Objetivo. Estudiar de forma global qué fuentes de información utilizan los profesionales sanitarios que trabajan en atención primaria, la forma de acceso a ellas, el gasto que realizan en información sanitaria, y si hacen investigación y la publican.
Diseño. Estudio descriptivo transversal mediante encuesta anónima.
Emplazamiento. Atención primaria.
Participantes. Médicos, pediatras, ATS-DUE y matronas que trabajan en atención primaria del área 13 de la Comunidad Valenciana. De 255 encuestados contestaron 163 (participación del 63,9%).
Mediciones y resultados principales. Las principales fuentes de información preferidas son los cursos y las sesiones clínicas. El 83,5% de los profesionales han realizado algún curso, congreso o jornada en los 2 últimos años. El 78,9% del personal ha necesitado buscar algún libro o revista fuera de su propia biblioteca, realizando la búsqueda, principalmente, fuera de los centros de salud. El 20,8% del personal no gasta dinero en información sanitaria. Han hecho trabajos de investigación el 34,4% de los profesionales y han publicado trabajos 24 médicos y 9 ATS-DUE. El 14,7% del personal se siente apoyado siempre o muchas veces en su área de salud para realizar investigación. El 64% del personal no dispone de ordenador, y el 71%, de biblioteca.
Conclusiones. El personal encuestado prefiere los cursos y sesiones clínicas como fuentes de información, lo que podría sugerir una escasa búsqueda activa de información. Opinan que para realizar trabajos de investigación necesitan medios materiales y de información y que debe incentivarse. La dotación de los centros de trabajo en medios de información es escasa.
Objective. To study what general sources of information health professionals working in primary care use, their access to them, expenditure incurred in health information and whether they do research and publish it.
Design. A descriptive crossover study using an anonymous questionnaire.
Setting. Primary care.
Participants. Doctors, paediatricians, nurses and midwives working in the primary care field in Area 13 of the Community of Valencia. 163 out of 255 people polled replied (63.9% participation).
Measurements and main results. The main sources of information favoured are courses and clinical sessions. 83.5% of professionals had done some course or attended a congress or workshop over the two previous years. 78.9% of staff had needed to look for a book or magazine outside their own library and mainly looked outside the Health Centres. 20.8% spent no money on health information. 34.4% had done research work: 24 doctors and 9 nurses had published. 14.7% felt supported always or often by their health area to do research. 64% did not have a word-processor and 71% did not have a library.
Conclusions. The staff surveyed prefer courses and clinical sessions as their sources of information, which might imply little active searching for information. They believe that they need material and information resources for research work, and that incentives must be offered. Workplaces contain few sources of information.
Introducción
El conocimiento adquirido por el personal sanitario al finalizar los estudios de pregrado no permanece estable durante toda la vida. Continuamente se producen nuevos sucesos que modifican los conocimientos adquiridos con mayor o menor rapidez. Pero, además, los conocimientos adquiridos se olvidan, sobre todo de aquellos temas que menos se usan, de forma que si queremos ofrecer una asistencia de calidad es preciso realizar ejercicios recordatorios, reciclajes, y estar informados de las novedades que se producen en las ciencias médicas en cualquiera de sus campos1-4.
Son muchas las fuentes de información sanitaria existentes: revistas, libros, sesiones clínicas, congresos, cursos, talleres, visitadores médicos, medios electrónicos de búsqueda de información, etc., pero de nada nos servirán si no tenemos un buen acceso a ellas. El acceso puede ser deficiente por varias causas: escaso conocimiento de la existencia y/o utilidad de las diversas fuentes, coste elevado de la información (suscripciones a revistas, compra de libros, coste de asistencia a congresos, etc.), falta de medios de búsqueda bibliográfica accesible o escasos conocimientos de su existencia y/o utilización, bibliotecas alejadas del lugar de trabajo o residencia del personal y/o mal acondicionadas, etc.
La investigación, componente fundamental de la práctica sanitaria, está ligada a todo lo anterior; así, hoy día no puede realizarse un trabajo de investigación serio si no se hace previamente una búsqueda bibliográfica5. El objetivo de este trabajo consiste en estudiar de forma global qué fuentes de información utilizan los profesionales sanitarios que trabajan en el ámbito de la atención primaria de salud (APS), en un área sanitaria, la forma de acceso a ellas, el gasto que realizan en información, y si hacen trabajos de investigación y los publican.
