Sres. Directores: El desarrollo de una infección del tracto urinario (ITU) en el embarazo se debe a los cambios que la gestación produce en la mujer, haciendo que sea más sensible a la colonización urinaria de microorganismos patógenos y su posterior difusión a vejiga y riñón. La ITU es más frecuente a mayor edad y número de partos, surge sobre todo en el primer trimestre y de no eliminarse produce infecciones sintomáticas en el segundo y tercer trimestres.
Nuestro objetivo es disponer de información de los gérmenes más habituales en nuestro medio, su sensibilidad antimicrobiana, y por lo tanto del antibiótico adecuado para establecer un tratamiento empírico, dada la tardanza en recibir los resultados analíticos, que en nuestro caso puede ser superior a una semana. Realizamos un estudio descriptivo retrospectivo en base a las peticiones de analítica de orina (sedimento, anormales, cultivo y antibiograma) a toda mujer gestante en cada trimestre de embarazo, durante 2 años (1995-1996), en el EAP de Chella (Valencia), en un medio rural, llevados a cabo en el Laboratorio de Microbiología del Hospital Luis Alcanys de Xátiva.
Sobre 378 analíticas en 124 gestantes, 341 (90,2%) fueron negativas, 15 (4%) contaminadas y 22 (5,8%) positivas, de las que 3 presentaron recidivas en varios cultivos, representando una prevalencia del 11,3% al corresponder a 14 gestantes. Dada la falta de clínica, los resultados positivos los consideramos como bacteriemia asintomática (BA).
La distribución bacteriana fue la siguiente: E. coli, 11 (49%); Proteus mirabilis, 7 (31%), y otros (Klebsiella pneumonie, Acinetobacter lwolffi, Estreptococcus mitis y Staphylococcus epidermidis), 4 (20%). En la tabla 1 representamos la sensibilidad antimicrobiana.
La prevalencia de BA en nuestra población gestante (11,3%) es superior a otros estudios, que la establecen en un 4-7%1-4, pero que fueron realizados con una sola determinación, y se acerca a los resultados de De la Rosa5, que la sitúa en un 16% tras 2 determinaciones por micción y una tercera por punción suprapúbica bajo control ecográfico.
Destacamos el predominio de E. coli (49%), coincidiendo con Kiningham1, y a diferencia de otros autores que oscilan en un 63-75%4,5. En segundo lugar, Proteus mirabilis, con un 32%, muestra un porcentaje muy superior a todas las series estudiadas.
El análisis de la sensibilidad antimicrobiana para E. coli es superior al 90% para amoxicilina-clavulánico, aztreonam, cefalotina, imipenem y nitrofurantoína. Respecto a Proteus mirabilis es del 85% para amoxicilina-clavulánico y cefalotina. En ambos casos son similares a los obtenidos por Gratacós4. Aunque hay concordancia en relación a los antibióticos empleados en la gestación, como betalactámicos y nitrofurantoína, hay un autor que incluye la sulfonamida aun a riesgo de querníctero en el feto6. Aunque la sensibilidad a los aminoglucósidos y las quinolonas es superior al 90%, no deben ser utilizados.
Si consideramos un antibiótico adecuado cuando la sensibilidad es superior al 80%, los betalactámicos (amoxicilina-clavulánico y cefalosporinas de primera generación) son la mejor opción para el tratamiento inicial de la ITU en el embarazo, y en caso de alergia la nitrofurantoína. La fosfomicina y las cefalosporinas de segunda generación parecen ser otra alternativa válida, pero no han sido testadas en nuestro antibiograma.