En diciembre de 2019 surgió un brote de casos de neumonía en Wuhan (China), que causó la pandemia de COVID-19. Posteriormente se constató que los grupos más vulnerables por su mayor probabilidad de fallecimiento eran las personas mayores institucionalizadas1. Además, la presencia de comorbilidades empeoraban su pronóstico2. Actualmente la letalidad en el grupo de personas hospitalizados de entre 70-79 años es del 14,9 y del 29,90% en pacientes mayores de 80 años3. Con el propósito de mejorar la atención a este grupo, en la provincia de Almería se medicalizaron 4 residencias de mayores con el amparo del plan de contingencia de los centros residenciales para mayores y otros centros sociosanitarios4.
El objetivo de nuestro trabajo fue conocer la situación clínica y epidemiológica de todos los pacientes infectados por SARS-CoV-2 en 4 residencias medicalizadas y las diferencias en función de estas en su evolución clínica. Realizamos un estudio observacional descriptivo multicéntrico en vida real con componente inferencial y análisis retrospectivo entre los meses de abril y mayo de 2020.
Durante el periodo de estudio se medicalizaron 4 residencias de mayores con 570 residentes. Se aislaron en zonas COVID-19 a 86 residentes.
Se recogieron variables previas a la confirmación de COVID-19, durante la enfermedad y evolución. Entre las primeras se consideraron edad, sexo, comorbilidades, grado de funcionalidad (índice de Barthel), escala de fragilidad (CFS), grado de deterioro cognitivo (índice de Pfeiffer) y criterios de pluripatología. Durante la enfermedad se consideró el criterio clínico de aislamiento (clínica respiratoria, febrícula/fiebre, contacto/asintomático) y el tiempo hasta la negativización de la PCR. Finalmente fueron estudiadas la mortalidad y la derivación al nivel hospitalario al inicio y durante la evolución.
La muestra evaluada fueron mayoritariamente mujeres (70,9%) de 84 años±8,4 desviación estándar (DS). Destacaron las comorbilidades neurológicas (84,9%), cardiovasculares (59,3%) y osteomusculares (68,6%), así como el grado de dependencia total (34,9%), el deterioro cognitivo grave (46,5%) y la alta proporción de pacientes pluripatológicos (50%) con fragilidad elevada.
Se aislaron por criterios clínicos respiratorios al 36%, asintomáticos por contacto estrecho el 34,9% o fiebre el 25,6%. El tiempo medio hasta la negativización de la PCR fue de 19±11,42 días. Fallecieron 15 pacientes (17,4%). Se trasladaron al nivel hospitalario al inicio de la medicalización a 8 pacientes la mayoría por criterios clínicos respiratorios y 5 más durante la evolución por criterios respiratorios y cardiovasculares, correspondiendo al 15,1%.
Se ha analizado la relación entre las variables sociodemográficas y clínicas y fragilidad con la evolución de la enfermedad sin encontrarse diferencias significativas. Los resultados se muestran en la tabla 1.
Relación entre las variables sociodemográficas, clínicas y la mortalidad
Variable independiente | Mortalidad | Significación estadística | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
Sí | No | |||||
Media | DS | Media | DS | |||
Edad | 85,73 | 15,13 | 83,63 | 8,92 | p=0,224 (NS) | |
Mediana | RIC | Mediana | RIC | |||
Escala de fragilidad (CSF) | 7 | (4-9) | 7 | (3-9) | p=0,069 (NS) | |
Mortalidad | ||||||
Sí | No | |||||
Sexo | ||||||
Varón | 25 (29,1%) | 4 (16%) | 21 (84%) | p>0,05 (NS) | ||
Mujer | 61 (70,9%) | 11 (18%) | 50 (82%) | |||
Comorbilidad respiratoria | ||||||
Sí | 13 (15,1%) | 3 (23,1%) | 10 (76,9%) | p=0,691 (NS) | ||
No | 73 (84,9%) | 12 (16,4%) | 61 (83,6%) | |||
Comorbilidad neurológica | ||||||
Sí | 73 (84,9%) | 14 (19,2%) | 59 (80,8%) | p=0,450 (NS) | ||
No | 13 (15,1%) | 1 (7,7%) | 12 (92,3%) | |||
Comorbilidad cardiovascular | ||||||
Sí | 51 (59,3%) | 10 (19,6%) | 41 (80,4%) | p=0,523 (NS) | ||
No | 35 (40,7%) | 5 (14,3%) | 30 (85,7%) | |||
Comorbilidad endocrinológica | ||||||
Sí | 35 (40,7%) | 6 (17,1%) | 29 (82,9%) | p=0,952 (NS) | ||
No | 51 (59,3%) | 9 (17,6%) | 42 (82,4%) | |||
Comorbilidad osteomuscular | ||||||
Sí | 59 (68,6%) | 10 (16,9%) | 49 (83,1%) | p>0,05 (NS) | ||
No | 27 (31,4%) | 5 (18,5%) | 22 (81,5%) | |||
Criterios paciente pluripatológico | ||||||
Sí | 50 (58,1%) | 8 (16,0%) | 42 (84,0%) | p>0,05 (NS) | ||
No | 36 (41,9%) | 7 (19,4%) | 29 (80,6%) | |||
Índice de Barthel (nivel de dependencia) | ||||||
Total | 30 (34,9%) | 8 (26,7%) | 22 (73,3%) | p>0,05 (NS) | ||
Grave | 18 (20,9%) | 4 (22,2%) | 14 (77,8%) | |||
Moderada | 17 (19,8%) | 2 (11,8%) | 15 (88,2%) | |||
Leve | 17 (19,8%) | 1 (5,9%) | 16 (94,1%) | |||
Independiente | 4 (4,7%) | 0 (0,0%) | 4 (100,0%) | |||
Índice de Pfeiffer (deterioro cognitivo) | ||||||
Grave | 38 (44,2%) | 9 (23,7%) | 29 (76,3%) | p>0,05 (NS) | ||
Moderada | 18 (20,9%) | 3 (16,7%) | 15 (83,3%) | |||
Leve | 18 (20,9%) | 3 (16,7%) | 15 (83,3%) | |||
No deterioro cognitivo | 12 (14,0%) | 0 (0,0%) | 12 (100,0%) |
Relación entre las variables independientes con la variable dependiente (mortalidad) expresadas en recuento absoluto y (%). Nótese que las categorías de las variables independientes se expresan sobre el % del total de la cohorte, mientras que los % de mortalidad se atribuyen al total de cada categoría analizada.
DS: desviación estándar; NS: no significativo.
El resultado de nuestro estudio muestra una menor tasa de mortalidad del 17,4% en relación con los datos de otras cohortes pertenecientes a centros sociosanitarios publicados5. Estos datos pueden estar relacionados al entorno adverso que supone la hospitalización6.
Los centros sociosanitarios medicalizados implican que el paciente mantenga su entorno físico y el contacto con el mismo personal sanitario. Se trata de grupo de población especialmente dependiente y frágil en un entorno sanitario mucho menos hostil que el hospital sin que eso suponga una disminución en la calidad de la atención sanitaria.
La relación entre el personal propio de las 4 residencias y los equipos de trabajo de atención primaria y atención hospitalaria, coordinado por los profesionales de la delegación de salud, consideramos que fue fundamental en el éxito de la medicalización.
El hecho de medicalizar las residencias no empeora el pronóstico de los pacientes, incluso parece que la mortalidad y la derivación hospitalaria es menor a la esperada.