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Vol. 21. Núm. 4.
Páginas 225-228 (marzo 1998)
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Prevalencia de xerostomía en la población general
Prevalence of xerostomia in the general population
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T. Pujola, M. Comaa, M. Pujola, P. Postigoa
a ABS Les Planes (Sant Jo an Despí). Barcelona.
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Objetivo principal. Establecer la prevalencia de xerostomía en la población general.

Objetivo secundario. Conocer la asociación de xerostomía con el consumo de tranquilizantes, antidepresivos, antialérgicos, antihipertensivos e hipnóticos.

Diseño. Estudio transversal o de prevalencia.

Emplazamiento. Área urbana (Sant Joan Despí, Barcelona, España).

Participantes. Muestra aleatoria y estratificada según edad y sexo (268 personas).

Mediciones y resultados principales. Encuesta telefónica sobre xerostomía e ingesta de fármacos. La prevalencia de xerostomía en la población general es del 9,7% y existe una relación lineal entre mayor edad y superior prevalencia de xerostomía. Las diferencias halladas respecto al sexo no resultaron significativas. Sí encontramos asociación entre xerostomía e ingesta de los mencionados fármacos.

Conclusión. La alta prevalencia de xerostomía y su asociación con fármacos de uso habitual debe alertar a los médicos a fin de buscar soluciones adecuadas.

Palabras clave:
Xerostomía
Fármacos
Prevalencia

Objectives. Principally, to establish the prevalence of xerostomia in the general population and, second, to find the association of xerostomia with the consumption of tranquillizers and anti-depression, anti-allergy, anti-Hypertension and hypnotic drugs.

Design. A crossover study of prevalence.

Setting. The urban area of Sant Joan Despí, Barcelona.

Participants. Random sample, stratified by age and gender (268 people).

Measurements and main results. A telephone survey on xerostomia and drugs intake was conducted. Prevalence in the population of xerostomia was 9.7%. There was a linear relationship between being older and greater prevalence of xerostomia. The differences found for gender were not significant. There was an association between xerostomia and intake of the aforesaid drugs.

Conclusions. The high prevalence of xerostomia and its association with commonly used drugs should arouse doctors to seek adequate solutions.  

Keywords:
Xerostomia
Drugs
Prevalence
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Introducción

Xerostomía se define como la sensación subjetiva de boca seca1,2. La percepción subjetiva del paciente prevalece frente al diagnóstico complementario, ya que muchas veces no es objetivable el déficit de saliva3-5.

Aunque existan múltiples técnicas de medición del flujo salival ­tanto estimulado como no estimulado1,2,4,6-15­ y la sensación de boca seca, se manifiesta cuando hay un descenso del 50% del volumen de saliva no estimulado, el médico debe atenerse a la sintomatología por las grandes variabilidades interindividuales e intraindividuales y por el desconocimiento del flujo salival, previo al síntoma, del paciente16.

La prevalencia de xerostomía se sitúa en un 20% en mayores de 60 años17 y aumenta en pacientes medicados según el número de fármacos tomados de forma crónica hasta EL 25-40%18. Los fármacos más directamente implicados como causantes de xerostomía han sido los antihipertensivos, antihistamínicos, antidepresivos, ansiolíticos y antipsicóticos2.

La numerosa literatura sobre xerostomía carece de un estudio de prevalencia realizado en la población general. Los estudios disponibles, según una revisión bibliográfica reciente19, únicamente hacen estimaciones sobre población atendida en atención primaria20, hospitales y centros odontológicos21 o estudian la prevalencia de xerostomía en pacientes afectados de determinadas enfermedades1,2,4,22-24 o bajo tratamiento farmacológico1,5,25,26. La prevalencia de xerostomía varía según la población estudiada, y las cifras encontradas son muy altas por la preselección de las poblaciones investigadas.

Debido a la ausencia de estudios de prevalencia sobre población general, la implicación del médico de familia en la iatrogenia y la repercusión de la xerostomía en la salud bucodental ­favoreciendo las infecciones, disminuyendo la percepción del sabor, dificultando la correcta nutrición y causando pérdidas de piezas dentales6,16,18,27­ decidimos realizar un estudio con el objetivo de establecer la prevalencia de xerostomía en la población general y conocer su asociación con el consumo de fármacos a través de una encuesta telefónica.

