Conocer las motivaciones (actitudes, creencias y experiencias) de los adolescentes para el consumo de alcohol.
DiseñoMetodología cualitativa con método explicativo. Uso de técnicas conversacionales (grupos de discusión con 6–8 adolescentes/grupo, 50min duración) registradas mediante videograbación durante el curso escolar 2008–09.
Participantes y contextoAdolescentes de 12–18 años de un instituto urbano de clase media (Jaén, España). Muestreo intencional estratificado por niveles educativos; criterios de heterogeneidad: sexo y consumo de alcohol.
MétodoProceso de análisis cualitativo de contenido: codificación, triangulación de categorías y obtención/verificación de resultados.
ResultadosSe realizan seis entrevistas grupales, incluyendo 44 adolescentes (54% varones). El tipo de consumo varía con la edad, existiendo diferencias de género en las motivaciones. El alcohol se relaciona con actos lúdico-sociales desde las primeras experiencias familiares, y con el ocio nocturno al entrar en el instituto y aumentar las relaciones entre iguales. Los modelos sociales preferidos son los jóvenes universitarios, con un consumo excesivo en fin de semana que es entendido como un acto de independencia. Se rechazan las figuras de autoridad (profesores/sanitarios), criticando la información recibida (solo de contenidos, sin elementos motivacionales) y la omisión en la educación sobre este tema. Existen una accesibilidad para la compra de alcohol elevada, una sensación de control del consumo y una tendencia a entender las intoxicaciones agudas como parte del ocio. Salvo pocas discrepancias, se relaciona el consumo de alcohol con el consumo de tabaco y de otras drogas.
ConclusionesLa intervención sobre el consumo alcohólico de los adolescentes debe incorporar sus motivaciones para lograr una mayor eficiencia.
To find out the motivation (attitudes, beliefs and experiences) behind adolescent alcohol consumption.
DesignQualitative methodology, explanatory method, using conversational techniques (discussion group with 6–8 adolescents/group, 50min duration) recorded by videotape during the school year 2008/09.
Participants and contextAdolescents 12–18 years-old of a middle-class urban school (Jaen-Spain). Purposive sampling stratified by level of education; heterogeneity criteria: sex and alcohol consumption.
MethodProcess of content analysis: coding, triangulation of categories and obtain/verify results.
ResultsSix group interviews, including 44 teenagers (54% males). The rate of consumption varies with age, and there are gender differences in motivations. Alcohol is related to social and leisure activities from early family experiences, and the nightlife on entering school and as peer relationships increase. The preferred social models are university students, with excessive consumption at the weekend that is understood as an act of independence. Rejection of authority figures (teachers/health), critical attitude to the received information (content only, without motivational elements) and failure in education on this topic. There is high accessibility for the purchase of alcohol, a sense of controlled consumption and a tendency to understand acute poisoning as part of leisure. The adolescents related alcohol consumption, tobacco and drug use (except for minor discrepancies).
ConclusionsThe intervention on alcohol consumption of adolescents should incorporate their motivation to achieve greater efficiency.
El consumo de bebidas alcohólicas es un hábito extendido y culturalmente aceptado en nuestra sociedad1 y no exclusivo de la población adulta. El alcohol es la sustancia cuyo consumo está más extendido entre los estudiantes de 14–18 años: más del 80% lo han probado alguna vez, más del 70% lo han consumido en el último año y casi el 60% en el último mes2. A diferencia de los adultos, el consumo de alcohol se concentra en el fin de semana: casi la cuarta parte de todos los jóvenes beben todos los fines de semana con una mayor preferencia por alcoholes de alta graduación y ligado al consumo de otras drogas1–3. Estos cambios, incluida la alta frecuencia de intoxicaciones agudas entre los jóvenes (casi el 60% se ha emborrachado alguna vez), hacen del consumo de alcohol entre adolescentes uno de los principales problemas de salud pública4.
