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Vol. 19. Núm. 4.
Páginas 177-182 (marzo 1997)
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Influencia de la bioclimatología en los suicidios
The influence of bioclimatology on suicides
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MJ. Gómez Gonzáleza, C. Alonso Garcíaa, A. Piñana Lópeza
a Centro de Salud «La Unión». Murcia.
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Bibliografía
Estadísticas

Objetivo. Verificar la influencia del tiempo atmosférico en los suicidios.

Diseño. Estudio descriptivo retrospectivo.

Emplazamiento. Comarca de Cartagena.

Participantes. Todos los suicidios registrados en el Instituto Anatómico Forense de Cartagena desde 1986 a 1993.

Intervenciones. Creación de una base de datos con las características esenciales de cada suicidio y todas las variables bioclimatológicas correspondientes al momento del mismo.

Mediciones y resultados principales. Se realizó una estadística descriptiva de cada variable, se objetivó la relación entre las distintas variables mediante el test de ji-cuadrado de Pearson y análisis de residuos, y comparamos los datos muestrales con los poblacionales (test de Neyman-Pearson y ji-cuadrado de Pearson), (p<0,05); se registraron 149 suicidios. Dichos suicidios suelen producirse de día, siendo los lunes y sábados aquellos en los que se produce el mayor número de los mismos. La distribución es homogénea a lo largo del mes, siendo julio el mes en que se registran más suicidios. Existe una franja de edad en la segunda y tercera décadas de la vida y una tasa máxima en ancianos. En nuestra muestra hay un 77,9% de varones. Predominan los jubilados y amas de casa.

Conclusión. En general, los suicidios se ven influenciados por los factores meteorológicos.

Palabras clave:
Suicidio
Tiempo metereológico
Factores climáticos

Objetive. To verify the influence of the weather on suicides.

Design. A retrospective descriptive study.

Setting. County of Cartagena.

Participants. All the suicides recorded in the Anatomical Forensic Institute of Cartagena between 1986 and 1993.

Interventions. Creation of a data base with the essential features of each suicide and all the relevant bioclimatological variables of the exact moment they happen.

Measurements and main results. A statistical description of each variable was made. The relationship between the different variables was defined by the Pearson *2 test and residual analysis. The sample data were compared with the population data (Neyman-Pearson and Pearson *2 tests), p < 0.05. 149 suicides were recorded. These suicides occur during the day, Monday and Saturday being the days with the highest number of them. Distribution throughout the month was homogeneous: July was the month with most suicides. There was an age band in the second and third decades of life and a peak in elderly people. Our sample had 77.9% men. Retired people and housewives predominated.

Conclusion. Suicides are generally influenced by meteorological factors.  

Keywords:
Suicide
Weather meteorol
Climatic factors
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Introducción

Es bien conocida la interacción constante que el ser humano mantiene con su medio y con todas las fuerzas que inciden en el mismo. Igual que experimenta la influencia del ambiente social, familiar, laboral y cultural, capta los mensajes y fuerzas de su medio físico; no es un ser aislado. El vínculo entre el ser humano y su medio lo constituyen diversos factores como la gravedad, el agua corporal, la ionización atmosférica, el clima, los factores meteorológicos, las fases y órbitas lunares, etc.

El mismo Hipócrates (siglo iv a.C.), en uno de los escritos del Corpus Hippocraticum titulado «Sobre los aires, aguas y lugares», ya refiere una relación causal entre factores ambientales y enfermedad.

El estudio de estas relaciones mutuas ha interesado a los médicos a lo largo de toda la historia. El suicidio es una realidad a la que nos enfrentamos a lo largo de la práctica profesional en ciertas ocasiones. Es un acto de autoaniquilación, voluntario, como una expresión más de conducta humana, y hemos pretendido afrontar este hecho con un talante epidemiológico. Nuestro interés va a estar pues en dilucidar si los acontecimientos de tipo meteorológico o geofísico pueden tener una relación de causalidad con los suicidios consumados.

Material y método

Hemos recogido todos los suicidios registrados en el archivo del Instituto Anatómico Forense de Cartagena desde 1986 hasta 1993, encontrando un total de 149 suicidios consumados. A su vez hemos recopilado todos los parámetros meteorológicos correspondientes al día y hora aproximada de cada suicidio, en la estación meteorológica número 1 de la Red de Vigilancia Atmosférica de la Sección de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Cartagena.

Con todo el material recopilado, el siguiente paso fue proceder a la creación de una base de datos y su tratamiento informático. Se utilizó como software de trabajo el programa BMDP. Se realizó una estadística descriptiva de cada variable. La relación entre variables cualitativas se analizó mediante contrastes de independencia con el test de ji-cuadrado de Pearson, complementado con un análisis de residuos con objeto de determinar el sentido de la dependencia.

La comparación de grupos se realizó con contrastes de igualdad de medias, aplicando un análisis de variancia complementado con contrastes de igualdad de pares de medias según el test de T de Student.

