la adherencia de los pacientes con diabetes mellitus a sus tratamientos no es la deseable. No existen análisis que aborden el problema globalmente.
Objetivoproporcionar información actualizada sobre cómo la mala adherencia condiciona la evolución de la diabetes mellitus y multiplica el gasto; identificar causas y proponer soluciones.
Métodobúsqueda de consensos entre especialistas de atención primaria y hospitalarios con amplia experiencia clínica, para identificar causas y proponer soluciones.
Resultados y discusiónla falta de adherencia incrementa la morbimortalidad y el gasto de manera inaceptable. Las razones son múltiples, y atañen tanto a la administración como a profesionales y pacientes. Se proponen acciones realistas: empoderar al paciente mediante educación terapéutica, formación continua del profesional, establecer canales de comunicación fluida médico-paciente, coordinación entre ámbitos asistenciales y compromiso de las administraciones.
ConclusionesLa falta de adherencia continúa siendo un problema relevante. Se proponen recomendaciones factibles para superar este escenario.
The adherence of patients with diabetes mellitus is far from optimal. There are no studies addressing this topic globally.
AimTo provide updated information regarding the extent at which poor adherence influences diabetes mellitus patients' evolution and increases expenditure; to identify causes and propose actions.
MethodsPrimary care and hospital specialists joined to reach consensus regarding cause identification and specific recommendations.
Results and discussionPoor adherence unacceptably increases morbimortality and expenditure. Causes involve administrations, healthcare providers (HCPs), and patients. Realistic actions are proposed: therapeutic education for patient empowerment; continuous training of HCPs; setting up channels to facilitate fluent communication HCP-patient; improved coordination among care levels; commitment of administrations.
ConclusionsPoor therapeutic adherence continues to be a matter of concern. Realistic recommendations are proposed to overcome the problem.
Las opciones terapéuticas para el manejo de la diabetes mellitus (DM) se han incrementado en la última década. La introducción de fármacos antihiperglucemiantes no insulínicos, como los agonistas del receptor de GLP-1 (arGLP-1) o los inhibidores de SGLT2 (i-SGLT2), que proporcionan, además, beneficios adicionales, o el desarrollo de análogos de insulina ultralenta, han abierto un abanico de posibilidades para mejorar el control glucémico con tratamientos cada vez más personalizados. Los nuevos sistemas de monitorización continua de glucosa (MCG) y los dispositivos inteligentes de administración aportan ventajas adicionales. Sin embargo, la falta de adherencia terapéutica continúa constituyendo una limitación que impide extraer el máximo beneficio de estos avances. El insuficiente cumplimiento de los tratamientos conduce a un mal control glucémico, que precipita la aparición de complicaciones o motiva que estas se manifiesten con mayor gravedad, aumentando la morbimortalidad asociada a DM tipo 1 (DM1) y a DM tipo 2 (DM2), con el consiguiente incremento en el gasto sanitario1. Existe numerosa literatura que aborda este problema. Sin embargo, la mayor parte de estudios se centra en aspectos concretos y no resulta sencillo encontrar análisis globales. Esta revisión pretende identificar las causas que conducen a una adherencia deficiente y estudiar sus consecuencias clínicas y farmacoeconómicas. Los autores, apoyándose en su experiencia clínica y en la literatura existente, proponen una serie de pautas, dirigidas a profesionales de la salud y a pacientes, para reducir la magnitud del problema.
MetodologíaSe llevó a cabo una serie de búsquedas en la base de datos PubMed® (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/), empleando una serie de combinaciones de palabras clave, con filtros apropiados (Title-Title/Abstract-Publication date-Publication type) para identificar únicamente los artículos centrados en la problemática de la adherencia terapéutica en el manejo de la diabetes, especialmente en su influencia sobre el desarrollo de complicaciones y el gasto sanitario. Ante el alto número de trabajos potencialmente seleccionables, el cribado definitivo priorizó revisiones y metaanálisis que englobaran la mayor parte de los estudios de interés, publicadas preferiblemente en los últimos 5 años. No obstante, a criterio de los autores se incluyeron, asimismo, por su interés, revisiones más antiguas, estudios clínicos individuales y algunos trabajos citados por los inicialmente seleccionados que habían escapado al cribado inicial. El diagrama de flujo proporciona detalles de la búsqueda y selección definitiva (fig. 1).
Tras revisar y seleccionar la bibliografía y llevar a cabo el análisis pertinente de la evidencia disponible, se realizaron reuniones para acordar, por consenso de todos los autores, las pautas y recomendaciones finalmente seleccionadas.
ResultadosAdherencia terapéutica en España y en otros paísesLa Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adherencia terapéutica como la medida en la que el paciente cumple con las normas pautadas por el profesional sanitario, tanto en términos de tratamiento farmacológico prescrito como de hábitos de vida recomendados. A continuación, se resumen los datos más significativos. En el Material Suplementario se ofrece una exposición más detallada de los estudios más destacados.