Las influencias de determinados modelos sociales, las actitudes familiares y ciertos factores personales parecen ser decisivos para el consumo de alcohol5–8. Para entender este fenómeno es necesaria una visión holística que oriente este problema como un acontecimiento social que hay que comprender, encontrando su sentido a partir de los significados que los propios adolescentes le conceden. El objetivo del trabajo es conocer las motivaciones (entendidas como actitudes, creencias y vivencias) de los adolescentes de un instituto urbano de Educación Secundaria para el inicio y/o mantenimiento del consumo de alcohol, tanto propias como del resto de adolescentes que conforman su microsistema de iguales.
MétodoSe realizó un estudio cualitativo mediante un método fenomenológico, adecuado para conocer las opiniones, percepciones y discursos. El estudio fue de tipo explicativo, pretendiendo descubrir y enumerar las causas que conforman el fenómeno, así como identificar cómo interactúan entre sí para elaborar un marco explicativo sobre el mismo.
El trabajo de campo tuvo lugar durante los 2 primeros trimestres del curso escolar 2008–09. Los sujetos de estudio fueron los adolescentes escolarizados en un Instituto de Educación Secundaria de una zona urbana de Jaén, con edades comprendidas entre los 12–18 años y un nivel socieconómico medio. Se realizó un muestreo intencional estratificado por niveles educativos (criterio de segmentación), con un tamaño de muestra suficiente hasta alcanzar el punto de saturación, en el que ningún grupo aportó información nueva y relevante. Para dotar al discurso de heterogeneidad se tuvieron en cuenta las variables de género y el consumo de alcohol (definido como: no consumo, de prueba, en fin de semana)3. La selección de los participantes fue realizada por una profesora del instituto que actuó como informante clave, captando a los adolescentes según los criterios previamente establecidos, solicitando su colaboración y facilitando la realización de las entrevistas en el propio centro educativo durante la jornada escolar. Se requirió la firma de consentimiento informado tanto por parte de los participantes como de sus padres y se entregó información escrita sobre el estudio y la voluntariedad de la participación.
La técnica de recogida de la información empleada fue el grupo de discusión9, para estudiar la intersubjetividad del grupo considerando la interacción en sí misma como una fuente de datos. Todos los grupos se grabaron en videocámara y fueron moderados por una persona del equipo de investigación no perteneciente al entorno educativo. Se utilizó un guión de preguntas previamente establecido (tabla 1) y se elaboró un diario de campo donde se registraron las incidencias e impresiones que iban apareciendo durante la entrevista grupal. Para evitar que la recogida de información quedase demasiado limitada en función de las preguntas planteadas, se consideró más oportuno realizar entrevistas no estructuradas que favorecieran la interacción entre los propios adolescentes, usando el guión como línea exploratoria inicial que permitiera la aparición de nuevos temas emergentes. De forma paralela, se realizó la transcripción de las conversaciones, en la que se garantizó el anonimato de los participantes que no fueron identificados nominalmente. Se realizaron finalmente seis grupos (uno por cada nivel educativo), con una duración media de 50min y un total de 44 adolescentes (tabla 2).