Material y método
El estudio se ha realizado en el área sanitaria 13 de la Comunidad Valenciana, con una población de 178.412 habitantes, según el censo de 19916. La encuesta, de carácter anónimo, se entregó a cada uno de los médicos, pediatras, ATS-DUE y matronas que en octubre de 1995 trabajaban en el ámbito de la APS, incluidos los de cupo, zona y servicios de urgencias. No se tuvo en cuenta al personal de refuerzo ni a los especialistas del ámbito de la APS. Se repartió junto a una carta de presentación y en un único envío, desde la dirección de área, a través de los coordinadores de los equipos de atención primaria, quienes la distribuyeron en sus centros. Se acompañó de un sobre para su devolución. Previamente, se realizó una prueba piloto sobre 30 profesionales de un centro de salud de un área sanitaria diferente, para detectar problemas de comprensión del texto. Cumplían la condición de encuestados 255 profesionales. La encuesta constaba de: a) datos personales (edad, sexo, número de cartillas, año de finalización de estudios, tipo de centro de trabajo, profesión y situación laboral, y b) cuestionario de 36 ítems, de los que 13 eran relativos a la utilización de fuentes de información, siete a búsqueda de información, dos a gasto en información, 13 a investigación, y uno a estructura de centros. La información actual se valoró con la pregunta: ¿cómo recibes la información científica relevante para tu práctica profesional?, y la información preferida con la pregunta: ¿de dónde debería provenir la información científica relevante para tu práctica profesional?, puntuando las diversas fuentes, del 0 (no la utilizo) al 5 (la utilizo mucho). Se solicitó información sobre la asistencia a cursos, congresos y jornadas y su forma de financiación en los 2 últimos años. Dado el bajo número de pediatras y matronas, la variable profesión englobó dos categorías: médicos (incluidos pediatras) y ATS-DUE (incluidas matronas). Se utilizó el programa informático dBASE III+ como base de datos, y el SPSS v.5 como paquete estadístico. Se obtuvieron las frecuencias absolutas y relativas de las variables y las medias de las variables cuantitativas, con su intervalo de confianza al 95%. Las variables se compararon mediante la ji al cuadrad de Pearson, la t de Student o mediante la ANOVA, según sus características.
Resultados
El número de encuestas válidas fue de 163, con un porcentaje de respuestas del 63,9%. Por profesiones, contestaron 76 (65,1%) médicos, 8 (33,3%) pediatras, 6 (33,3%) matronas y 71 (65,7%) ATS-DUE. Dos casos no se definieron.
La valoración que de las fuentes de información hacen los profesionales del área sanitaria se expone en la tabla 1. También consta en ella, la diferencia en la forma de recibir la información actual, entre los médicos y los ATS-DUE.
La participación en cursos, congresos y jornadas en los 2 últimos años es la mostrada en la tabla 2. La media de asistencias al total de cursos, congresos y jornadas de los médicos es de 5,5 (4,6-6,4) y de los ATS-DUE, de 2,6 (2,0-3,2) (p<0,0001). Por edades, es el grupo de edad de 40-49 años, con una media de 5,0 (3,8-6,1) asistencias por profesional, el que más asiste a ellos, seguido del grupo de 30-39 años con una media de 4,3 (3,4-5,1) asistencias. En último lugar estarían los de menos de 30 años, con 1,6 (0,8-2,4) asistencias (diferencias significativas, p<0,02). Las tres áreas temáticas que más han interesado al personal en los 2 últimos años son, la clínica (82,2%), la epidemiológica (42,9%) y la informática (32,5%).
El 54,6% del personal realiza sesiones clínicas, de los que un 36,8% las hace en su lugar de trabajo, un 17,8% en el hospital comarcal, un 6,7% en otro centro de salud y un 5,5% en otro lugar.
JANO es la revista más útil para el 21,5% de los profesionales del área, seguida de Atención Primaria para el 14,7% y ROL para el 10,4%. Las revistas más útiles para los médicos son JANO (39,6%), Atención Primaria (22,2%) y Medicine (16%), y para los ATS-DUE, ROL (21,1%), la que publica el Colegio de ATS-DUE (17,1%) y Nursing (16,6%).