La comparación de nuestros datos muestrales con los poblacionales se realizó mediante el contraste de una media según el test de Neyman-Pearson para datos cuantitativos, y en el caso de variables cualitativas se hizo un contraste de la distribución de frecuencias, admitiendo un modelo multinomial, aplicando el test de ji-cuadrado de Pearson, complementado con análisis de residuos. Se han considerado significativos los contrastes con una p<0,005.

Resultados

En nuestro estudio los suicidas prefieren las horas próximas al mediodía. Por la noche apenas hay suicidios (fig. 1). El 74,4% de los suicidios se produce entre las 8 y las 20 horas, es decir, son preferentemente diurnos. Se observan ritmos semanales, con preferencia por los lunes y sábados. Aunque no hay diferencias significativas, podemos decir que en varones se observa un máximo los sábados y en mujeres los jueves, para pasar a disminuir en el fin de semana, la relación de los varones con el sábado está vinculada al hábito del alcoholismo. La distribución de los suicidios a lo largo del mes es homogénea aunque existe un ligero predominio en la segunda decena del mes.

Respecto a su distribución anual, llama la atención el descenso de suicidios en agosto, precedido de un máximo en los meses de junio y julio. El 32,2% de todos los suicidios se producen entre los meses de mayo, junio y julio.

En la comarca de Cartagena se observa una estabilidad en el número de suicidios durante los años 1987, 1988 y 1989, con un incremento constante hasta 1993, fecha en que finaliza nuestro estudio. Las muertes por suicidio constituyen el 31% del total de muertes violentas en 1993, un 38% son accidentes de tráfico, un 6% homicidios y el 26% restante son accidentes varios.

En nuestra muestra hay un 77,9% de varones y un 22,1% de mujeres, y se observan dos franjas de edad, una de 15-30 años de edad y otra que comienza a partir de los 45 y llega hasta la ancianidad. Nuestro caso más joven fue un niño de 12 años.

Respecto al estado civil, se ha detectado un 50% de casados; sin embargo, en la población censada es mayor el número de solteros.

En los grupos profesionales, los más representados han sido los pensionistas o jubilados, lo cual coincide con la edad de suicidio habitual en nuestra revisión. En segundo lugar, encontramos casi en igual cuantía amas de casa y estudiantes.

Se ha registrado el lugar en que aconteció cada suicidio: un 65,9% acaecieron en zona urbana y el 34,1% en medio rural.

Los suicidios ocurren en días preferentemente húmedos (fig. 2), con una humedad media del 63%. Esta es una humedad alta pero más baja que en la zona de estudio. Al comparar la humedad relativa del aire del día del suicidio con la de los dos días previos, se aprecia que la humedad es mayor los dos días anteriores que el día del suicidio (p<0,0001). La presión atmosférica media de los días en que hay suicidios es de 762 mmHg. La temperatura media es de 19 °C. Se puede decir que los suicidas huyen de las temperaturas extremas. No hay diferencias significativas entre la temperatura del día del suicidio y la de los dos días previos (p=0,534), cuya temperatura media es de 18,87 °C.

Se han registrado vientos flojos. El 64% de los casos ha ocurrido con vientos menores o iguales a 10 km/h y predominio del viento con dirección norte y noreste. Existe un claro descenso de suicidios1-3 en fase de luna nueva (fig. 3), la cual se corresponde con un exceso de ionización ambiental negativa, de clara acción tranquilizante. El máximo de suicidios se detecta en la época de primavera (fig. 4), lo que está relacionado con el aumento de incidencia en esta época de enfermedad depresiva4-8. Ningún suicidio registrado se realizó en día de eclipse.

Predominan los días cubiertos y lluviosos (fig. 5) y se registran más suicidios los días con más horas de luz solar. El 22% de los suicidios se produjeron en días con 15 horas de sol.

La gráfica que refleja el mes de nacimiento de los suicidas (fig. 6) tiene una meseta desde enero a abril, desciende desde mayo a julio, aumenta de nuevo en agosto y vuelve a descender entre septiembre y noviembre.

En nuestra zona la ahorcadura es el método más frecuente de suicidio, con una frecuencia del 51,7% La tasa de suicidios en la comarca de Cartagena en relación con la población del año 1988 es de 7,2/100.000.

Las mujeres prefieren los días de lluvia para el suicidio. Los estudiantes se suicidan con temperaturas menores de 15 °C y el resto de profesiones u ocupaciones con temperaturas mayores. Los profesionales activos se suicidan con presiones bajas.

Discusión

Respecto a la bibliografía consultada, se repite en el resto de series de suicidios el patrón diurno de éstos como refiere Brierre de Boismont (1865) y confirman Durkheim9, Picard (1923) y Bandelot10. En tentativas de suicidio, Martínez García (1988) refiere que las horas de la tarde y noche son las de mayor probabilidad de que ocurran.

