Objetivos. Evaluar la ingesta de alimentos en las familias de la Misión Aborigen «El Chañar» y a los niños de 6-14 años desde el punto de vista antropométrico.
Diseño. El estudio fue transversal, descriptivo, sobre 2 unidades de análisis diferentes.
Emplazamiento. Comunidad aborigen de «El Chañar».
Participantes. Todas las familias de la misión y todos los hijos de 6-14 años.
Intervenciones. A) Se realizó una encuesta alimentaria a todas las familias de la misión por el método de recordatorio de las 24 horas del día anterior al estudio. B) Para el estudio antropométrico se determinó: peso, talla (estatura) y perímetro braquial, pliegue cutáneo tricipital y circunferencia muscular braquial.
Mediciones y resultados principales. Los alimentos ingeridos fueron traducidos a nutrientes, expresándose los resultados como porcentaje (%) de adecuación a los requerimientos. En 1994, el nutriente más deficitario fue el calcio, ya que el 100% de las familias tuvieron menos del 10% de adecuación a los requerimientos.
Los resultados demostraron deficiencias en la ingesta de alimentos, y niveles de crecimiento por debajo de la normas de referencia internacionales.
Conclusiones. Los alimentos silvestres no son un componente fundamental de la dieta habitual de los aborígenes. Su consumo se fue perdiendo a lo largo del tiempo con la influencia de la alimentación de los criollos.
Objectives. To evaluate the food intake of families at the "El Chañar" aboriginal mission and make an anthropometric evaluation of the children between 6 and 14.
Design. This crossover and descriptive study covered two units of analysis.
Setting. It was carried out at the "El Chañar" aboriginal community.
Participants. All the mission families and all children between 6 and 14.
Interventions. A) A food questionnaire was administered to all the families at the mission by the method of remembering the 24 hours of the day prior to the study. B) For the anthropometric study, the following were determined: weight, size (stature) and brachial perimeter, tricipital cutaneous fold and brachial muscular circumference.
Measurements and main results. Foods taken were expressed in terms of nutrients, and the results expressed as a percentage of requirements. In 1994 the nutrient most in deficit was calcium, in that 100% of the families had less than 10% of what was required. The findings showed deficiencies in food intake and growth levels below the International Reference Norms.
Conclusions. Wild foods are not an essential component of the aborigenes' habitual diet. Their consumption have declined over time under the influence of 'criollo' (creole) food.
Introducción
La información epidemiológica de la que se dispone en los registros sobre enfermedades, y los principales indicadores de morbilidad o mortalidad, natalidad y expectativa de vida al nacer, no están por lo general diferenciados por grupos étnicos o lingüísticos.
Existen, por otro lado, datos e información de fuentes secundarias, a partir de las cuales se puede inferir sin temor a equivocarse que el nivel de salud y nutrición entre las poblaciones autóctonas de América está varias veces por debajo de los promedios nacionales y llega a extremos alarmantes en algunas regiones cuando se las compara con poblaciones homólogas de referencia1.
En diciembre de 1992, en la ciudad de Roma, la Conferencia Internacional de Nutrición destacó dentro de sus directrices principales en materia de políticas el dar prioridad a los grupos nutricionalmente vulnerables, entre los cuales ubica explícitamente a las poblaciones aborígenes2.
En virtud de que nuestras comunidades aborígenes no escapan a esta realidad, fue que en 1994 un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias de la Salud y del Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de Salta inició un proyecto de investigación con el objeto de conocer aspectos de la situación alimentaria y nutricional de una de las misiones aborígenes más desfavorecidas de la Provincia de Salta, la cual se encuentra en la región noroeste de la República Argentina.
Esta misión, denominada «El Chañar», se halla en el Departamento Rivadavia, el más extenso de la provincia, el cual presenta un clima subtropical con variaciones que provocan grandes sequías en el invierno y copiosas precipitaciones pluviales en el verano. Este departamento es uno de los más críticos tanto por sus aspectos sanitarios como ecológicos y socioeconómicos.
La distancia a los centros urbanos, la inaccesibilidad geográfica dada por deficientes caminos, bajos niveles socioeconómicos de la población y la desertización creciente en la zona se conjugan en contribuir a la inseguridad alimentaria.
El programa de atención primaria de la provincia ha dejado de funcionar en la misión desde 1994 por razones presupuestarias, por lo cual este grupo de investigadores consideró de suma importancia el estudio de esta comunidad con el objetivo de evaluar la ingesta de alimentos en las familias aborígenes de «El Chañar» y a los niños de 6-14 años desde el punto de vista antropométrico.
Población y método
El estudio fue de tipo descriptivo y transversal. La recolección de los datos se realizó en 2 períodos: agosto de 1994 (época de sequía) y abril de 1995 (época poslluvias), con el objeto de evaluar a la población en los períodos de menor y mayor disponibilidad de alimentos silvestres.
Se estudiaron las 7 familias que viven en la misión y todos los niños de 6-14 años, 16 en 1994 y 24 en 1995. Este incremento de niños en 1995 se debió a que 10 niños cumplieron 6 años de edad y 2 se desestimaron por haber sobrepasado el rango de edad del estudio.
