Es indudable que la utilización de Internet ha ido ganando terreno de forma progresiva e imparable en todas las esferas de nuestras vidas, desde las actividades de ocio y entretenimiento hasta la forma en la que se establecen las relaciones sociales, constituyendo además una fuente de información de referencia sobre cualquier tema o condición. Los adolescentes de hoy en día deben ser considerados como “nativos digitales” y por tanto han crecido inmersos en la tecnología digital, con Internet, los videojuegos, la telefonía móvil y un conjunto variado de gadgets (pequeños dispositivos y/o miniaplicaciones con funciones específicas que ofrecen diversas prestaciones tecnológicas), que presentan algunas características en común, como son su ubicuidad y su sencillez de uso, proporcionando el acceso a múltiples contenidos y ofreciendo la posibilidad de mantener al mismo tiempo un gran número de contactos y relaciones sociales. En un estudio realizado por el Pew Internet and American Life Project en 20071, se indicaba que cerca del 100% de los adolescentes entre los 12 y los 17 años utilizan de forma habitual Internet y cada vez de forma más intensiva, ya sea como herramienta de comunicación o como primera fuente de información sobre temas tan diversos como deportes, música y con finalidad escolar, pero también para obtener información sobre temas de salud.
Diversos trabajos como los realizados por Miguel González et al2 (este número) o Sánchez et al3 constituyen una aportación muy interesante para disponer de un mayor conocimiento del uso de la Red como fuente de información médica que llevan a cabo los adolescentes, así como conocer las necesidades que manifiestan para la resolución de sus dudas relacionadas con la salud y las características que los definen como usuarios de Internet. Igualmente, la manera en la que los adolescentes utilizan Internet y los efectos que puede comportar en dicha población, constituyen el objeto y preocupación constante de gobiernos y de diferentes organizaciones que han propuesto diversas estrategias para promocionar una utilización más segura y beneficiosa del mismo. En esta línea podemos encontrar iniciativas como Ins@fe y Protégeles4, vinculadas o subvencionadas por la Unión Europea y también el programa de sensibilización “Internet Segura” de la Agencia de Calidad de Internet (IQUA) que desarrollan múltiples actividades, como campañas y trabajos de prevención, por ejemplo contra la bulimia y la anorexia o la pornografía infantil, que tienen como objetivo fundamental mejorar la seguridad de los menores en Internet. También es importante señalar, las recomendaciones elaboradas por la UNICEF en su “Decálogo de los e-derechos de los niños y la niñas”5. Entre dichas recomendaciones podemos destacar, las que hacen referencia al derecho al acceso a la información y la tecnología, al derecho a la libre expresión y asociación, que solo podrán ser restringidos para garantizar la protección de los niños y niñas de informaciones y materiales perjudiciales, al derecho a la protección contra la explotación, el comercio ilegal, los abusos y la violencia de todo tipo, al derecho a la intimidad de las comunicaciones y a no proporcionar datos personales, preservando su identidad y su imagen de posibles usos ilícitos, así como el derecho y la responsabilidad de los padres y madres de orientar, educar y acordar con sus hijos e hijas un uso responsable de Internet. Por tanto, es de gran importancia favorecer actividades y estrategias que promocionen una mayor concienciación de padres y tutores sobre la necesidad de garantizar que los adolescentes utilicen de forma segura Internet y las tecnologías de información y comunicación en general. Estas estrategias deberían tener una continuidad en el tiempo, un buen soporte y conocimiento adecuado de la población a la que va dirigido para evitar el fracaso de las mismas6, como ocurrió por ejemplo con el robot Robin al que se hace referencia en el artículo de Miguel et al, un asistente de Windows Live Messenger promovido por el Ministerio de Sanidad y Política Social en 2008, que pretendía dar respuestas a los jóvenes sobre temas relacionados con las enfermedades de transmisión sexual y el consumo de alcohol y que no llegó a funcionar de forma adecuada. Además cualquier estrategia propuesta, debe asegurar la participación de los padres y educadores entre sus objetivos, ya que es frecuente que en realidad éstos desconozcan el funcionamiento de Internet y sus peligros.
Finalmente como punto de reflexión, el uso correcto de Internet es beneficioso y los profesionales sanitarios debemos seguir muy atentos a los avances que se producen en torno a las tecnologías de la información y comunicación y en especial en la forma en la que los adolescentes las utilizan, favoreciendo desde la Atención Primaria la investigación y la promoción de la salud y la utilización de Internet como un medio que puede servir para ofrecer mensajes claros y directos a los adolescentes y a los jóvenes en general.
- •
Los adolescentes utilizan Internet de forma habitual como primera fuente de información y como medio de comunicación y socialización.
- •
Es de gran importancia apoyar actividades y estrategias que puedan garantizar un uso seguro de Internet por parte de los adolescentes y en las que los padres y tutores deben estar implicados directamente.
- •
Internet puede servir como herramienta para la promoción de la salud entre los adolescentes y la Atención Primaria podría tener un papel primordial en su utilización.
