Sres. Directores: Agradecemos el interés mostrado por nuestro trabajo1 y por las sugerencias recibidas, pero quisiéramos hacer algunas consideraciones en relación con ellas:
El tema de la carta sólo tiene una relación marginal con el objetivo principal de nuestro trabajo1, que es conocer la fiabilidad de la codificación del diagnóstico registrado en la hoja de consulta del programa informático SICAP. Es decir, analizar las discrepancias (variabilidad interobservador)2,3 que se producen cuando 2 médicos distintos codifican un mismo registro (motivo de consulta). No es un objetivo del trabajo estudiar la exactitud o validez3 del sistema de clasificación de problemas de salud y actividades del SICAP.
A lo largo de la historia de la medicina han surgido numerosas clasificaciones que inexorablemente han sido criticadas y modificadas. La CIPSAP-2 Definida4 ha sido revisada, lo mismo que ha sucedido con la CIE-9, dando paso a la CIE-10, la clasificación de los problemas de salud mental se ha visto modificada con la DSM-IV, etc. Por otra parte elaborar un sistema de clasificación de problemas de salud es una tarea compleja. Por ejemplo, para realizar la última revisión de la CIPSAP-2 Definida4 fue necesario un estudio experimental de las definiciones, en las que participaron 83 médicos de 12 países. Después del ensayo se modificaron 87 de las 282 definiciones originales, para reducir la variabilidad en la codificación. Se pretendía obtener una clasificación fácil de manejar ambulatoriamente y que permitiera establecer comparaciones fiables de la morbilidad atendida, en el nivel primario, en los diversos países. Pero, a pesar de todo, la discusión sigue hoy todavía abierta sobre cuál debería ser el sistema de clasificación utilizado para la recogida de la información en atención primaria, teniendo más partidarios aquellos que propugnan el empleo de la clasificación CIPSAP-2D y la Clasificación Internacional de Atención Primaria (CIAP)5 orientada hacia los episodios.
Por lo tanto, aceptamos las limitaciones que puede ofrecer la clasificación de los problemas de salud del SICAP y los sesgos de algunos códigos con distinto número, pero con literales solapados, en relación con las clasificaciones CIE-9 y la CIPSAP-2D, pero entendemos que los autores de la carta no han aportado datos o referencias bibliográficas sobre la validación de ninguna clasificación, siendo además discutible su propuesta de ampliar la clasificación de 4 o 5 dígitos, que sería mucho más compleja para quienes tienen pocos minutos diarios para codificar.
Desde la introducción del SICAP en los centros de salud en la Región de Murcia no se han producido cambios en la codificación del mismo, por lo que seguiremos utilizándolo a pesar de sus posibles limitaciones, para no poner en riesgo la comparabilidad de los registros de morbilidad existentes en los centros de salud (algo más de un millón), aunque estaremos atentos a cuantas modificaciones racionales se produzcan en el futuro.
Creemos que nuestro estudio continúa siendo útil para evidenciar la fiabilidad global de los registros de la morbilidad atendida y la actividad diaria de la hoja de consulta del SICAP.