Introducción. El estudio sistemático de contactos en pacientes tuberculosos permite la detección precoz de nuevos enfermos y/o primoinfectados, rompiendo así la cadena epidemiológica de la transmisión de la enfermedad1-6.
Objetivo. Analizar los resultados del estudio de los contactos revisados en nuestro centro durante 5 años.
En el Centro de Prevención y Control de la Tuberculosis (TB) de León, estudiamos de enero de 1998 a diciembre de 2002 a un total de 3.135 contactos de 497 enfermos tuberculosos. La investigación fue dirigida principalmente al medio familiar. A todos ellos se les aplicó un protocolo en el que se realizaron: test de Mantoux (2 UT de PPD RT-23), historia clínica y radiografía de tórax a los menores de 25 años. El PPD fue positivo si la induración transversal a las 72 h era >= 10 mm en adultos y >= 5 mm en niños. Se revisaron a los 3 meses los contactos con test de Mantoux negativo y se consideraron convertores si la diferencia entre el segundo y el primer PPD era >= 12 mm.
Resultados. La media de contactos estudiados por paciente tuberculoso fue de 6,3, cifra superior a la referida por otros autores: 2,8 en García Ordóñez et al1 y 4,5 en Fernández Revuelta et al2.
La prevalencia inicial (primer Mantoux) de infección tuberculosa fue de 49,8%. De los 1.575 contactos PPD negativos, acudieron a la segunda revisión 788 (50%), lo que indica un bajo índice de seguimiento. A los contactos negativos se les repitió el test de Mantoux a los 3 meses y el 16,2% resultaron conversiones tuberculínicas, que representa un mayor porcentaje que el publicado por Vidal et al (10,2%)3 o Alsedà et al (7,8%)4.
Respecto a la quimioprofilaxis (QP), la inició el 42,5% de los contactos y sólo la finalizó el 29,1%. Un tercio de los pacientes abandonó la QP, con el riesgo que supone de contraer la enfermedad.
Se detectaron 62 nuevos casos de tuberculosis, con una prevalencia del 1,98%, cifra similar a la de los estudios de Fernández Revuelta et al (1,9%) y Alsedà et al (1,8%) e inferior al de Del Castillo et al (3,4%) y Vidal et al (5,7%)2-5.
Un aspecto a considerar es la edad de los contactos: el 15% era ¾ 15 años y el 85,1% > 15 años. En relación con los 62 casos nuevos de tuberculosis, la edad media era de 18,5 años, 40 tenían < 15 años (63%) y el 83,8% tenía < 30 años. Nuestros resultados coinciden con los publicados por Alsedà (61% de las nuevas tuberculosis tienen < 15 años y el 74% < 25 años) y los de Del Castillo (62% son < 15 años y el 83% < 25 años)4,5. Esto indica que los menores son el grupo más susceptible de contraer la enfermedad, como también apuntan otros autores2-5.
Indicamos la necesidad de realizar la prevención de la tuberculosis en un centro que coordine los diferentes niveles asistenciales, para detectar de forma temprana la enfermedad y evitar su propagación.
Agradecimientos
Agradecemos a Concepción Casado e Inés Santos su ayuda en la recopilación de la información que ha hecho posible la realización de este trabajo.