Presentamos el caso de una paciente de 56 años, asmática y fumadora. Ha consultado en menos de un mes en dos ocasiones por cuadros de hiperreactividad bronquial, donde las radiografías de tórax y la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) de COVID han sido negativas. Refiere sentir gran fobia y miedo al virus, y que teme empeorar por su proceso de base. Se mostraba muy ansiosa por el temor a contagiarse, ya que España en ese momento, estaba presentando las peores cifras de letalidad durante la pandemia1,2.
Vuelve a consultar por empeoramiento de su disnea habitual de un día de evolución. Dicho cuadro aparece después de mezclar varios productos de limpieza (refiere combinar en un cubo lejía, amoniaco, en menor cuantía salfumán [ácido clorhídrico] y otros productos químicos) con objeto de desinfectar las paredes y superficies de su domicilio). Se justifica explicando que, en las noticias, de forma continua se indicaba la necesidad de desinfectar las superficies para prevenir el coronavirus. La paciente ha realizado esta mezcla sin airear su domicilio, manteniéndolo cerrado durante el proceso de desinfección (según nos indica ha desinfectado su casa en otras ocasiones, con los mismos químicos, mejorando su ansiedad al contagio). No obstante, en el momento actual, se ha visto que la desinfección de superficies no es un elemento primordial para la prevención de la COVID-19, sin embargo, la aireación de las superficies si es un elemento cardinal para su prevención3.
Después de más de una hora de exposición continuada a dichos elementos químicos, comienza con disnea súbita que se acompaña de tos, expectoración herrumbrosa, sibilantes intensos y fiebre de 38°C.
En la radiografía se aprecia un infiltrado alveolo-intersticial bilateral de predominio en base derecha de cronología aguda en el contexto de una neumonitis química. (figura 1). No obstante, en las radiografías previas no se aprecia este infiltrado. (figura 2).
En un domicilio cerrado, una mezcla de lejía (hipoclorito sódico) con otros productos doméstico, como el salfumán (ácido clorhídrico) es una fuente común de exposición al gas de cloro. La toxicidad del gas de cloro depende de la dosis y la duración de la exposición4. El gas de cloro puede causar neumonitis tóxica, edema pulmonar y síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA)5. Al mezclar amoníaco y lejía puede aparecer otro elemento muy irritante para pacientes asmáticos como es la cloramina. En pacientes expuestos a cloro o cloramina; pueden presentar como clínica habitual disnea, broncoespasmo y posible dolor retroesternal. Las situaciones más graves agudas secundarias a la exposición de estos agentes químicos, son el edema de glotis o el laringoespasmo, capaces de poner en peligro la vida del paciente desde el inicio.
Conflicto de interesesNo existe ningún tipo de conflicto de interés por parte de los autores.