Diabetes mellitus 1Los pocos estudios llevados a cabo en España revelan un incumplimiento próximo al 50%. A nivel internacional, la adherencia deficiente a la terapia insulínica ronda el 20–45%2. Existen deficiencias igualmente preocupantes en el seguimiento de terapias no antihiperglucemiantes como estatinas u otras encaminadas a reducir el riesgo cardiovascular (RCV), con abandonos del tratamiento a largo plazo en el 20–30% de pacientes3.
Diabetes mellitus 2En un estudio transversal se observó una tasa de no adherencia próxima al 35%; y otro, con participación de los propios pacientes, reveló que menos del 40% seguía estrictamente las pautas terapéuticas4. Los estudios multinacionales son más numerosos. Destaca el estudio GUIDANCE, con casi 8.000 pacientes, de los que solo la mitad conseguía mantener un control glucémico apropiado, siendo este inferior al 40% en Reino Unido e Italia. Una reciente revisión sistemática con más de 10 millones de personas con DM2 y antidiabéticos orales (ADO) desveló que la adherencia a estos era deficiente en el 46% de los casos. Existen asimismo resultados poco alentadores en relación con terapias no antihiperglucemiantes como estatinas, arGLP-1 o i-SGLT2, con cifras de adherencia deficiente tras 12 meses en alrededor del 25–60% de pacientes5.
InterpretaciónEl análisis de la adherencia a los tratamientos de DM1 y DM2 indica que el problema persiste, a pesar de las cada vez mayores opciones terapéuticas que podrían mejorar el pronóstico a largo plazo de los pacientes.
Causas que conducen a una deficiente adherencia terapéuticaLa figura 2 recoge las principales causas que contribuyen a una adherencia deficiente. Estas se exponen a continuación y se desarrollan adicionalmente en el Material Suplementario.
Falta de comunicación con los profesionales de la saludEn relación con los tratamientos, la carencia de información precisa acerca de las expectativas reales de mejora o acerca de posibles efectos adversos, podrían frustrar al paciente o constituir un obstáculo para la persistencia terapéutica, respectivamente. Existen estudios en España que ponen de manifiesto que la percepción de la enfermedad varía entre pacientes y profesionales de la salud6.
Inercia terapéuticaLa inercia terapéutica es la no intensificación del tratamiento, aunque no se esté controlando adecuadamente la glucemia. Existen estudios que asocian la mala adherencia con la inercia terapéutica, que motiva que el profesional no implemente nuevos tratamientos, aun pudiendo ser más eficaces y/o cómodos, lo cual puede obedecer, en ocasiones, al hecho de que algunos fármacos no estén financiados. El escenario es especialmente delicado cuando el nivel educativo de este le permite conocer la existencia de otras opciones farmacológicas. Tampoco se debe olvidar la importancia de la adherencia del profesional a las guías de referencia. Varios estudios relevantes en DM1 y DM2 han encontrado que el número de pacientes no tratados con arreglo a las pautas recomendadas supera frecuentemente el 25%, y podría llegar al 80%. También se han detectado deficiencias en la aplicación de protocolos recomendados para la detección temprana de comorbilidades7.
Falta de apoyo en el entorno más cercanoEl desinterés de familiares y amigos puede conducir a la desmotivación y hacer peligrar la adherencia8.
Nivel sociocultural, circunstancias personalesEl nivel cultural del paciente y su entorno es importante para conocer las consecuencias de un incorrecto cumplimiento del tratamiento. Otras características personales como edad, sexo o estado psicológico, también pueden condicionar la adherencia9.
Escasa satisfacción con el tratamiento prescritoCuando, una vez iniciado el tratamiento, la percepción de este comienza a ser negativa, por ejemplo, si se han generado expectativas poco realistas, la adherencia podría disminuir.
Trastornos conductualesExisten ideas equivocadas en relación con las insulinas. Aunque con poca frecuencia, en ocasiones pueden conducir a trastornos graves como la diabulimia, que es la omisión deliberada de la administración de insulina con la intención de controlar el peso corporal10.
Coste económico de la medicaciónCuando los costes se incrementan, disminuye la adherencia. El hecho de que, en algunos casos, los tratamientos no estén financiados, no solo puede conducir a la ya citada inercia terapéutica, sino que puede retraer al propio paciente11.
Pautas complejas de insulinaCombinar insulina basal y bolo empeora la adherencia en comparación con la observada cuando únicamente se emplea insulina basal12.
PolimedicaciónLa mayor complejidad en la frecuencia de dosificación, posología, vía de administración o combinación de tratamientos, no necesariamente, o no únicamente, insulínicos, juega en contra de la adherencia al tratamiento. Se ha observado una correlación inversa entre la complejidad de las terapias y la adherencia a estas13.
