Introducción. Es importante proveer a los ciudadanos de las informaciones necesarias para comprender cuándo es apropiada la realización de la densitometría ósea y cómo se previene y trata la osteoporosis a través de un estilo de vida y/o del empleo de los fármacos eficaces si necesario1.
Objetivo. Evaluar el impacto informativo de un ciclo de conferencias relativas a la densitometría ósea.
Diseño. Estudio antes-después.
Emplazamiento. Distrito sanitario de Módena, Italia (170.000 habitantes).
Participantes. Ciudadanos (n = 261) que asistieron a los encuentros públicos realizados por un equipo sanitario.
Intervenciones. El ciclo de conferencias consistió en 5 encuentros, de unas 2 h de duración cada uno, realizados por un equipo de expertos compuesto de: directora de departamento de atención primaria, responsable del Laboratorio Formativo para el Empowerment del Ciudadano, fisiatra, ginecólogo de los consultores, economista sanitario y médico de medicina familiar.
Mediciones principales. Se entregó un formulario anónimo ad hoc al principio y al final de cada encuentro para evaluar el impacto informativo. La medida de resultado principal ha sido la diferencia después-antes entre las respuestas a la misma pregunta (delta cognitivo), con sus respectivos intervalos de confianza del 95%.
Resultados. En la tabla 1 se exponen el texto completo del formulario y las respuestas, expresadas en valor porcentual, al principio y al final de los encuentros.
Discusión y conclusiones. El delta de aprendizaje significativo que emerge de la respuesta 1 indica claramente el desplazamiento de la creencia de que «es enfermedad lo que produce dolor; entonces, si la osteoporosis es una enfermedad, tiene que ser necesariamente dolorosa» a la comprensión de que «la osteoporosis no es dolorosa» y no debe confundirse con otras patologías osteoarticulares muy difusas como la artrosis o el dolor de espalda (tabla 1). La respuesta 5 también muestra que se modificó consistentemente la convicción de que el examen puede servir a los que ya han sido diagnosticados de osteoporosis y siguen un tratamiento de larga duración con fármacos eficaces para prevenir las fracturas osteoporóticas (tabla 1). La valoración del aprendizaje se complica cuando el lenguaje se hace más técnico. Hacer coincidir la imagen que se tiene comúnmente del esqueleto y de la composición de los huesos con la representación científica requiere aportar muchas informaciones que pueden hacer difícil el recorrido cognitivo. La intención de aclarar lo que se explica puede llevar al exceso de información que, en lugar de proveer de elementos que faciliten una elección más segura, aumente el grado de incertidumbre. Ejemplo de esto es la pregunta 2, compleja en su formulación, porque está construida sobre un saber más técnico, pero que en las respuestas declara un nivel aumentado de confusión (tabla 1).
Indudablemente estos datos deben interpretarse con mucha cautela, aunque parecen indicar que el recorrido informativo debe planearse siempre con los interesados, teniendo en cuenta las preguntas que las personas se plantean y utilizando un lenguaje simple, de fácil comprensión, incisivo por la experiencia que ya las personas viven2. En este proceso la labor de los profesionales de la salud es esencial. Si se quiere que los ciudadanos comunes empiecen a valorar las prestaciones en términos de eficacia y precisión, para empezar los médicos deberían hacer lo mismo y mejor, para con sus actos reforzar esta preocupación con las ciudadanos.