Sres. Directores: Los autores agradecemos la carta remitida por Ramentol Massana en la que hace algunos comentarios sobre nuestro estudio del impacto de la actividad laboral en el síndrome del túnel carpiano (STC) en atención primaria. Aunque estamos de acuerdo en gran medida con los argumentos que expone, quisiéramos hacer algunas aclaraciones.
Aunque en nuestro medio se presenta el STC con una incidencia alta, es evidente que como médicos de familia nuestra experiencia tiene que ser por fuerza limitada. Por lo tanto, no podemos desarrollar un listado de elaboración propia sobre las causas predisponentes del STC. En nuestro estudio, para realizarlo consideramos adecuado recoger diversas fuentes de autores con mayor experiencia, e incluir todas las enfermedades que en ellas se identificaban como predisponentes.
Respecto a la inclusión de la cervicoartrosis, compartimos la opinión de Ramentol de que teniendo en cuenta la patogenia del STC, difícilmente puede justificarse el que un proceso cervical desencadene esta enfermedad. Como referimos en el párrafo anterior, su inclusión se ha basado en un artículo monográfico de revisión publicado previamente en esta revista, en el que se recogía la cervicoartrosis como causa predisponente1. Por otra parte, nos pareció adecuado incluirlo, ya que el autor de dicho artículo es un profesional de reconocido prestigio en el tema, como lo demuestra su amplia experiencia en investigación sobre STC2. En cualquier caso, tras reflexionar sobre el tema pensamos que debería excluirse la cervicoartrosis como predisponente del STC.
En lo que respecta a la inclusión del hipertiroidismo, podemos utilizar los mismos argumentos, ya que en el mismo artículo se recoge como predisponente1.
Es lógico que, como señala Ramentol respecto a las causas secundarias al depósito de cristales, pueda producirse un STC por pirofosfato e hidroxiapatita. No se incluyó en el listado por no recogerse en la bibliografía manejada por nosotros. La bibliografía que aporta3, al ser muy específica y no estar incluida en los repertorios bibliográficos de manejo habitual, no nos fue accesible. Pensamos que estas dos variables deben ser tenidas en cuenta al valorar las causas predisponentes de STC.
Por último, agradeceremos una vez más estas sugerencias, que nos parecen de gran utilidad para mejorar el conocimiento de esta enfermedad de gran incidencia en nuestro medio.