Sr. Director: Hemos leído con gran interés la carta al Director «¿Realizamos adecuadamente la detección precoz del cáncer de cérvix uterino desde atención primaria?»1, en la que se evalúan los resultados del programa de detección precoz del cáncer de cérvix mediante la técnica de la triple toma utilizando bastoncillo para la recogida de la muestra endocervical.
Uno de los factores que pueden condicionar la eficacia de la citología cervicovaginal es la alta tasa de falsos negativos citológicos, que según algunos estudios oscila entre el 1 y el 55% dependiendo del grado de atipia celular2. A su vez, la inadecuada calidad y técnica de realización de la citología puede ser responsable de gran parte de los falsos negativos citológicos, muchos de ellos por ausencia de células de la zona de transformación o endocervicales. Por ello, y con la idea de aumentar la recolección de dichas células, se han ensayado durante la última década numerosos dispositivos, como el cepillo endocervical, que mejorarían la eficacia de la citología cervicovaginal. Sin embargo, y pese al debate existente, no hay pruebas de que se consigan mejores resultados diagnósticos de las citologías que contienen células endocervicales3. De hecho, en la última revisión del Sistema Bethesda realizada en 2001 se elimina la categoría relativa a las condiciones de interpretación denominada «citología satisfactoria pero limitada para diagnóstico», cuya principal característica era la ausencia de células endocervicales, y se recomienda que tal circunstancia se notifique en el informe citológico, pero sin limitar la condición satisfactoria de la muestra4.
En cuanto a los resultados obtenidos mediante el empleo de cada uno de los instrumentos, no existe acuerdo en la bibliografía. Bauman, en un metaanálisis, observó que existía un aumento medio del 22% en los frotis con células endocervicales cuando se usaba el cepillo junto con la espátula5. Otro metaanálisis publicado en 1996 por Buntix y Brouwers tuvo en cuenta todos los estudios controlados que comparaban los diversos instrumentos usados. Tomando como criterio de valoración la presencia o no de anomalías citológicas no se pudo demostrar la existencia de diferencias en la detección de estas anomalías cuando se empleó aisladamente la torunda, el cepillo o la espátula. Por el contrario, hubo mejoras significativas cuando se asociaron el cepillo o la torunda con la espátula. No se encontraron diferencias entre la combinación cepillo-espátula y la combinación torunda-espátula6.
Nosotros, en un estudio comparativo aleatorizado no publicado en la fecha de redacción de la presente carta, realizado con 595 mujeres que acudieron a tres consultorios de ginecología general y en el que se evaluaron tanto la calidad como la capacidad diagnóstica de la citología en función del uso del cepillo endocervical o la torunda de algodón, no fuimos capaces de demostrar diferencias entre ambos instrumentos. Teniendo en cuenta que los patólogos participantes no conocían la técnica usada, no se encontraron diferencias significativas entre los dos grupos sometidos a estudio en cuanto a la capacidad de detección de las distintas anomalías citológicas, el número de muestras con ausencia de células endocervicales o el porcentaje de citologías insatisfactorias o no valorables.
Por tanto, en nuestra opinión, si bien el cepillo endocervical es un instrumento de uso fácil, imprescindible en cuellos uterinos estenóticos y que debería estar disponible en todas las consultas, los esfuerzos para disminuir los falsos negativos y aumentar la calidad y eficacia de la citología deben centrarse en otras áreas.