Esta carta surge tras la lectura del interesante artículo de Martínez Adell et al sobre la prevalencia de hepatitis C y cobertura vacunal1.
El objetivo no es tanto matizar ninguna de las conclusiones reseñadas en el trabajo como completar algunos de los datos que, desde nuestra experiencia, hemos podido estudiar, con el fin de dar mayor peso a las mismas conclusiones que, en general, asumimos.
Nuestra experiencia se circunscribe a una población específica de drogodependientes, que hemos estudiado durante el año 2002. Como es natural, las peculiares condiciones de este colectivo hacen que las infecciones virales sean mucho más frecuentes, encontrándose una prevalencia de infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) que ronda el 18,7%, de hepatitis B (VHB) del 42,6% y de hepatitis C (VHC) del 62,7%.
No queremos detenernos en este dato, pero sí profundizar en la prevalencia de hepatitis A en nuestro colectivo.
El 63,2% de nuestros usuarios presentan anticuerpos IgG frente al virus de la hepatitis A (VHA) que, como sabemos, muestran la presencia de inmunidad vacunal.
No hemos encontrado diferencias en la prevalencia de anti-VHA en función del sexo, el tipo de drogas consumido, la vía de administración o el tiempo de antigüedad en el consumo. Sí se observan diferencias en función de la edad, de tal manera que, de acuerdo a lo obtenido en otros estudios, a mayor edad, mayor prevalencia de anti-VHA.
La tabla 1 describe la asociación entre la infección por el VHA y la coinfección por VIH, VHB y virus de la hepatitis C. Observamos una asociación entre la presencia de anti-VHA y marcadores tanto de hepatitis B y hepatitis C. En los infectados por Mycobacterium tuberculosis (PPD positivo) también se observa un incremento significativo de marcadores de hepatitis A pasada. No hay diferencias en la prevalencia de anti-VHA entre los adictos VIH positivos y negativos.
Teniendo en cuenta la indicada aparición de hepatitis fulminante en pacientes con hepatopatía crónica, deberíamos incrementar nuestros esfuerzos en detectar la prevalencia de hepatitis A y proceder a una vacunación selectiva frente a la hepatitis A en los pacientes susceptibles. Nuevos estudios han de mostrar la conveniencia o no, en función de criterios de coste/beneficio, de realizar detección de marcadores prevacunales.