Sres. Directores: Desde la publicación en la revista AtenciÓn Primaria del artículo «Nefropatía y microalbuminuria en la diabetes tipo II»1, muchos profesionales de la sanidad han contactado con nosotros para comentar el trabajo. Fundamentalmente ha sorprendido la elevada prevalencia de microalbuminuria detectada en la población diabética de nuestro estudio (51%), muy superior a la registrada habitualmente en la literatura (aproximadamente un 20-30%). Este hecho se ha visto acrecentado desde que el grupo de trabajo dirigido por el Dr. Esmatjes publicara su trabajo sobre una amplia muestra de la población diabética de Catalunya (n=1.157), donde obtenía una prevalencia claramente inferior a la nuestra (23,1%)2 (tabla 1).
A la vista de esta disparidad, hemos revisado nuevamente los últimos datos del estudio Raval Sud. Actualmente (diciembre de 1996), la muestra de diabéticos tipo II estudiados asciende a 383, de los cuales 183 (47,8%) se encuentran en la fase de microalbuminuria, con lo que confirmamos su elevada prevalencia en nuestra población (tabla 1). Varias son las conjeturas que pueden efectuarse para su explicación:
Sin duda, la distinta metodología empleada por los 2 estudios puede influir en los resultados. En el estudio Raval Sud a todos los pacientes se les practicó una determinación de la proteinuria y la microalbuminuria en orina de 24 h. En el estudio del grupo catalán se analizó la orina nocturna y, cuando la determinación semicuantitativa de EUA era >20 mg/l, se analizaba la orina de 24 h.
Otro factor importante puede derivarse del laboratorio. No siempre se ha detectado paralelismo entre la proteinuria y la microalbuminuria de 24 h (r=0,87). Se detectaron algunos casos en los que la proteinuria era superior a 150 mg/día, mientras que la microalbuminuria era <30 mg/día, a pesar de tener un sedimento urinario normal. También hemos detectado casos con microalbuminuria positiva y que, en el seguimiento al cabo de 2 o 4 años, se ha normalizado sin tratamiento. Nuestro laboratorio de referencia mantiene los mismos controles de calidad que los descritos en la literatura. Es posible que una sola determinación de MA no sea un parámetro lo suficientemente sensible y/o específico para delimitar la presencia de nefropatía diabética (como la glucemia basal no lo es para el control metabólico).
A través de distintos estudios se ha comprobado que, además del control metabólico, las variables que más influyen en la presencia de MA son la HTA (el 42% de los pacientes de ambas muestras lo son), la edad (68 frente a 61 años) y los años de evolución de la DM (9,7 frente a 9,2 años). La población del Raval barcelonés es una de las más marginales y deprimidas socioeconómicamente del país; ello sin duda comporta un retraso diagnóstico en muchas patologías. En un elevado número de casos muy probablemente la DM tipo 2 ya llevaba muchos años de evolución cuando se diagnosticó. De hecho, entre nuestros diabéticos recién diagnosticados (n=236) la prevalencia de MA ya es del 30,7%, la de proteinuria del 8,8%, la de retinopatía del 4,6% y la de macroangiopatía del 17,8%.
Aunque puede sorprender encontrar una prevalencia de microalbuminuria tan elevada, el estado actual del estudio Raval Sud sigue confirmando los datos iniciales. Probablemente la prevalencia real de microalbuminuria entre la población diabética del Raval barcelonés rondará el 45%. De lo que no estamos tan seguros es de que, en nuestra población, la microalbuminuria se asocie tan consistentemente con un mayor riesgo y mortalidad cardiovascular. Actualmente tenemos registrados 1.451 diabéticos y esperamos en los próximos años poder aumentar los casos estudiados y delimitar más el intervalo de confianza.