La insuficiencia cardíaca (IC), en España, es la tercera causa de muerte cardiovascular y la primera de hospitalización en mayores de 65 años1.
La guía europea de tratamiento de IC (2005) marca a los inhibidores de la enzima de conversión de la angiotensina (IECA), bloqueadores beta (BB) y antagonistas de los receptores de la angiotensina II (ARA-II) como terapia obligatoria según la clasificación de la New York Heart Association (NYHA)2. No pautarlos supone exponer al paciente a una menor supervivencia y a una mayor morbilidad3. El uso de otros fármacos, como los diuréticos, sólo debe ser sintomático, y nunca como único tratamiento4 (tabla 1).
Objetivos.1. Evaluar el seguimiento de las recomendaciones de las guías de tratamiento de IC, analizando los tratamientos pautados a los pacientes que sufren IC en un centro de salud periurbano, en función del grado de disnea y/o la escala NYHA.
2. Conocer cómo se realiza el diagnóstico y tratamiento de la IC.
Diseño. Estudio transversal descriptivo donde se realizó y analizó una base de datos en SPSS 10.1 con datos de identificación, comorbilidad, diagnóstico y tratamiento de los pacientes con episodio de IC (código K77 de CIAP).
Resultados. El diagnóstico de IC fue realizado en un 75% de los casos por el médico de familia. En el 63% de los casos fue un diagnóstico exclusivamente clínico, en el 28% se acompañó de una radiografía y en el 9% una ecocardiografía. La clasificación de IC apareció en menos del 70% de las historias (el 9% según la NYHA y el 60% según el grado de disnea). El registro de consejo de dieta o ejercicio sólo se mencionó en el 47% de los casos. Los diuréticos fueron pautados en el 79% de los pacientes, seguidos de IECA (41%), BB (27,8%) y ARA-II (20%). La adhesión a las guías de tratamiento varió del 37,5 al 0% según el grado de disnea, disminuyendo al aumentar éste.
Conclusiones. A pesar de las recomendaciones de las guías de tratamiento, continuamos utilizando los diuréticos como el arma principal en el tratamiento de la IC, mientras que IECA, BB y ARA-II quedan relegados a un segundo lugar, hecho comparable con otros estudios y pautas seguidas por otros especialistas5,6. Todos estos datos indican que aún estamos lejos de los objetivos para un tratamiento de calidad en la IC, tanto en la atención primaria como en la especializada. Conseguir una adecuada adhesión a las guías debe ser el objetivo de todos para mejorar la calidad de nuestro trabajo.