Población y métodos

Estudio transversal o de prevalencia llevado a cabo en el municipio de Sant Joan Despí (Barcelona), con una población de 28.528 habitantes según los últimos datos extraídos del Padrón Municipal de habitantes de Sant Joan Despí 1991 y actualizados según las informaciones del SIAP (Sistema Informatizado de Atención Primaria). Se realiza una encuesta en una muestra aleatoria de la población, estratificada por grupos de edad (18-34, 35-64 y mayores de 65 años) y sexo28. Para determinar el tamaño de la muestra, se calculó con una precisión de i=0,06, con un intervalo de confianza del 95% y una p=0,5 (correspondiendo a la situación más desfavorable). En previsión de pérdidas se aumentó la muestra en un 30%, quedando en 358 personas.

El criterio de exclusión fue no tener teléfono.

La información es recogida a través de una encuesta telefónica realizada por 2 entrevistadores médicos entrenados según el método de trabajo de similares características de otros autores, realizando una sistematización en cuanto a la presentación, justificación y ejecución del cuestionario, obligando a ceñirse al texto y asegurar la unidad de criterios para valorar la respuesta29. Las llamadas se hicieron del 4 al 27 de junio de 1997 en franjas horarias (10.00-11.00, 15.00-16.00 y 20.00-22.00 horas), exceptuando algunas llamadas cuya hora fue concertada por familiares.

El cuestionario (fig. 1) está dividido en 3 partes:

­ La primera recoge los datos sociodemográficos de la persona encuestada.

­ La segunda consta de 4 preguntas dicotómicas sobre sintomatología de xerostomía (1,1-1,4) extraídas de los estudios de Fox and Baum21 y de Sreebny1,20, donde demostraron una especificidad del 91%, sensibilidad del 92%, valor predictivo positivo del 75% y valor predictivo negativo del 98%. Fueron traducidas y validadas semántica y lingüísticamente por 8 médicos odontoestomatólogos. Al no disponer de una versión validada del cuestionario en nuestro país, se utilizó el cuestionario americano aplicado en distintas muestras de población. Consideramos una persona como afectada de xerostomía si afirma presentar xerostomía y, además, responde afirmativamente a 2 de las 3 preguntas de control.

­ La tercera parte está formada por 5 preguntas (2,1-2,5) para recoger información sobre el consumo de fármacos considerados como posibles causantes de xerostomía. Para ello se utilizó las preguntas del cuestionario de la ESCA30. En el caso de respuesta afirmativa, el encuestado tiene que precisar el nombre del fármaco para tener en cuenta su respuesta, descartándose el uso esporádico e inferior a un mes.

Los resultados de las encuestas fueron recogidos en una base de datos y analizados mediante un programa estadístico. Se expresan en proporciones y en medias para variables cualitativas y cuantitativas, respectivamente; asimismo se calculan sus intervalos de confianza. Para la comparación de variables se utilizó la prueba de ji-cuadrado, el test exacto de Fisher si los valores esperados eran <5 y la prueba de tendencia lineal de Mantel-Haenszel. Para valorar la posible asociación entre consumo de fármacos y presencia de xerostomía, se utilizó la odds ratio.

Resultados

De las 358 personas de la muestra extraída se excluyeron 21 por no tener teléfono. De los 337 participantes en el estudio hubo las siguientes pérdidas: 3 por fallecimiento, 29 por no contestar al teléfono, 14 por cambio de dirección, 12 por teléfono incorrecto y 11 por no estar localizables. Así que respondieran a la encuesta 268 personas (no hubo ningún caso de no colaboración).

Se encontraron 26 personas afectadas de xerostomía, que sitúa la prevalencia en el estudio en un 9,7%. La prevalencia en la población general se posiciona, con un intervalo de confianza del 95%, en el 6,2-13,2% (fig. 2).