Guión de la entrevista para el grupo de discusión
1. | Recepción y saludo al grupo |
2. | Introducción |
Vais a participar en un estudio de investigación realizado por médicos. Durante esta hora queremos que nos contéis por qué los adolescentes comienzan a beber, de esta forma los médicos sabremos qué pensáis sobre este tema. Vamos a grabar este rato para poder anotar después todo lo que digáis, os recuerdo que esta reunión es confidencial: la cinta grabada se destruirá y vuestro datos no los conocerán otras personas | |
3. | Debate a fondo |
Imagino que todos conocéis a gente joven con vuestra edad que bebe: | |
¿Cuáles son los motivos que tienen para consumir alcohol? | |
¿Los amigos influyen para beber alcohol? | |
¿La familia tiene importancia en los motivos para consumir alcohol? | |
¿Cómo veis la actuación de profesores y médicos? | |
¿Influye la publicidad? | |
¿Es fácil comprar alcohol? | |
¿Es malo para la salud? | |
¿Se relaciona con el consumo de tabaco y con otras drogas? | |
4. | Clausura |
Vamos a finalizar la entrevista, ¿alguien quiere comentar algo más? Os agradecemos la participación |
Características principales y número de participantes en cada grupo entrevistado
Nivel educativo | Fecha | Número de participantes | Duración (min) | Edad media* | Mujeres (%) | Consumo de alcohol** | ||
A (%) | B (%) | C (%) | ||||||
1.o ESO | 27-11-2008 | 7 | 45 | 12,3±0,2 | 57 | 57 | 43 | – |
2.o ESO | 16-10-2008 | 6 | 50 | 13,5±0,4 | 17 | 34 | 33 | 33 |
3.o ESO | 23-10-2008 | 9 | 50 | 13,9±0,6 | 78 | – | 56 | 44 |
4.o ESO | 23-10-2008 | 7 | 48 | 15,2±0,5 | 57 | – | 43 | 57 |
1.o BACH | 9-01-2009 | 7 | 53 | 16,4±0,4 | 43 | – | 29 | 71 |
2.o BACH | 21-10-2008 | 8 | 55 | 17,1±0,2 | 25 | – | 37 | 63 |
BACH: bachillerato; ESO: Educación Secundaria Obligatoria.
Seguidamente se llevó a cabo un análisis de contenido cualitativo10 que constó de tres fases:
- 1.
Fase de codificación: se realizó una lectura literal de las transcripciones inmediatamente tras su realización, para generar las primeras hipótesis preanalíticas, valorar la saturación de la información y aplicar los indicadores de calidad del proceso (adecuación del contenido de las reuniones a los objetivos del proyecto; participación de todos los adolescentes del grupo en la exposición de creencias y vivencias; intervenciones adecuadas y registro correctos por parte del moderador; y registro escrito de la hipótesis de trabajo). Esta actitud crítica constante nos permitió asegurar la circularidad y flexibilidad del diseño. Posteriormente, se identificaron las unidades de texto y sus referentes (significados, discursos), se asignaron códigos de colores que indicaban conceptos emergentes del texto y se agruparon en categorías.
- 2.
Fase de triangulación de categorías: Las categorías de análisis se consensuaron entre los miembros del equipo según los objetivos planteados y se redefinieron las categorías definitivas.
- 3.
Fase de obtención y verificación de resultados: se realizó un análisis de contenido con el apoyo del programa informático NUDIST que ayudó a la construcción de las matrices definitivas y a explorar conexiones entre claves para el último análisis definitivo de los datos.
Se obtuvo información de 44 adolescentes repartidos en 6 grupos, con un 54% de hombres (tabla 2). La información recogida se presenta en cuatro categorías y diez subcategorías (tabla 3) que se corresponden con los puntos del guión de la entrevista, las hipótesis generadas y el marco explicativo.
Categorías definidas en el análisis cualitativo y subcategorías correspondientes
Determinantes personales | 1. Características propias del alcohol |
2. Edad | |
3. Género | |
Influencia del microsistema | 4. La familia |
5. El grupo de iguales | |
6. Los adultos jóvenes | |
7. Las figuras de autoridad | |
Modelos sociales | 8. Normalización social |
9. Relación con el ocio | |
10. Información recibida | |
Adicción y riesgo | 11. Control y adicción |
12. Riesgo y enfermedad | |
13. Relación con otras drogas |
El alcohol presenta un sabor atrayente, con múltiples marcas conocidas por los adolescentes (tabla 4,1). Sin embargo, no hay motivos personales conscientes para el inicio del consumo, aceptándose como una experiencia más (tabla 4,2) que está ligada a una edad concreta situada en la segunda etapa de la adolescencia y relacionada con el descubrimiento de una nueva forma de ocio nocturno (tabla 4,3). Un consumo precoz se asocia a otras etnias y a un nivel social más bajo (tabla 4,4), mientras que se admite en reuniones familiares/sociales. El adolescente varón afianza con el consumo de alcohol su rol masculino y su status dentro de un grupo de iguales (tabla 4,5); las mujeres no tienen esas impresiones, siendo «utilizadas» como gancho para la venta de alcohol (tabla 4,6).