El 3,7% del personal no está suscrito a ninguna revista y el 34,4% no recibe ninguna. El 20,2% de los encuestados no considera importante ninguna revista de las que recibe.
Los médicos reciben una media de 5,1 (4,5-5,8) revistas gratuitas, frente a las 1,9 (1,6-2,2) que reciben los ATS-DUE (p<0,001). En cuanto a la suscripción a revistas, los médicos lo están a una media de 1,4 (1,1-1,7) frente a 1,1 (0,8-1,3) de los ATS-DUE.
Un 8,3% de los médicos se siente poco informado en materia sanitaria frente al 29,9% de los ATS-DUE, un 57,2% se siente bastante informado frente al 45,5% de los ATS-DUE y un 34,5% cree estar muy informado frente al 24,6% de los ATS-DUE (p=0,002).
El 78,9% del personal ha necesitado buscar alguna vez algún libro o revista fuera de su propia biblioteca, y han encontrado la información siempre o muchas veces el 63,8% del personal, y pocas veces o nunca, el 18,4%. No contestan el 17,8% (sin diferencias entre profesiones). Los lugares donde buscan la información y la encuentran son, en primer lugar, en otros centros (50,9%), que incluyen, la Facultad de Medicina de Valencia (14,7%), bibliotecas diversas (9,2%), colegios profesionales (8%), Instituto Valenciano de Estudios en Salud Pública (6,7%), Hospital Comarcal (4,9%), otros hospitales (4,9%) y otros (2,5%). En segundo lugar estarían los centros de salud (18.4%), seguidos de los visitadores médicos (3,1%) y de los medios electrónicos (1,8%).
Un 24,5% del personal saben ponerse en contacto con medios electrónicos de búsqueda de información, un 20,9% los han utilizado alguna vez y un 15,9% refieren tener un buen acceso a ellos.
El 37,4% del personal no utiliza ninguna biblioteca, disminuyendo su uso con la edad. Las bibliotecas más utilizadas por el personal del área son, para los médicos, la biblioteca propia, la facultad de medicina, el IVESP y los hospitales, y para los ATS-DUE, los centros de salud, la biblioteca propia y el colegio profesional.
La forma más frecuente de conseguir la información necesaria para uso profesional ante la aparición de técnicas diagnósticas o enfermedades nuevas o de las que se carezca de información se refiere en la tabla 3.
La forma de financiación de los cursos, congresos y jornadas en los 2 años anteriores es la mostrada en la figura 1. La media de dinero gastado en el año anterior se refleja en la tabla 4. El 20,8% del personal no gasta dinero en información sanitaria. Los médicos gastan más dinero en todos los conceptos.
Utilizan el ordenador en la investigación el 16,1% del personal, emplean en la investigación los datos de la práctica profesional diaria el 26,1% y han hecho trabajos de investigación el 34,4%. El número de profesionales que declaran haber publicado trabajos en cualquier formato, incluso en congresos y jornadas, es de 33 (20,4%). Los temas principales sobre los que han realizado investigación han sido epidemiológicos (20,2%) y clínicos (19,6%). En la tabla 5 se muestran algunas diferencias entre médicos y ATS-DUE respecto a la información sanitaria y la investigación.
Las razones que alegan los que no investigan son, en primer lugar, la falta de planteamiento (26,4%), seguido de la falta de tiempo (23,3%), de no saber cómo hacerlo (22,1%), de falta de dinero (12,9%) y de otras causas (4,3%).
El 98,8% del personal del área piensa que la investigación debería estar incentivada, principalmente, mediante días libres (74,2%) y facilitando la asistencia a congresos (74,1), seguido de inversiones en centros de trabajo (62%), incentivación económica (51,5%) y compra de libros y revistas (47,2%).
El personal encuestado refiere que para poder investigar necesitaría medios de información (50,9%), medios materiales (66,9%) y apoyo metodológico (66,3%). Al preguntar si estas necesidades pueden obtenerlas en su área de salud, el 1,8% contesta que siempre, el 12,9% que muchas veces, el 25,8% que pocas veces, el 18,4% nunca y el 37,4% no lo saben. El 3,7% no contesta.
Por último, señalar que el 55,3% del personal encuestado refiere no disponer de sala de reuniones, el 64% no dispone de ordenador y el 71% no dispone de biblioteca.
