Sres. Directores: Las costumbres sexuales de nuestra sociedad han ido cambiando en las últimas décadas; en la actualidad un alto porcentaje de menores de 19 años han tenido relaciones sexuales completas1, y la mitad de ellas lo han hecho en alguna ocasión sin protección arriesgándose a un embarazo2,3. Así mismo, resulta preocupante el alto número de interrupciones voluntarias de embarazo en esta población. En Asturias se practicaron durante 1989 un total de 349 interrupciones en mujeres menores de 20 años4.
Actualmente ningún programa sanitario puede considerarse completo si no ofrece al ciudadano un fácil acceso a las medidas de planificación familiar5. La demanda social de métodos anticonceptivos seguros fue lo que generó la creación de los centros de orientación familiar (COF). Estos centros realizan, por un lado, una tarea informativa hacia una fecundidad controlada y, por otro, una tarea asistencial y preventiva muy importante6.
Se analizaron de forma retrospectiva un total de 8.211 primeras visitas realizadas en nuestro centro de planificación de Oviedo entre 1987 y 1992. Fueron recogidos datos que orientasen sobre su condición social y económica como edad, estado civil, paridad, estudios realizados, edad de inicio de relaciones sexuales, etc. Casi la mitad de las usuarias tenían una edad comprendida entre 25 y 34 años, mientras que las menores de 18 años correspondían al 5,7% del total. Así mismo predominaban las mujeres casadas o con pareja estable (58%) y las residentes en áreas urbanas (77%).
En cuanto al nivel de estudios, casi la mitad tenían estudios universitarios o de bachillerato superior, tan sólo el 0,4% (33) carecía de estudios (fig. 1). Respecto a la actividad laboral una de cada tres desarrollaba algún trabajo remunerado.
La gran mayoría de nuestras usuarias iniciaron las relaciones sexuales coitales entre los 16 y los 20 años y sólo el 65% de ellas lo hicieron desde su inicio con algún método anticonceptivo seguro. Un 14% tenía antecedentes de una o más interrupciones voluntarias de embarazo.
Antes de acudir a la consulta el 31,4% no utilizaba ningún método anticonceptivo y el preservativo (31%) junto con los anovulatorios (27%) eran los más empleados. Los métodos adoptados después de la consulta fueron los siguientes: anovulatorios en el 53,6%, métodos de barrera en el 30,6%, DIU en el 14,7% y anticoncepción quirúrgica en el 0,76%.
A modo de conclusión llama la atención que el perfil de la usuaria que acude al COF es el de una mujer casada o con pareja estable, sin hijos o con uno en la mayoría de los casos y con un nivel de estudios alto, iniciando una anticoncepción fiable antes de los 20 años.
A pesar de las campañas de promoción de la salud, prevención de enfermedades de transmisión sexual y control de la fertilidad, se comprueba que los grupos de riesgo adolescentes o grandes multíparas siguen acudiendo en baja proporción al COF.