En nuestro país, el uso de tabaco sigue siendo superior entre los varones, aunque se detecta una tendencia al aumento del consumo entre las mujeres. La situación descrita se vuelve más preocupante si tenemos en cuenta que la prevalencia del tabaquismo en las mujeres es especialmente más elevada en el grupo de las más jóvenes y, en especial, en aquellas que se encuentran en edad reproductiva1.
El consumo de cigarrillos durante el embarazo se reconoce en la actualidad como un factor de riesgo para el curso de la gestación, el parto y para el recién nacido. Se trata de un colectivo que creemos especialmente sensibilizado ante el problema y que decide dejar de fumar espontáneamente en muchas ocasiones en beneficio de la salud de sus descendientes. Sin embargo, los estudios realizados sobre la prevalencia del tabaquismo en embarazadas han recibido una inadecuada atención hasta fechas recientes en que se considera una población especialmente vulnerable y un problema de salud importante2. En España, los estudios que abordan este tema han sido escasos y previos a la Ley antitabaco de 28/20053.
Así pues, nos planteamos como objetivo conocer el porcentaje de gestantes fumadoras entre las mujeres controladas en nuestros centros de salud como paso previo a una ulterior actuación en esta población. Según la Unidad de Epidemiología y Programas del Distrito la población atendida es de 309.995 habitantes en los 14 centros de salud adscritos. Desde enero a junio de 2009 se entrevistaron a 2.060 mujeres captadas en el primer trimestre de gestación, siendo 1.739 las encuestas en las que tuvimos respuestas del hábito tabáquico. La edad media fue de 31±5 años y eran fumadoras habituales en el momento de la entrevista 332 gestantes (pregnant smokers; 19,1%) con una media de consumo de 6,7 cigarrillos. La pareja consumía tabaco en un 36,6% de los casos. En 4 centros se recogió la información sobre hábito tabáquico previo al embarazo y afirmaron fumar el 33,6% de esta muestra (n=733). Dentro de este grupo 122 mujeres dejaron de fumar al conocer su estado (spontaneus quitters; 49,6% del total, fig. 1).
Si comparamos nuestros resultados con los datos previos de prevalencia de tabaquismo en este sector de la población, Pichini y Aranda hablan de prevalencias entre el 18 y el 29% en sus estudios. Dos trabajos publicados recientemente que abordan este problema en Barcelona4,5, con datos previos a la Ley 28/2005, indican que el porcentaje de fumadoras, aunque ha descendido con respecto a los últimos años del siglo XX, presenta un porcentaje invariable, alrededor del 23% de mujeres que permanecen con su consumo. En este sentido parece que la Ley antitabaco no ha mostrado un efecto disuasorio en este colectivo comparando nuestros datos con los de estudios recientes comentados incluido el de Aranda et al6 realizado en nuestra comunidad. Esto puede indicar la necesidad de que las administraciones empiecen a desarrollar políticas dirigidas a contrarrestar los efectos del marketing de la industria tabacalera en el sexo femenino.
En resumen, tenemos que intensificar las medidas para conseguir el abandono de tabaco en nuestras gestantes, cuya prevalencia parece haberse estancado en los últimos años. Dentro de nuestro ámbito de actuación, las consultas de planificación familiar y prenatales nos permiten un adecuado acercamiento al problema. La gestante se encuentra especialmente sensibilizada frente al problema y la necesidad de proteger a su feto, por lo que es difícil que no acceda a algo tan beneficioso para su hijo como es el abandono del tabaco.