Discusión
El principal sesgo que puede producirse en este trabajo es el derivado del 36,1% que no respondió, en el sentido de que podrían haber contestado en mayor proporción aquellos profesionales con mayor motivación y que han realizado más cursos, han asistido a más congresos o han hecho investigación. Al ser la encuesta anónima, no se dispone de datos sobre las características de los que no han contestado. En cualquier caso, creemos que la información contenida en este estudio es útil, sobre todo por la escasez de información de este tipo, y posteriores estudios podrían corroborar o no hipótesis en ese sentido. De igual forma, para extrapolar nuestros resultados a otras áreas de salud de la Comunidad Valenciana o de otras comunidades autónomas y comparar datos se precisarían más estudios, ya que pensamos que pueden influir en ellos variables como las políticas sanitarias en las áreas de salud, la existencia de direcciones de área y/o unidades de investigación capaces de motivar al personal, las diferentes dotaciones de bibliotecas y material informático en los centros, incentivaciones, etc.
Al igual que se refleja en otros estudios7, son los cursos la fuente de información preferida, destacando también, la alta valoración que alcanzan las sesiones clínicas a pesar de ser escasa su realización práctica. Sólo la mitad del personal encuestado realiza sesiones clínicas o bibliográficas a pesar de su utilidad8. Por otro lado, llama la atención la baja valoración que se hace de los congresos y jornadas por parte de los médicos, que son los que más asisten a ellos, lo que podría sugerir que la información que de ellos se extrae tiene escasa aplicación en la práctica diaria, lo que puede estar relacionado con su forma de financiación.
El que los cursos y sesiones clínicas sean las fuentes de información preferida podría sugerir la falta de una verdadera búsqueda activa de información que mejore nuestra práctica diaria continuamente. La utilización racional de la información sanitaria y su correcta evaluación por parte del personal sanitario, disminuiría los costes de la asistencia sanitaria, dotándola de mayor calidad4. Los profesionales buscan principalmente la información sanitaria fuera de los centros de salud, lo que podría estar relacionado con una escasa oferta de información proveniente de ellos o con un difícil acceso a ella. Como señala Rodríguez Alonso9, es muy fácil con los sistemas informáticos actuales tener cualquier tipo de publicación en el lugar de trabajo. De todas formas, una solución sería establecer una buena biblioteca de área, bien dotada, con recursos suficientes, de personal, suscripción a las principales revistas, acceso a sistemas electrónicos de información, cada vez más asequibles, etc., y que fuese referencia para todos los profesionales y estuviese abierta a todos ellos.
La participación en cursos de los profesionales encuestados es elevada. Sin embargo, queda todavía un porcentaje importante que no ha realizado ninguno, lo que podría deberse a una escasa oferta o a problemas de acceso por falta de tiempo, coste elevado, escasez de días libres o falta de motivación, aspectos estos que deben tenerse en cuenta para lograr la participación y motivación de los profesionales10. Así mismo, la escasa participación de los ATS-DUE en los congresos podría estar relacionada, entre otras, con su financiación.
Son pocos los profesionales que han publicado algún trabajo de investigación. Existe una falta de motivación para realizar trabajos de investigación (falta de planteamiento) y de apoyo metodológico (no saben cómo hacerlo) que tienen los profesionales del área. De esta forma, son éstos, junto con la falta de tiempo y la falta de recursos, los principales impedimentos para investigar11. La investigación es un elemento indispensable para el desarrollo de la salud de la población y debería formar parte del quehacer cotidiano en los equipos de atención primaria12-14. Precisa de una organización y recursos adecuados ya que entre los obstáculos que la paralizan se encuentran: la falta de apoyo metodológico, la alta presión asistencial, la ausencia de trabajo en equipo, la falta de recursos económicos y las deficiencias estructurales15. Debe motivarse a los profesionales a investigar en salud, sobre todo al colectivo de enfermería16. Un porcentaje importante del personal sanitario del área no se siente apoyado por su administración de área para la realización de trabajos de investigación o desconoce la oferta, si la hay, a pesar de existir una unidad de investigación en el área, la cual debería servir para potenciar este campo17. Desconocer las ofertas institucionales es un impedimento a la realización de investigación en las áreas de salud14,18,19, muchas veces debido a canales de información inadecuados20.