Introducción
Hoy día, existe común acuerdo respecto a que el tabaco constituye la primera causa de muerte evitable y prematura. El tabaquismo es el principal problema de salud pública susceptible de prevención1-3
Los fumadores presentan, sobre los no fumadores, un exceso de mortalidad del 70% atribuible al tabaco, siendo esta la causa del 16% de la mortalidad en Cataluña en 19901.
En España, el consumo de cigarrillos sigue, en líneas generales, las grandes tendencias internacionales. Las ventas de cigarrillos crecieron espectacularmente durante los años sesenta y setenta, estancándose a partir de los ochenta. Actualmente nuestro país se halla entre los de mayor consumo per capita de cigarrillos (>2.500 cig/hab/año)4.
La intervención contra el tabaquismo es una de las acciones prioritarias del Pla de Salut de Cataluña1. Incluye una serie importante de objetivos de salud y de reducción de riesgo entre los cuales cabe destacar la disminución de la prevalencia de hábito tabáquico, de aquí al año 2000, en la población general hasta el 20%, y en la población entre 15 y 24 años hasta el 18%.
El objetivo de este trabajo es conocer la prevalencia del hábito tabáquico por edad y sexo, así como la presencia o no de este hábito en diferentes patologías crónicas para poder priorizar los grupos en los que se efectúan intervenciones educativas en la población de Lleida.
Pacientes y métodos
Se trata de un estudio epidemiológico descriptivo de tipo transversal. El universo del estudio es la población de 5 comarcas del Pirineo de Lleida (Pallars Jussà, Pallars Sobirà, Alt Urgell, Alta Ribagorça y Vall d'Aran) y la comarca del Segrià (con el núcleo urbano de la ciudad de Lleida). El ámbito geográfico en el que se desarrolla el estudio es el correspondiente a la demarcación territorial de las 6 comarcas referidas. La población origen de la muestra la constituyen los habitantes mayores de 15 años empadronados en los diferentes municipios y que pertenecen a las comarcas en que se realiza el estudio. Se tomó el listado del Padrón Municipal de 1991.
Se seleccionó una muestra aleatoria representativa de la población de las 6 comarcas, mediante un muestreo bietápico y estratificado. En una primera etapa se estratificó en 2 zonas según el tipo de población: urbana y rural, y posterirmente se seleccionó de forma aleatoria por conglomerados (municipios). La primera unidad de muestreo está formada por cada uno de los municipios de las 6 comarcas de Lleida. La segunda unidad de muestreo corresponde a cada uno de los habitantes mayores de 15 años empadronados en 1991 en las 6 comarcas de Lleida.
Para conseguir la medida de la muestra, se seleccionaron 900 personas, de las cuales 625 correspondían a las comarcas del Pirineo y 275 a la comarca del Segrià. La medida de la muestra se calculó en función de la prevalencia global de hábito tabáquico (36,7%), según la encuesta de consumo y actitudes respecto al tabaco, el alcohol y otras drogas. El estudio fue realizado en 1990 por el Departamento de Sanidad y Seguridad Social de la Generalitat de Cataluña1. Con un nivel de seguridad (1-[W1] *) del 95% y una precisión del 4%, se obtuvo una muestra de 553 individuos y, calculando una participación del 60%, se consideró preciso aumentar en un 40% el tamaño de la muestra, que se hizo extensiva a 900 personas. Los individuos fueron seleccionados de forma aleatoria y con los datos del Padrón Municipal de 1991. Las personas fueron citadas mediante una carta indicando el lugar y la fecha de entrevista.
Para facilitar el trabajo de campo, la organización interna y el análisis posterior de la información obtenida, el estudio se planificó en dos fases: la primera comprendía el estudio del Pirineo de Lleida desde octubre a diciembre de 1994. La segunda correspondía a la comarca del Segrià desde febrero a abril de 1995. Previamente, se realizó durante el mes de junio una prueba piloto en Lleida, en la cual se comprobó la aceptación y comprensión de los datos de la encuesta por parte de la población.
