Sres. Directores: Además del diagnóstico y el control del curso evolutivo de procesos tumorales malignos, la importancia de la determinación de la AFP reside también en su utilización como marcador de procesos hepáticos no malignos, entre los que figuran: portadores de superficie del virus de la hepatitis B (AgHBs), cirrosis, patologías hepáticas, etc.
En portadores (AgHBs) positivos, se ha descrito el riesgo potencial de estos individuos de padecer carcinoma hepatocelular, presentando además, la mayoría de estos individuos, niveles elevados de AFP1,2. El mecanismo de esta producción excesiva permanece aún desconocido, aunque autores como M.J. Kitau3 sugieren que probablemente sea debida a una rápida multiplicación de las células parenquimotosas del hígado lesionado, como resultado de una reversión hacia el estado embrionario. Conviene recordar que la introducción en Alaska del screening sistemático de AFP en pacientes portadores del AgHBs redujo en un año los casos fatales de carcinoma hepatocelular desde el 100% al 50%4.
Existe controversia, sin embargo, en torno al mayor riesgo de padecer cáncer hepático en aquellos pacientes portadores del AgHBs y que poseen el AgHBe (situación que se traduce en un aumento de los niveles de AFP por encima de los niveles normales), frente a los pacientes portadores del AgHBs y anti-HBe positivos. Mientras que autores como MJ Kitau et al3, en un estudio realizado en 108 portadores, observaron diferencias estadísticamente significativas en los niveles de AFP entre pacientes AgHBe negativos y AgHBe positivos y además, admiten, que los pacientes AgHBe positivos (sin el anti-HBe) presentan una mayor infectividad y un mayor riesgo de padecer cáncer hepático que los pacientes sin el AgHBe, autores como Liaw et al4,5, no observan diferencias significativas en los niveles de AFP entre pacientes AgHBe positivos o negativos.
Se han analizado mediante la técnica ELISA: sandwich en dos pasos6, los niveles de AFP en 93 individuos portadores crónicos del AgHBs del virus de la hepatitis B: 65 varones y 28 mujeres. Del total de 93 portadores: 22 individuos eran AgHBe positivos y 71 eran antiHBe (AgHBe negativo).
En los resultados obtenidos en este estudio se observa que del total de 93 pacientes portadores crónicos del virus de la hepatitis B, 10 mostraron niveles elevados de AFP (>7,00 UI/ml), lo que representa un 10,75% del total de la muestra analizada con hepatitis B crónica. Las características de los 10 pacientes analizados con niveles elevados de AFP figuran en la tabla 1.
Por otra parte, para comprobar si existía un mayor riesgo hacia la degeneración maligna en aquellos pacientes portadores del AgHBs y que fueran además AgHBe positivos, se realizó un análisis de la varianza de una vía para la variable niveles de AFP y el factor marcador serológico de infectividad (AgHBe y AntiHBe), no encontrándose diferencias estadísticamente significativas (p=0,4739) entre pacientes portadores de alta infectividad (AgHBs y AgHBe positivos) y pacientes portadores de baja infectividad (AgHBs y AntiHBe positivos).
Por lo tanto, si bien la determinación de AFP en pacientes portadores crónicos del AgHBs, podría servir de cierta utilidad en la detección del cáncer hepatocelular en sus estadios iniciales, cuando aun es potencialmente curable, la presencia del AgHBe o del anti-HBe en portadores no influye significativamente en los niveles de AFP detectados, no implicando, por tanto, un mayor o menor riesgo hacia la degeneración maligna.