Citas textuales (verbatims) para cada categoría y subcategorías
Determinantes personales |
|
El primer contacto con el alcohol ocurre en el hogar a través del ejemplo de los padres, con un consumo ligado al ocio y a las reuniones sociales (tabla 4,7), cumpliendo al mismo tiempo un papel de iniciación a la madurez (tabla 4,8). Los padres emiten mensajes contradictorios, ignorando el problema o prohibiendo su consumo con mensajes autoritarios poco comprensibles para el adolescente (tabla 4,9). Los adolescentes, por su parte, critican la educación por omisión, reclaman un ejemplo vivencial y reconocen que la actitud vigilante de los padres impide un consumo excesivo de alcohol. Los familiares jóvenes también tienen una influencia importante (tabla 4,10).
La entrada al instituto supone un cambio marcado por nuevas normas y valores del grupo de iguales. El consumo de alcohol es una experiencia grupal, se dirige a la consecución de una mayor aceptación social y confiere un rol de autoridad personal (tabla 4,11). No hay una ruptura total con las creencias asimiladas en la familia, pero la influencia de los amigos es más consciente en los adolescentes (tabla 4,12).
El paso a la universidad se valora como un nuevo cambio consiguiendo mayor libertad e independencia (tabla 4,13): los universitarios actúan como un poderoso referente social en cuanto a hábitos de vida, asociando el consumo de alcohol al ocio nocturno y al consumo de otras drogas (tabla 4,14). En cambio, hay cierto rechazo a sanitarios y educadores, valorados como figuras de autoridad, con un rol de adulto lejano a sus vivencias personales (tabla 4,15) por lo que transmiten una información poco motivadora y difícil de entender (tabla 4,16). Los adolescentes más pequeños otorgan mayor autoridad al médico mientras que los mayores demandan un diálogo de igual a igual e información de otros adolescentes más experimentados (tabla 4,17).
Modelos socialesEl consumo de alcohol está completamente normalizado en la sociedad en la que los adolescentes se están integrando, por lo que consideran que la imitación de estos comportamientos sociales es apropiado (tabla 4, 18 y 19). Pese a ello, se constata una dicotomía entre la obligación de cumplir las normas correctas (no consumir) y el poder de transgresión de las mismas, disfrutando de la ilegalidad del consumo para autoafirmarse ante los adultos (tabla 4,20). Hay una alta accesibilidad para su compra, independientemente de la edad (tabla 4,21).
El consumo de alcohol durante la adolescencia se asocia al ocio nocturno (tabla 4,22). Hay discrepancias sobre este punto: los adolescentes con un mayor consumo asocian diversión con alcohol, frente a los no consumidores. Estas divergencias indican diferentes modelos de diversión desde el inicio de la adolescencia (tabla 4,23), hacia la segunda y tercera etapa de la adolescencia donde divertirse es sinónimo de «hacer botellón» y consumir alcohol (tabla 4,24). Prima su efecto socializador y euforizante, lo que mejora las relaciones intragrupales y el rendimiento físico y psíquico en las fiestas, permitiendo un mayor disfrute del momento (tabla 4,25). Sin embargo, reconocen que la finalidad del botellón es beber alcohol, por delante de su efecto socializador (tabla 4,26), es más económico y permite un acceso más rápido a la compra del alcohol (tabla 4,27).
Los adolescentes reconocen que la familia es la transmisora social de información más importante sobre el consumo de alcohol, con la transmisión de valores y vivencias (tabla 4,28). Otro tipo de información no se considera útil: la experiencia personal de consumo es necesaria para alcanzar un conocimiento completo sobre lo que es el alcohol (tabla 4,29). Los medios de comunicación dejan impronta por su repetitividad en los anuncios de bebidas alcohólicas (tabla 4,30) contenidos impactantes/agresivos o por implicar medidas punitivas, como la penalización de conducir bebido (tabla 4,31).