El estudio de la ingesta alimentaria tuvo como unidad de análisis a las familias, en las cuales se llevó a cabo una encuesta alimentaria por el método de recordatorio de las 24 horas anteriores al estudio; con el objeto de calcular en qué porcentaje los nutrientes aportados por la dieta cubrían los requerimientos familiares, se calculó el porcentaje de adecuación, por medio del cociente entre lo consumido y lo requerido de la familia. Se consideraron como normales los porcentajes de adecuación de 90-110, como deficientes los menores de 90 y como exceso los superiores a 110.
Los nutrientes estudiados fueron calorías, proteínas, calcio, hierro, vitamina A, tiamina, riboflavina, niacina y vitamina C. Se utilizaron las recomendaciones nutricionales de la OMS3 y la tabla de composición química de alimentos del Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP)4. En el caso de los alimentos silvestres típicos de la zona, los mismos fueron analizados químicamente en los laboratorios de tecnología de los alimentos de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional de Salta.
Para el estudio antropométrico, la unidad de análisis fueron todos los niños de 6-14 años. Los datos recogidos fueron: peso, estatura, perímetro braquial (PB), pliegue cutáneo tricipital (PCT) y circunferencia muscular braquial (CMB).
Para la evaluación del peso y la estatura se construyeron los índices de peso/edad, estatura/edad y peso/estatura, comparándolos con las tablas del National Center Health Statistics (NCHS), expresándose la información en desviaciones a la mediana de referencia (Z-score).
Para el PB, CMB y PCT se construyeron los índices en relación a edad y sexo, comparando los resultados con las tablas de Frisancho, recomendadas por la OMS, expresándose la información en porcentajes de adecuación a la mediana, por medio del cociente entre el valor de la medida y el valor de la mediana de la población de referencia para la misma edad y sexo.
En todos los casos, tanto el instrumental como las técnicas empleadas fueron las recomendadas por los respectivos estándares utilizados.
Debido a que la Misión de «El Chañar» está compuesta solamente por 7 familias, no resultó pertinente aplicar pruebas de significancia estadística en el estudio alimentario familiar.
Resultados
Los resultados de la encuesta alimentaria de 1994 (tabla 1) demostraron que, salvo en proteínas, el 100% de las familias fueron deficientes en todos los nutrientes estudiados. De ellos, el más grave fue el calcio, ya que el 100% presentó menos del 10% de adecuación a los requerimientos.
Todas las familias con adecuación proteica deficiente y normal consumieron más del 50% de proteínas de origen vegetal, y tuvieron a su vez una insuficiente ingesta calórica.
Los resultados de 1995 (tabla 2) demuestran que los nutrientes deficitarios fueron: calcio y vitamina A en el 100% de las familias, siguiéndole en orden riboflavina, vitamina C, calorías, hierro, tiamina y proteínas.
De ellos los más severos fueron el calcio y la vitamina C, observándose el mismo comportamiento que en 1994 respecto a las proteínas.
La dieta básica en los dos momentos de la recolección de datos estuvo constituida por alimentos hidrocarbonados (harinas de trigo, maíz y azúcar refinada). El consumo de proteínas de origen animal sólo estuvo limitada al esporádico y escaso consumo de animales de caza, como el quirquincho. El consumo de alimentos silvestres fue prácticamente nulo.
El estudio antropométrico en 1994 (tabla 3) mostró un solo caso por debajo de 2 DE, tanto para peso/edad como para peso/talla. En 1995 se encontraron 2 casos extremos, uno por debajo de 3 DE y otro de 4 DE (tabla 4). Respecto a parámetros antropométricos de composición corporal (tabla 5), el más afectado fue el pliegue cutáneo tricipital.
Aplicando la prueba de ji-cuadrado para el análisis de parámetros de composición corporal, en relación a las épocas de menor y mayor producción de alimentos silvestres, no se encontró asociación estadística.
Discusión
Resultó evidente que los alimentos silvestres no son un componente fundamental de la dieta habitual de los aborígenes de «El Chañar» en la actualidad; su consumo se fue perdiendo a lo largo del tiempo con la influencia de la alimentación de los criollos. Las deficiencias calóricas se evidencian en un elevado porcentaje de niños con puntuaciones Z entre 1 DE y 2 DE que indican una situación nutricional de riesgo.
Comparando con estudios realizados por el Instituto de Cultura Popular de la República Argentina (INCUPO), éstos también plantean que en grupos aborígenes chaqueños la costumbre de «comer del monte», va reemplazándose por las compras en el almacén cuando hay dinero disponible por trabajos ocasionales, adquiriéndose farináceos, grasa y yerba5.
Si bien es importante revalorizar los alimentos silvestres del monte chaqueño (ambiente natural de este grupo aborigen), aunque estuviesen disponibles en grandes cantidades, no contribuirían a solucionar el problema nutricional, debiendo encararse otro tipo de intervenciones nutricionales para corregir la situación y poder mejorar el nivel de crecimiento de los niños, así como la productividad de los adultos.
Los resultados del estudio de la Misión de «El Chañar» no deben hacerse extensivos a otras comunidades aborígenes de la provincia, por presentar cada una de ellas realidades socioculturales y ambientales propias; deberán ser evaluadas en particular siguiendo la misma metodología que en «El Chañar», ya que ha demostrado ser útil para arribar al conocimiento del nivel de suficiencia de la alimentación de las familias y del crecimiento de los niños.