Variables de estudio. Datos personales: apellidos, nombre, municipio, fecha de nacimiento y años de residencia en el municipio. Las profesiones consideradas son: estudiante, ama de casa, agricultor-ganadero, minero, industria, construcción, comercio, servicios, parado y jubilado, según los criterios empleados por Serra5.
Antecedentes patológicos familiares. Se interroga sobre los antecedentes familiares referidos a infarto de miocardio y muerte súbita en familiares de primer grado menores de 55 años en los varones o 65 en las mujeres6.
Antecedentes patológicos personales y otros. Antecedentes de cardiopatía isquémica, accidente cerebrovascular, hipertesión arterial, diabetes mellitus, obesidad, hipercolesteremia. En relación con el consumo de tabaco, se clasifica al individuo como fumador actual (si fuma desde hace 6 meses o más como mínimo un cigarrillo al día), ex fumador (cuando hace más de 6 meses que no fuma y ha fumado como mínimo durante 6 meses) y no fumador. El análisis de los datos se realiza con el paquete estadístico SPSS. Los valores de los resultados se expresan en las variables cualitativas mediante el porcentaje, teniendo en cuenta el intervalo de confianza correspondiente. En las variables cualitativas se emplea la prueba estadística de ji-cuadrado, en las variables cuantitativas la t de Student.
Resultados
La tasa de participación fue del 60% (543 individuos), de los cuales un 50,8% eran mujeres (276) y un 49,2% varones (267).
La población que ha participado en el estudio no presenta diferencias significativas respecto a la población de referencia, aunque ha sido superior la proporción de mujeres y varones mayores de 45 años (fig. 1).
La tasa de no respuesta ha sido, por tanto, del 40%, citándose como causas más frecuentes los cambios de residencia, 7,3%; defunciones, 1,2%; otras causas (enfermedad, trabajo, servicio militar, etc.), 5%, y la no colaboración, 26,5%. Las causas de no respuesta fueron obtenidas a través de los ayuntamientos y mediante comunicación telefónica.
Prevalencia de hábito tabáquico. La prevalencia del tabaquismo en la población mayor de 15 años fue del 19,7%, el 14,3% eran ex fumadores y el 66,1% no fumadores. Analizando la prevalencia por sexos, el porcentaje de varones fumadores fue del 27,7% (IC: 24-31,4), mayor que en las mujeres, que tenían una prevalencia del 12% (9,3-14,7), siendo las diferencias entre ambos sexos significativas (p<0,05).
En la tabla 1 se observa la distribución por edades y sexos. La prevalencia más elevada se da en los varones de 25-54 años y llega a ser del 50%; en las mujeres también es el grupo de edad joven de 25-45 años el que presenta valores más altos, ya que es prácticamente insignificante el número de mujeres fumadoras después de esta edad (menos del 1%). Al comparar ambos sexos, llama la atención el hecho de que en el grupo de 15-24 años sea más elevada la cifra de mujeres fumadoras (21,9%) que la de los varones (15%).
La media de edad de los fumadores es de 40 años, y de los no fumadores de 44,8 años, siendo estas diferencias significativas.
Respecto a la cantidad de tabaco consumido, un 50% de varones (IC: 45,8-54,2) fuman 15-24 cigarrillos al día y un 54,5% de mujeres (IC: 50,4-58,6) fuman menos de 15 cigarrillos al día. Del grupo de fumadores de más de 24 cigarrillos al día, un 22,9% son varones (IC: 19,4-26,4) y un 6%, mujeres (IC: 4-8).
No se observan diferencias significativas en cuanto al consumo de tabaco entre la población del Segrià (incluye el núcleo urbano de Lleida) con un 19,6% y la población de las comarcas del Pirineo, con un 20%.
En relación con las profesiones, presentan mayor consumo tabáquico los trabajadores de la industria, construcción y el grupo en desempleo (fig. 2).