Hay un alto porcentaje de suicidios (34,9%) en el intervalo de 10-15 ºC de temperatura, con un ligero descenso de frecuencia entre los 15 y 25 °C y un descenso más evidente a partir de los 26. Esta benignidad de las temperaturas coincide con los estudios de Persinger11, que relaciona el suicidio con una depleción de noradrenalina y serotonina, a lo cual contribuyen los frentes de aire caliente. Sin embargo, esto no se corresponde con un estudio también de Persinger11, que relaciona los vientos especialmente calientes, ionizados, que son un estímulo serotoninérgico con la ideación agresiva y los impulsos suicidas. En nuestro estudio, hay un descenso de suicidios con temperaturas especialmente calientes.

Como en casi todas las series de suicidios10,12, el máximo se detecta en la época primaveral. Si recordamos los estudios de Farrington6, esta época, al caracterizarse por un cambio en la vida diaria que conlleva la necesidad de un reajuste personal y social, se convierte en potencialmente estresante, y causante del incremento de suicidios, el cual se continúa hasta el período inmediatamente posterior, el mes de julio.

Vuelve a observarse un nuevo incremento al comienzo del invierno, que correspondería a la época inmediatamente posterior a la Navidad, que en nuestra cultura tiene unas connotaciones afectivas de paz, amor y felicidad que, al no verse satisfechas, pueden provocar una crisis que llevaría al sujeto a situaciones límite, al no realizarse lo esperado en este período de cambio.

La presencia de días nubosos, sin sol y cubiertos, es una constante que se va repitiendo en los distintos trabajos consultados como los de Larcan13, J. Quintanilla14 en El Ferrol, y García Carretero15 en Salamanca. Estos autores dan incluso una frecuencia máxima a los días de lluvia, lo cual es fácilmente explicable por la climatología de la zona en que fueron realizados dichos estudios. También es común en ambos trabajos, la presencia de nubosidad.

Ocurren más suicidios los días con más horas de sol, lo cual es totalmente lógico, ya que en la mayoría de series estudiadas apenas hay suicidios por la noche, y al ser mayor el número de horas de sol, hay más tiempo para la ejecución del acto suicida. Thornson16 también relaciona los patrones de suicidio con la cantidad de luz solar, y Durkheim9 afirma que el suicidio aumenta con la duración de los días.

Si estas observaciones se pueden reproducir y someter sus interrelaciones a una investigación clínica y experimental, podemos intuir una nueva «psiquiatría ambiental» que se relaciona no sólo con la bioquímica interna humana y las relaciones interpersonales, sino también con las influencias del comportamiento del universo físico per se.

Se han propuesto varios modelos y teorías para explicar los cambios en el estado mental de los enfermos psiquiátricos asociados a la influencia directa del tiempo atmosférico. Proponen la existencia de mecanismos fisiológicos anormales en determinados pacientes, que se pondrían de manifiesto en circunstancias meteorológicas específicas; sin embargo, nunca debemos olvidar que no es el tiempo atmosférico el que conduce a los individuos al suicidio, sino que éste se produce bajo unas condiciones meteorológicas especiales.

Faust17 et al observan que las personalidades depresivas son especialmente sensibles a las condiciones atmosféricas, afirmando la asociación entre depresiones involutivas reactivas y suicidio al viento Foehn y la actividad frontal.

Relaciona el fenómeno suicida con la patología previa de los individuos, con la finalidad de hacer una profilaxis del suicidio. Cualquier persona que comete un suicidio es considerada como perturbado psíquico.

Por lo tanto, puede ser útil analizar el diagnóstico retrospectivamente y determinar qué tipo de enfermedad psiquiátrica reacciona de un modo significativo a cada acontecimiento meteorológico.

El grupo de más riesgo suicida son los depresivos. Dentro de ellos se diferencian varios subgrupos. La depresión endógena provoca frecuentemente el deseo de morir, a veces con métodos especialmente duros. El peligro de suicidio es especialmente grave en el comienzo y en la fase de extinción de una depresión endógena. Desde el punto de vista meteorológico, los depresivos son un grupo especialmente susceptible. Junto con los neuróticos, ofrecen un gran variabilidad de padecimientos meteorológicos, aunque el grupo de los neuróticos rara vez se inclina al suicidio.

El suicidio también parece ser sensible a las variaciones del «clima social», como ocurre en Suecia, donde se ha asociado el aumento de los suicidios y su coincidencia en el tiempo con el aumento de la tasa de desempleo.

Se requiere, por tanto, disponer de una información básica para poder valorar estas conductas, y disponer con cierta eficacia de márgenes de actuación para poder realizar una prevención primaria útil del fenómeno suicida, ya que el pilar básico de cualquier acción a emprender pasa necesariamente por el equipo de atención primaria, el cual debe estar capacitado para dar la respuesta requerida o canalizar a la atención especializada.

 

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