Sr. Director: En nuestro artículo presentamos dos recursos docentes generados de forma participativa por tutores y otros colaboradores docentes en el marco de un programa formativo para el desarrollo del nuevo programa oficial de la especialidad de medicina de familia y comunitaria. Su fin no es otro que facilitar al tutor y otros docentes su labor con el residente.
Estamos de acuerdo que el ciclo reflexivo se puede aplicar a cualquiera de las dos guías en el marco del encuentro docente entre tutor y residente. De hecho, para aprender hay que cambiar, y ello exige un proceso reflexivo ineludiblemente. En nuestro caso, pretendemos que el empleo del recurso docente favorezca el encuentro y la estrategia de supervisión clínica fomentando la práctica reflexiva1, entendiendo ésta como ciclos repetidos de planificación, observación y reflexión sobre la acción realizada, bien por el residente o conjuntamente entre éste y el tutor u otros colaboradores docentes.
En fin, la evidencia apunta a que la identificación de las propias necesidades en la práctica clínica, la participación activa y la reflexión sobre sus progresos son clave para una formación eficaz y significativa2.