Adicción y riesgoEl adolescente piensa que el consumo de alcohol es fácil de controlar dentro de unos márgenes imprecisos que son fijados primero por las vivencias familiares (tabla 4,32) y luego por la experiencia personal (tabla 4,33). La edad incrementa la sensación de control, buscando en determinadas ocasiones la intoxicación aguda como una experiencia de ocio divertida (tabla 4,34) aunque también conlleva el riesgo de poner fin a la diversión (tabla 4,35). No son conscientes del daño que produce el consumo, pensando que un consumo en fin de semana permite recuperarse y no enfermar (tabla 4,36). No creen que los adolescentes que consumen puedan tener adicción al alcohol, siendo inferior frente a otras drogas (tabla 4,37). La relación con el consumo de tabaco y otras drogas es discutida: los adolescentes que relacionan ambas sustancias tienen una mayor experiencia personal de consumo ligado al ocio (tabla 4,38). La motivación para el policonsumo de diferentes drogas, incluido el alcohol, es mejorar los momentos de ocio (tabla 4,39) y acumular experiencias centradas en el hecho de consumir y experimentar sensaciones nuevas/diferentes (tabla 4,40).
DiscusiónEl consumo de alcohol forma parte del proceso de socialización del adolescente, estando presente en todas las relaciones sociales que conforman su microsistema: los propios adolescentes asocian su consumo al ocio y a la consecución de un cierto grado de independencia y autonomía. La edad y el sexo también se configuran como importantes condicionantes del consumo de alcohol. Hay una evolución de un consumo de prueba a otro tipo de consumo intermitente y en grupo, sobre todo en la segunda etapa de la adolescencia1–3, con conductas gregarias encaminadas a la aceptación en el microsistema de pares5,11–14. Esta realidad se matiza a través del sexo como dimensión explicativa de las diferentes pautas de consumo: la necesidad del alcohol como vehículo social y los diferentes cambios fisiológicos y sociales que experimenta cada sexo marcan diferencias cualitativas por géneros11,15,16 frente a un consumo cuantitativo similar entre hombres y mujeres adolescentes1–3.
La familia se constituye como transmisora principal de un consumo lúdico del alcohol, normalizando su presencia en momentos de reunión social6,17. Son los propios adolescentes quienes reclaman coherencia en la transmisión de valores de los padres, rechazando la omisión y ambivalencia en la educación parental. Por otro lado, los adolescentes encuentran múltiples elementos facilitadores y propiciadores del consumo en la propia sociedad, con una presencia cotidiana del alcohol en las relaciones interpersonales y una accesibilidad y permisividad que normaliza su consumo5,6,11,18,19. El espejo social más cercano en edad, los jóvenes universitarios, señala el consumo excesivo de alcohol como expresión de libertad e independencia20. Los adolescentes tendrán, por tanto, una primera experiencia de consumo casi ineludible con un incremento del mismo progresivo y relacionado con los momentos de ocio, desempeñando el papel de un moderno rito de madurez. El consumo en lugares al aire libre (o «botellón») se asocia a un menor control de las cantidades de alcohol ingeridas y favorece la intoxicación aguda como experiencia deseable7,11,15,21. En este tiempo de ocio no estructurado prima el consumo frente a las relaciones interpersonales, favorece una comunicación entre adolescentes no saludable y se asocia a un alto riesgo de consumo de adicción al alcohol y consumo de otras drogas6,18,21–23.
Dado que el periodo de la adolescencia es una de las etapas más cruciales de desarrollo durante la vida, es muy importante tener una comprensión clara de las necesidades de los adolescentes y sus problemas de salud. Es preocupante la sensación de invulnerabilidad y control en la adolescencia frente al daño que causa a su crecimiento físico y social21, junto a un alto riesgo de adicción al alcohol6,22. Por ello, es preciso intentar cambiar la compleja cultura que propicia el consumo excesivo de alcohol por parte de los adolescentes4,24 con una mayor supervisión de los lugares donde se bebe y de los grupos de adolescentes de edad más jóvenes13.