La prevalencia en el grupo de edad de 18-34 años se sitúa en el 5,3% (5 de 95 entrevistados), en el grupo de 35-64 años en el 7,3% (7 de 96), pero aumenta hasta el 18,2% (14 de 77) en el grupo de los de 65 años y mayores (fig. 2 con los correspondientes intervalos de confianza del 95%). Estas diferencias observadas en la prevalencia según los grupos de edad son estadísticamente significativas (p=0,01). Además se demuestra la existencia de una relación lineal entre la edad y la xerostomía con la prueba de Mantel-Haenszel (p<0,005).

Respecto al sexo, destacan 18 mujeres afectadas de xerostomía (prevalencia del 13,0%) frente a 8 varones (6,2%), cuya distribución por edades se representa en la tabla 1. Las diferencias observadas respecto al sexo no fueron significativas.

De los encuestados, 66 personas (24,6%) estaban medicadas de forma crónica con los grupos de fármacos mencionados. El número de mujeres que tomaban fármacos, 47 (34,1%) era superior al de varones, 19 (14,6%), lo cual resultó significativo (p=0,002). Esta diferencia significativa se pudo observar tanto en el grupo de mayores de 65 años, 26 mujeres (61,9%) frente a 7 varones (20,0%) (p=0,00003), como en el grupo de 35-64 años, 15 mujeres (31,3%) frente a 5 varones (10,4%) (p=0,01).

Encontramos una prevalencia de xerostomía significativamente más alta (p=0,0003) en encuestados que tomaban fármacos, 21,2%, respecto al 5,9% que no estaban medicados, calculando la odds ratio=4,26 con un intervalo de confianza de 1,73-10,56, por lo que se demostró asociación entre el consumo de fármacos y xerostomía (fig. 3).

Discusión

Las encuestas telefónicas se pueden considerar tan válidas como las entrevistas personales si reúnen una serie de características, entre ellas la sencillez del cuestionario31. Puesto que la cobertura telefónica del área geográfica del estudio es del 80%, no creemos haber introducido ningún sesgo partiendo de la condición de tener teléfono32.

Este cuestionario se ha utilizado en otros países con un entorno sociocultural occidental, pero no ha sido validado en el nuestro. Esto hace que los resultados deban interpretarse con precaución, aunque creemos que ello no les resta interés.

El carácter subjetivo de las preguntas podría producir respuestas que no correspondan con la clínica, lo que se intenta corregir con el valor acumulativo de las respuestas. Se consideraron afectadas de xerostomía únicamente las personas que respondieron afirmativamente a 3 preguntas con demostrada sensibilidad, especificidad y valor predictivo.

La prevalencia de xerostomía en la población general es del 9,7%, por lo que se sitúa dentro de porcentajes realmente elevados. Es más frecuente en mayores de 65 años y se asocia al consumo de fármacos, lo cual coincide con los estudios epidemiológicos publicados en poblaciones específicas1,5,13.

Hay un sesgo potencial respecto a la mayor apreciación de xerostomía en personas medicadas por existir la posibilidad de haber sido alertadas acerca de este efecto secundario del fármaco.

A pesar de las grandes diferencias observadas respecto al sexo, éstas no resultaron significativas, aunque la p encontrada (0,056) se hallaba en el límite de la significación. En cambio, sí hubo diferencias significativas (p<0,01) respecto al sexo en la población medicada: mientras un 10,5% de los varones medicados estuvo afectado de xerostomía, en las mujeres medicadas este porcentaje se eleva al 25,5%. En personas no medicadas la afectación de xerostomía resulta similar: 5,4% de varones frente a 6,6% de mujeres (fig. 3). Resultaría interesante investigar las razones del alto porcentaje de xerostomía en mujeres medicadas, que quizás pueda ser debido al tipo de medicamento o a la polimedicación.

La alta prevalencia de xerostomía, y especialmente su asociación con fármacos de uso habitual, debe alertar a los médicos por sus repercusiones respecto a la incomodidad y deterioro de la cavidad bucal18,27 y la morbilidad que ello conlleva, sobre todo en pacientes geriátricos6. Por ello, los médicos de familia tienen que realizar especial esfuerzo en su valoración para paliar sus consecuencias negativas sobre la salud bucodental y remitirlos al odontólogo de atención primaria para que inicie actividades preventivas a fin de mejorar el bienestar de los pacientes.

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