dico adiestrado, procedente del hospital de referencia, administró el Mini-Mental State Examination (MMSE). Se calcularon: sensibilidad, especificidad, valores predictivos del TR (con intervalos de confianza [IC] del 95%), curva ROC y comparación del número de ítems. El MMSE es el «patrón oro».
Participaron 214 pacientes, de los que el 63,9% eran mujeres, con una media de edad de 76,7 ± 6,1 años. Los parámetros estudiados no evidenciaron diferencias significativas entre los distintos sistema estudiados, como se refleja en la tabla 1, y en el cálculo de la curva ROC tampoco se observaron diferencias significativas.
De los TR utilizados en la mayoría de las baterías de tests de valoración cognitiva se eligieron los sistemas de Thalmann (1996 y 2002), Shulman y Freedman, por su rápido y sencillo método de puntuación, mientras que los sistemas de Cacho «a la orden» y el de Méndez lo fueron por su puntuación más completa. La utilización del MMSE como «patrón oro» puede limitar los resultados, ya que el empleo de los criterios de demencia del DSM-IV podría ofrecer unos resultados diferentes en cuanto a la rentabilidad diagnóstica a los hallados en el presente estudio. Según los resultados obtenidos, no existen diferencias significativas en la clasificación dicotómica: normal o probable deterioro cognitivo, según el sistema de puntuación del TR utilizado. No obstante, hay que señalar que los sistemas más complejos, como los de Cacho o Méndez, tienen la ventaja adicional de que permiten clasificar el deterioro cognitivo en leve, moderado o grave.
Dado que no existen diferencias estadísticamente significativas entre los sistemas estudiados, en nuestra opinión la escala de Thalmann de 20026 sería la más adecuada para el ámbito de AP por su sencillez y brevedad.