntegro, el tratamiento es principalmente conservador con medidas físicas: inmovilización en cabestrillo con movimientos pasivos de péndulo, terapia de frío; fisioterapia; y farmacológico con antiinflamatorios y/o analgésicos y con infiltraciones con corticoides.
En esta situación, de nuevo, la ecografía clínica cobra gran relevancia en AP permitiéndonos, incluso en un mismo acto clínico, proceder a una infiltración ecoguiada3, técnica que permite inocular las sustancias medicamentosas con una precisión prácticamente del 100%, en el tejido o estructura lesionada y siendo, por tanto, mucho más eficaz que la que no se guía con ecografía, al poder seguir todo el recorrido de la aguja en tiempo real. En los casos que presentan derrame peritendinoso, como fue nuestro caso, nos permite drenarlo antes de introducir el fármaco.
ConclusiónComo podemos ver, la ecografía clínica aporta independencia al médico de familia en AP y al paciente evitar largas esperas y penosos desplazamientos para acceder a pruebas clínicas y tratamientos de calidad.
Consideraciones éticasLos autores seguimos los protocolos sobre la publicación de datos de pacientes, respetando su privacidad y contando con su consentimiento para la publicación del caso.
FinanciaciónEl trabajo no ha obtenido financiación alguna.