Introducción. En los últimos años han aparecido nuevas quinolonas en el mercado con buen perfil de tolerancia, como el levofloxacino. Es un antibiótico de amplio espectro que ha demostrado ser relativamente seguro y con una larga vida media, lo que permite su administración una vez al día.
Caso clínico. Se trata de un varón de 50 años con antecedentes personales de hipertensión arterial y trasplantado renal desde 1987. Realiza tratamiento habitual con captopril 25 mg, tacrolimus, alopurinol, prednisona 5 mg, atenolol 50 mg, ácido ursodesoxicólico e indapamida. Acudió a la consulta por un cuadro de dolor agudo en ambos tendones aquíleos de 24 h de evolución que dificultaba la deambulación. Tres días antes había acudido a urgencias por un cuadro de fiebre, tos y expectoración que fue orientado como infección respiratoria, iniciando tratamiento con levofloxacino 500 mg. En la exploración presentaba dolor a la palpación de ambos tendones, sin signos flogóticos, y gran impotencia funcional. Con la sospecha de tendinitis secundaria a tratamiento con quinolonas se sustituyó el levofloxacino por un betalactámico, indicando reposo y tratamiento antiinflamatorio. A las 3 semanas el paciente refiere mejoría de la clínica.
Discusión y conclusiones. La tendinitis se menciona como un posible efecto adverso, estimándose una incidencia de 1 caso por 3.400 pacientes tratados. Se produce con más frecuencia en varones y la afección suele ocurrir en el tendón de Aquiles de forma bilateral. Casi todos los casos comunicados de tendinitis se relacionan con el uso concomitante de corticoides, la edad avanzada y la insuficiencia renal. La toxicidad directa sobre el tendón parece ser la patogenia más probable y afecta sobre todo a los tendones que soportan más carga, como el aquíleo, el tendón del cuádriceps y el del manguito de los rotadores. Cuando se sospecha esta lesión hay que indagar sobre el uso de quinolonas en los días previos y suspenderlos inmediatamente. El tiempo de recuperación se estima entre 3 semanas a 3 meses, en caso de que se produzca rotura tendinosa. La tendinitis asociada a quinolonas se describe como una reacción adversa poco frecuente, pero con la aparición de nuevas moléculas de una dosis diaria ha aumentado su uso y, con ello, la incidencia de efectos secundarios. Estos fármacos se deben evitar en ancianos, pacientes con enfermedad renal o cuando se toman corticoides.