Introducción. El prurito o picor generalizado no es una enfermedad en sí misma, sino que es un síntoma que puede asociarse a múltiples afecciones. No debemos minusvalorarlo, ya que puede llegar a ser muy molesto para el paciente y debemos, asimismo, no conformarnos con poner un tratamiento sintomático, sino hacer un estudio completo hasta llegar a la causa del proceso.
La anisakiasis o anisakidosis es una zoonosis causada por nematodos de la familia Anisakidae, fundamentalmente la especie Anisakis simplex. Su distribución es mundial, aunque su aparición en nuestro país data de 1991. El hombre adquiere la enfermedad cuando se convierte en huésped inesperado dentro del ciclo vital del parásito1.
Caso clínico. Mujer de 54 años, menopáusica, con antecedentes de un episodio de dermatitis de contacto sin filiar, no fumadora ni bebedora, que acude a consulta por picor generalizado de 5 meses de evolución. Refiere que el picor es continuo y que empeora por las noches, y aunque no tiene una localización definida, es más intenso en los brazos.
En la exploración física sólo llamaban la atención las lesiones de rascado, si bien no se apreciaba ninguna otra alteración de base en la piel. Tanto la auscultación cardíaca como la pulmonar resultaron normales, así como el resto de la exploración. En este momento se decidió tratar con un antihistamínico como medida sintomática y realizar pruebas complementarias. Entre ellas se realizaron hemograma, bioquímica, transaminasas (que se mantuvieron dentro del rango de la normalidad, incluidos los eosinófilos) y serología para Anisakis que fue positiva (ELISA IgE , ELISA IgG).
Se informó a la paciente de las recomendaciones dietéticas y sintomáticas a seguir y en pocas semanas la paciente quedó asintomática.
Discusión y conclusiones. La anisakiasis constituye una enfermedad cada vez más frecuente en España, por lo que debemos incluirla en el diagnóstico diferencial de las enfermedades que estudiemos. La afección humana se adquiere por la ingestión de pescado crudo o poco cocinado parasitado por larvas del nematodo2.
La forma de presentación más frecuente es la abdominal, pudiendo simular úlcera gástrica o duodenal, apendicitis, obstrucción intestinal, abdomen agudo o dolor abdominal crónico de menor intensidad1. Sin embargo, otras veces tan sólo aparecen manifestaciones de tipo alérgico que abarcan desde urticaria (la más frecuente) hasta edema agudo recidivante, reagudización de un cuadro asmático e incluso shock anafiláctico. El tiempo transcurrido desde la ingestión del pescado hasta la aparición de la sintomatología alérgica es habitualmente menor (pocas horas) que el de la aparición de los síntomas digestivos. No se ha demostrado una mayor incidencia de atopia en los enfermos que presentan manifestaciones alérgicas por Anisakis simplex1.
El método más extendido para el diagnóstico global de la anisakiasis es el inmunológico, mediante la determinación de IgE específica contra antígenos ES de Anisakis simplex por ELISA.
Hay que recordar, además, que la infestación por Anisakis simplex no siempre se asocia con eosinofilia periférica, al contrario que otras enfermedades parasitarias (el porcentaje de eosinofilia varía en distintas publicaciones entre el 4 y el 41%). Este hecho podría deberse al reclutamiento de eosinófilos hacia los tejidos inflamados. La eosinofilia no aparece hasta pasado un período de latencia de aproximadamente 10 días, por lo que su valor diagnóstico es escaso1.
El tratamiento ideal de la anisakiasis es, sin duda, la prevención. Las medidas térmicas, como el calentamiento a 60 °C durante 10 min o la congelación a 20 °C durante al menos 24 h, destruyen la larva. Esta última medida, establecida por la legislación, logró disminuir considerablemente la incidencia de la enfermedad en los Países Bajos. Hay que resaltar que los antígenos de Anisakis simplex son termoestables, lo que explica que, a pesar de tomarse dichas medidas, puedan aparecer manifestaciones alérgicas tras la ingestión del pescado infestado1, si bien no suelen ser reacciones importantes3. La evisceración precoz, el vinagre, la sal, el aceite, el escabeche, el ahumado y el paso por microondas no logran destruir las larvas1.
Además, se ha observado una alta frecuencia de sensibilización entre los familiares de los pacientes (73%) respecto a la prevalencia en la población normal (12%) (p < 0,001). Por ello, todos los miembros de la familia de un paciente diagnosticado de anisakiasis deberían ser estudiados para conocer su posible sensibilización2.