Introducción. Las quinolonas son un grupo de agentes antibacterianos sintéticos relacionados estructuralmente con el ácido nalidíxico1. Atendiendo al espectro antibacteriano se clasifican en quinolonas no fluoradas o de primera generación (ácidos nalidíxicos, pipemídico y oxolínico), que tienen un espectro limitado y no alcanzan niveles sistémicos eficaces; fluoroquinolonas de segunda generación (ciprofloxacino, norfloxacino, ofloxacino y perfloxacino), con gran potencia frente a gramnegativos incluidas Pseudomonas, y fluoroquinolonas de tercera generación (levofloxacino y moxifloxacino), con actividad frente a microorganismos grampositivoso y gramnegativos y atípicos. Entre las precauciones que se deben tener en cuenta al prescribir este grupo terapéutico están el evitar la exposición solar prolongada por la fototoxicidad que ocasionan y restringir su uso en niños y adolescentes por la afección del cartílago de crecimiento2.
Caso clínico. Varón de 74 años que acudió a nuestra consulta al presentar de forma brusca dificultad a la deambulación por dolor en el pie izquierdo de 48 h de evolución que posteriormente se hizo bilateral. No refería ningún sobreesfuerzo físico ni traumatismo directo y no mejoró tras la toma de antiinflamatorios. En la exploración física no se observaba deformidad, hematoma ni inflamación en ambos tobillos, y destacaba el dolor selectivo en ambos tendones aquíleos, así como la limitación de la flexión dorsal del pie. Al repasar la historia clínica se comprobó que se trataba de un paciente alérgico a las penicilinas y asmático en tratamiento habitual con una inhalación cada 12 h de salmeterol 50 µg/fluticasona 250 µg, y que en ocasiones había necesitado pautas de corticoides por vía oral. Había sido tratado hacía 4 días por una reagudización asmática leve secundaria a una bronquitis aguda, para cuyo tratamiento se aconsejó doblar la dosis de los broncodilatodores y añadir moxifloxacino 400 mg/24 h/5 días. Ante la sospecha de una reacción adversa medicamentosa se cambió la antibioterapia, y desde entonces el paciente notó una mejoría progresiva de su cuadro clínico. El hecho se notificó al Centro de Farmacovigilancia.
Discusión y conclusiones. La tendinitis se considera un efecto adverso poco frecuente del grupo de las quinolonas que puede ocasionar rotura del tendón en el 31% de los casos. El tendón de Aquiles es el más afectado y hasta en un 50% de los casos la afección es bilateral3. La sintomatología aparece dentro de las primeras 2 semanas de tratamiento y cede espontáneamente al retirar la medicación, aunque hasta en un 11% de los pacientes puede persistir 2 meses después. Un número importante de pacientes suele ser anciano y/o recibe tratamiento con corticoides4.