Sres. Directores: Recientemente se ha publicado en ATENCIÓN PRIMARIA un estudio realizado por Román et al sobre intervención antitabaco en pacientes crónicos1 al que quiero hacer unas consideraciones. La primera se refiere al método utilizado para conocer el hábito del consumo de tabaco, para el que existe un cuestionario que valora la dependencia al tabaco, test de Fagerström2, ya validado y referido como estándar tanto en estimar la intensidad de dependencia física como en predecir el éxito de la terapia antitabaco3. También quería comentar que de la lectura del artículo no se llega a discernir cuáles de los pacientes son fumadores consonantes y cuáles fumadores disonantes, siendo este un factor que influiría de manera decisida en el resultado, así como en la intervención a realizar con el paciente4. Aunque los autores citan el estudio publicado como una primera evaluación a los 9 meses, sus resultados serían comparables a otros estudios si el período de seguimiento fuese de un año, que es el que se cita habitualmente en estudios clínicos de abandono del hábito de fumar5. Para concluir, quisiera comentar que, aunque la autodeclaración de no fumador puede ser válida, el uso de métodos de validación del estado de no fumador, como el CO espirado6, sería interesante tanto en la evaluación final como para utilizarlo como método de refuerzo positivo en las primeras semanas en que el afianzamiento del estado de abstinencia es más difícil para el fumador, motivo este último por el que también creo que las citas de refuerzo deben ser más frecuentes en ese período inicial para luego poderlas distanciar en el seguimiento posterior de los pacientes.