Sres. Directores: Hemos leído con interés el artículo de S. Gómara Villabona et al «Paracentesis evacuadora en el domicilio: ¿por qué no en atención primaria?», recientemente publicado en su revista1, en el que se concluye que la paracentesis evacuadora domiciliaria (PED) es una técnica sencilla y segura y que podría ser realizada en el ámbito de la atención primaria dentro de la atención domiciliaria programada. Atendiendo a nuestra propia experiencia, quisiéramos realizar algunas observaciones:
1. Estamos de acuerdo con nuestros colegas en que la PED es una técnica relativamente sencilla y segura; sin embargo, encontramos algunas diferencias prácticas: nosotros utilizamos frascos de vacío para aumentar la velocidad de extracción del líquido y disminuir el tiempo de estancia en el domicilio; en todos los casos empleamos como expansor plasmático la seroalbúmina y, tal como aconsejan algunos autores2, un miembro del equipo permanece siempre a la cabecera del paciente durante todo el procedimiento para vigilar su desarrollo y resolver posibles complicaciones. Por último, las escasas complicaciones que hemos observado (fuga de líquido ascítico por el orificio de punción, sangrado de pared) han sido locales y autolimitadas.
2. Tenemos dudas cuando se considera la PED como una técnica a realizar de manera habitual por los equipos de atención primaria, ya que, a pesar del desarrollo alcanzado, todavía persisten importantes deficiencias en la planificación y asignación de recursos a las actividades de atención domiciliaria que hacen que, en la actualidad, sólo pueda considerarse la PED como un procedimiento extraordinario en dicho ámbito. Por otra parte, como señalan otros autores3, es necesario que haya niveles diferenciados y complementarios de asistencia domiciliaria según el grado de complejidad o intensidad de los cuidados requeridos y que dichos niveles estén coordinados para el buen funcionamiento y aprovechamiento de los recursos existentes en cada zona. La colaboración entre los equipos de atención primaria y las unidades de hospitalización a domicilio (HAD) en el seguimiento domiciliario de los pacientes cirróticos con ascitis refractaria y su tratamiento mediante la práctica de PED (pero también en otros casos como las transfusiones periódicas de concentrado de hematíes en enfermos con anemias crónicas sintomáticas y síndromes mielodisplásicos, por ejemplo) podría contribuir a mejorar la asistencia de estos enfermos y su calidad de vida al aumentar la coordinación entre niveles y evitar ingresos hospitalarios. En nuestra unidad contamos con alguna experiencia de este tipo con pacientes que no pueden salir de su domicilio: el médico y la enfermera de atención primaria hacen el control y el seguimiento de los enfermos y se ponen en contacto telefónico con HAD cuando precisan PED por presentar ascitis a tensión; una vez realizado el procedimiento por HAD, el paciente pasa nuevamente a ser controlado por el equipo de atención primaria. Así, se han realizado alrededor de 20 paracentesis en 4 pacientes en estas condiciones. Los resultados obtenidos han sido altamente satisfactorios para todos los profesionales implicados y, sobre todo, para los pacientes.