El guión de entrevista fue útil para homogeneizar la búsqueda de información en cada grupo, enriqueciéndose con la interacción conseguida mediante la dinámica de grupos de discusión y obteniéndose la saturación de la muestra a criterio del grupo investigador. El diseño cualitativo nos permite asegurar la validez interna de los resultados, dada la facilitación de la comunicación horizontal entre investigador y adolescentes, aunque limita la validez externa. La inferencia de estos resultados podría hacerse a otros grupos de adolescentes de similares características basándonos en la literatura científica consultada, permitiéndonos pensar que son resultados aplicables a otros adolescentes de sociedades occidentales5,7,8,11. Como limitación se apunta la falta de opiniones de adolescentes de diferentes niveles socioeconómicos y de adolescentes mayores sin consumo de alcohol. Por un lado, la influencia del nivel social sobre el consumo de alcohol genera opiniones discrepantes25,26; por otro, el consumo de los adolescentes de 16 años o más es superior al de la población general, siendo predominantes los patrones de consumo intermitente y en fin de semana2. La resolución de estas dudas son líneas de investigación pendientes que deja abiertas este trabajo.
Los adolescentes y el alcohol configuran una realidad compleja, interrelacionada y dinámica cuyo conocimiento requiere también de enfoques y métodos que posibiliten comprender mejor aquello que no es cuantificable. Pensamos que esta realidad social sigue siendo pobremente entendidas por parte de los profesionales encargados de su atención, siendo este punto clave para un mejor abordaje del problema. Diversas intervenciones basadas fundamentalmente en técnicas cognitivas no han logrado un descenso del consumo alcohólico entre adolescentes27, mientras que otras intervenciones que emplean la entrevista motivacional personalizada parecen presentar una mayor reducción de problemas relacionados al alcohol28.
Con los resultados obtenidos en esta investigación se pretende incorporar la opinión de los adolescentes a las estrategias empleadas de forma multidisciplinar por educadores y sanitarios para prevenir o conseguir el abandono del hábito alcohólico en esta población. Las actuaciones a este nivel deben ser más complejas, basadas en las motivaciones de los adolescentes y llevadas a cabo mediante un abordaje multidisciplinario donde los padres y los compañeros de mayor edad jueguen un papel de mediadores en salud y favorezcan una transmisión de valores y vivencias que refuerce la capacidad crítica de decisión del adolescente6,23,27,28.
- 1.
El consumo de alcohol supone un rito de iniciación a la adolescencia en el que se configura una cierta forma de independencia personal.
- 2.
La susceptibilidad a la presión de los iguales es un factor que determina el consumo de alcohol.
- 3.
Tanto la propia familia como la sociedad en general configuran modelos de socialización favorables al consumo de alcohol durante la adolescencia.
- 1.
Existen diferentes motivaciones y vivencias sobre el consumo de alcohol entre los adolescentes en función de su edad y sexo.
- 2.
Los propios adolescentes piden una transmisión de valores de padres y figuras de autoridad, rechazando la información puramente teórica y criticando las omisiones en este aspecto educativo.
- 3.
En el consumo de alcohol durante la adolescencia tiene más importancia la mejora de la socialización que la imitación de modelos sociales. Se debe promover la existencia de mediadores en salud de edad joven que favorezcan hábitos de vida saludables.
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
FinanciaciónEl presente trabajo de investigación ha recibido una subvención para la financiación de la Investigación Biomédica y en Ciencias de la Salud en Andalucía (Secretaría General de Calidad y Modernización de la Junta de Andalucía, BOJA n.o 14 [21-01-2008]).
El contenido del trabajo ha sido presentado de forma parcial como comunicación oral al XIX Congreso de la Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria celebrado en Cádiz (7–9 de junio de 2009).
Al personal de la Fundación de Investigación Biosanitaria de Andalucía Oriental (Jaén) por su apoyo metodológico.
Todos los autores pertenecen al Grupo de Estudio del Adolescente (SAMFYC)