Los resultados referidos al consumo de tabaco de los individuos con alguna enfermedad crónica o factor de riesgo vascular se han analizado separadamente por sexos. En los varones con antecedentes de trombosis o isquemia cerebral la prevalencia de fumadores es de un 16,7% (IC: 13,7-19,7), siendo este valor inferior al de los varones de la población (p<0,05). De los varones con enfermedad coronaria (n=16) no hay ninguno que mantenga el hábito tabáquico con diferencias muy significativas con el resto de varones de la muestra. Respecto a los factores de riesgo vascular, el porcentaje de fumadores en los individuos con antecedentes familiares de enfermedad vascular es del 21,3%, no presentando diferencias con los varones de la población; entre los varones diabéticos (n=21) fuman un 38% (34-42) no presentando diferencias significativas en la prevalencia de fumadores con los varones de la población. En los individuos con hipercolesteremia tampoco existen diferencias con la población en la prevalencia de fumadores 19,3% (IC: 16,1-21,5). Los varones con obesidad y también los hipertensos presentan menos prevalencia en el hábito tabáquico con un 20,7% (IC: 17,4-24) y 22,2% (IC: 18,8-25,6), respectivamente. Respecto a las mujeres, el hábito tabáquico en las enfermedades crónicas es muy bajo, debido a que afecta a un grupo de edad con muy pocas fumadoras (0,6%) y no se han encontrado diferencias significativas en las diversas patologías (fig. 3).
Discusión
La prevalencia de tabaquismo en la población estudiada es del 19,7%, mientras que en la Encuesta sobre Consumo y Actitudes Respecto al Tabaco, Alcohol y Otras Drogas de Cataluña del año 19901 se encontró una prevalencia del 36,6%. Las tasas en cuanto al consumo de tabaco de nuestra población siguen el patrón de las poblaciones rurales, en las cuales se observa un menor hábito tabáquico7.
Comparando la distribución del hábito tabáquico por edades y sexos observamos un aumento en el consumo de tabaco en el grupo de mujeres de edad joven; así el grupo de 15-24 años presenta una cifra superior a la de los varones. La incorporación de la mujer joven al consumo de tabaco es cada vez más frecuente y así se ha descrito en otros estudios1,8,9.
La prevalencia de fumadores en el estudio de Alcántara Muñoz et al10, en una zona de salud (Molina de Segura), es baja en las mujeres con enfermedades crónicas, al igual que en nuestro estudio (en los grupos de edad más afectados por patologías crónicas existe un número reducido de fumadoras); en los varones con patologías crónicas, hallamos valores inferiores respecto al estudio mencionado (cardiopatía isquémica 0% frente al 14,8%; ictus 16,7% frente al 25%). El mayor abandono de tabaco se da en los individuos con cardiopatía isquémica, como observamos en este estudio.
Los pacientes diagnosticados de cardiopatía isquémica que continúan fumando tienen un 33% más episodios de isquemia y son más duraderos que aquellos que cesan en el consumo de tabaco11.
La prevalencia de fumadores detectada en la población diabética es similar a la de la población general. La aterosclerosis es la más importante de todas las complicaciones crónicas de la diabetes, dado que es la causa de aproximadamente el 80% de la mortalidad diabética total12. Aunque la diabetes por sí misma acelera la aterosclerosis en un 200-400%, los pacientes diabéticos tienen, a menudo, múltiples factores de riesgo de aterosclerosis12. Estudios prospectivos de 10 años han demostrado que el consumo de tabaco aumenta la mortalidad en un 20% entre la población no diabética y hasta en un 120% entre los diabéticos13.
La prevalencia de fumadores no presenta diferencias significativas entre los individuos con hipercolesteremia y el resto.
La prevalencia de fumadores en estos grupos de riesgo nos obliga a considerar la importancia del consejo antitabáquico. Diferentes estudios demuestran la eficacia de este consejo que, aplicado en el ámbito de la atención primaria, multiplica por 3 el porcentaje de abandono del hábito tabáquico14. En el proyecto MONICA, a los 5 años del inicio de la intervención, se había conseguido una disminución del 22% en varones y del 10% en mujeres15. La identificación de una enfermedad o factor de riesgo asociado proporciona la oportunidad de personalizar la razón para dejar de fumar. Este mensaje personal es más probable que motive a un paciente a actuar que aconsejarle sobre todos los efectos peligrosos del tabaco16.