El cáncer de piel no melanoma es el cáncer más común entre la población caucasiana1 y su incidencia está en continuo aumento2, siendo el carcinoma basocelular el más frecuente.
Estudios realizados en España, mostraban incidencias similares a algunos países nórdicos de carcinomas basocelulares (alrededor de 0,5 casos/mil habitantes/año), que no parecía estar en concordancia con su situación geográfica. Al presentar elevada curabilidad y baja letalidad, en ocasiones, no se les presta la atención adecuada, y es probable que exista un subregistro considerable. Sin embargo, dado que un estudio reciente muestra incidencias muy superiores3, nosotros hemos querido cuantificar la incidencia de esta enfermedad en nuestra consulta.
La radiación ultravioleta es el factor de riesgo dominante4. El espinocelular es el modelo de cáncer fotoinducido, siendo la exposición solar crónica su principal causa. Como la dosis es acumulativa, es característico de edades avanzadas y localizado en zonas fotoexpuestas. No obstante, la exposición moderada durante actividades de ocio-deportes podría ser protectora, salvo cuando es intensa o prolongada4,5. En el basalioma y el melanoma son la exposición solar intermitente y una historia de quemaduras, especialmente en la infancia, los factores principales.
El riesgo aumenta en casos de predisposición genética, fototipos cutáneos bajos, queratosis actínicas en el carcinoma espinocelular e inmunosupresión.
Aunque existen otros tratamientos alternativos el de elección es la escisión quirúrgica.
Estudio observacional prospectivo donde se valoran todas las lesiones de cáncer cutáneo no melanoma recogidas en consulta y confirmadas con posterioridad mediante el estudio anatomopatológico, durante los años 2010, 2011 y 2012.
La población estudiada perteneciente a un cupo del Centro de Salud de Zaramaga (Vitoria-Álava) compuesto por 1.413 pacientes, de una zona urbana de nivel socioeconómico medio-bajo, siendo el 34% mayores de 65 años (población envejecida).
Puede existir un sesgo de selección por la posibilidad de excluir pacientes atendidos de forma exclusiva a nivel especializado o en clínicas privadas.
Variables; tipos de tumor, localización, características anatomopatológicas, edad, sexo y los diferentes tratamientos administrados.
Se valoraron 46 lesiones de cáncer cutáneo no melanótico, en 40 pacientes diferentes y 2 de carcinoma espinocelular en mucosas. De los cutáneos, 27 eran basaliomas, 18 espinocelulares (39% in situ; 3 enfermedad de Bowen y 4 cuernos cutáneos) y un dermatosarcoma. Estos datos nos proporcionan una incidencia de carcinoma cutáneo no melanoma de 10,85 casos/mil habitantes/año, muy superior a los registros aparecidos en la bibliografía (4-20 veces superiores). De los cuáles, 6,37 casos/mil habitantes/año corresponden a los basocelulares y 4,24 casos/mil habitantes/año a los espinocelulares.
Afectó fundamentalmente a personas entre 70 y 80 años, con una edad media del espinocelular (77,8 años) superior al basocelular (71,5), siendo en este último mayor en varones (75 frente a 68), dato constatado hasta ahora en pocos estudios.
Se localizaron principalmente en zonas foto-expuestas; siendo del 100% en el espinocelular, excluyendo un caso aparecido en un inmunodeprimido y del 72% en el basocelular (64% en mujeres y 92% en varones) (fig. 1).
En cuanto al tratamiento; 89% escisión quirúrgica, 8,3% imiquimod local (previo diagnóstico con biopsia) y 2% radioterapia local. En un caso la escisión fue amplia y requirió injerto. El 15% de las escisiones quirúrgicas se realizaron en el centro de atención primaria, todas ellas sin complicaciones y con un elevado grado de satisfacción por parte del usuario. Los tratamientos con imiquimod local fueron mal tolerados y en 2 ocasiones dejaron lesiones cicatriciales o despigmentaciones.
Los carcinomas cutáneos no melanóticos son un problema con una elevada incidencia en nuestra población, con incidencias muy superiores a las aparecidas en la bibliografía nacional. El basalioma continua siendo el tumor más frecuente, pero el espinocelular ha experimentado un mayor crecimiento. El tratamiento de elección es la escisión quirúrgica, y en casos concretos y con la formación adecuada, puede realizarse en atención primaria con muy buenos resultados y una elevada satisfacción del paciente. Teniendo en cuenta la trascendencia del diagnóstico temprano en el tratamiento y pronóstico es fundamental que los médicos de atención primaria tengamos una formación adecuada y realicemos una búsqueda activa en nuestros pacientes6.