Sres. Directores: El empleo de la estimulación eléctrica transcutánea, conocida como TENS (en inglés transcutaneous electric nerve stimulation), en el tratamiento del dolor crónico, ya conocido desde hace décadas1, se ha extendido desde el conocimiento de su mecanismo de acción2. Sin embargo, sus beneficios no han sido demostrados de forma inequívoca3, ni tampoco los parámetros que han de emplearse, si bien parece que cada individuo requeriría una frecuencia, intensidad y modo diferentes y propios3-5. Nuestro objetivo fue valorar la efectividad de la TENS como tratamiento coadyuvante del dolor crónico empleada de forma ambulatoria.
Se valoran de forma retrospectiva 19 pacientes con dolor crónico tratados con TENS, de forma ambulatoria, en nuestro hospital de día. En todos los casos habían recibido tratamiento previo por parte de la unidad al menos durante 3 semanas o se les había aplicado un tratamiento considerado correcto previamente a su llegada. Así mismo, se continuó el tratamiento médico en todos los casos, durante la realización de la TENS. Las edades estaban comprendidas entre 31 y 80 años con una media de 62 (DE: 15,16), 13 eran mujeres (68,4%), y 6 varones. En 5 casos (26,31%) se trataba de neuralgias postherpéticas, 7 (36,84%) lumbalgias crónicas y otros 7 casos eran otras etiologías. Atendiendo al tipo de dolor, el 58% (11 casos) eran dolores neuríticos y el resto (8 casos) tenían características de dolor mecánico. La duración del cuadro álgico previo al tratamiento con TENS oscilaba entre 2 y 120 meses (media: 36,6, DE: 38,6). El dolor en todos los casos fue considerado intenso (26,3%) o muy intenso (73,68%). En todos los casos se empleó el modo de pulsos durante una hora al día; las intensidaes oscilaron entre 10 y 45 mA (media: 29,73 DE: 10,20). Se completó el tratamiento en 16 casos (84,21%). En los casos en que no se completó fue por ineficacia, en ningún caso por efectos secundarios o intolerancia. De los 16 casos en que el tratamiento finalizó hubo mejoría en 14 (87,5% y 73,68% del total de casos) y en ellos el paciente consideraba que la realización de TENS había contribuido a dicha mejoría, coincidiendo con la valoración final de médicos y ATS. De los casos en que no hubo mejoría, a pesar del tratamiento completo o por abandono, tres eran cuadros de dolor mecánico (37,5%) y dos lo eran neuríticos (18,18%), sin embargo no existían diferencias significativas al comparar estadísticamente estas dos proporciones.
Como conclusiones destacamos las siguientes:
1. La TENS es una técnica inocua y barata que contribuye efectivamente al tratamiento del dolor crónico de intensidad moderada o grave.
2. Dadas las características previamente comentadas parece innecesario reservar esta técnica para las unidades especializadas, pudiendo aplicarse en el ámbito de la atención primaria, tanto en consulta como en el domicilio.