Consecuencias de la mala adherencia terapéuticaLa figura 3 pretende resumir las principales consecuencias clínicas de la mala adherencia, así como el impacto de esta sobre el gasto sanitario, una vez analizados los estudios más destacados que han abordado las consecuencias de este problema. En el Material Suplementario se aportan detalles adicionales sobre estos y otros estudios.
Consecuencias clínicasDiabetes mellitus 1
Las personas con DM1 no consiguen un control glucémico adecuado sin una buena adherencia a la insulina. En una cohorte de pacientes se demostró, tras 17 y 27 años, una disminución significativa de las complicaciones vasculares y de la mortalidad, respectivamente, si el control glucémico era correcto14. Una adherencia pobre a la insulina se ha asociado con problemas psiquiátricos en adolescentes. La mala adherencia a otros tratamientos, como las estatinas, incrementa las complicaciones cardiovasculares en pacientes con DM13.
Diabetes mellitus 2
El mal control glucémico en las personas con DM2 incrementa el RCV en una población con elevada comorbilidad. De hecho, este aumenta si se retrasa la intensificación del tratamiento, que las guías recomiendan incluso para pacientes recién diagnosticados. La mala adherencia conduce al deterioro cardiorrenal y posee consecuencias especialmente graves sobre los pacientes ancianos15.
La inercia terapéutica incrementa los periodos de hiperglucemia, con el consiguiente aumento del riesgo de complicaciones microvasculares y macrovasculares, y de mortalidad. Resultan, por ejemplo, alarmantes las consecuencias de la mala adherencia de algunos profesionales a las recomendaciones KDIGO para la detección precoz de la enfermedad renal crónica (ERC), que pueden condicionar un diagnóstico tardío, con el consiguiente reflejo sobre la mortalidad16.
Impacto sobre el gasto sanitarioEn 2021 existían 529 millones de personas con DM en el mundo, 61 millones en Europa. En la Unión Europea (UE), el coste anual del manejo del paciente con diabetes se estima en 3.086 dólares. En 2019, el gasto asociado a esta enfermedad fue de más de 189.000 millones de dólares, el 9% del gasto total en salud (https://idf.org/europe/). En una revisión de 13 estudios de DM2 se concluyó que existe una asociación directa entre la mala adherencia y el incremento de costes. El mayor gasto en fármacos de los pacientes adherentes se compensaba ampliamente con el ahorro detectado durante los años de evolución, 2.500 dólares por paciente y año17.
En el Reino Unido, la carga económica del mal control glucémico, considerando el coste del manejo de las complicaciones, más las pérdidas por improductividad laboral, llega a los 3.331 millones de libras18. En Francia y Alemania, el manejo de las complicaciones de la diabetes supone un incremento del gasto anual por paciente de 4.051 € y 5.725 €, respectivamente19.
En un análisis conjunto en el que se integraban datos de diversos países de la UE reveló que la mayor parte de los costes, entre el 40 y el 60%, eran achacables a la hospitalización, mientras que el gasto en medicaciones antihiperglucemiantes suponía la partida menos gravosa, entre el 6 y el 18%. Asimismo, se pudo comprobar que los costes en atención primaria aumentaban hasta 6 veces cuando se manifestaba alguna de las complicaciones de la enfermedad, y se concluía que la intensificación temprana del tratamiento era coste-efectiva20.
Adherencia y gasto sanitario en EspañaCaben destacar 4 estudios, 2 nacionales y 2 regionales, que, analizados globalmente, permiten una estimación precisa del coste sanitario del manejo de la DM, que está condicionado por la creciente prevalencia de la DM2. Los costes directos del manejo de la diabetes en 2013 ascendían a 5.100 millones de euros anuales, un 8% del gasto total en salud. Hasta 1.500 millones correspondían al manejo de las complicaciones. El gasto principal correspondía a la hospitalización, seguido de cerca por las medicaciones no antihiperglucemiantes, que triplicaban en gasto a la insulina y a los ADO. Menos gravosos eran los dispositivos y las visitas al médico de atención primaria u otros especialistas21–24.
DiscusiónLos resultados de los estudios analizados en la sección anterior permiten concluir que urge establecer pautas y recomendaciones para mejorar la adherencia terapéutica, así como habilitar los canales necesarios para conseguir su máxima difusión y utilización.
Acciones prácticas a implementar para mejorar la adherencia terapéuticaLos escenarios descritos permiten identificar ámbitos de mejora. Proponemos una serie de acciones, que consideramos factibles, para mejorar la adherencia terapéutica entre los pacientes con DM. En la tabla 1 también se las detalla pormenorizadamente.
Propuesta práctica de pautas para reducir el problema de la adherencia deficiente a los tratamientos de la diabetes mellitus
Agente | Barrera identificada | Acción propuesta |
---|---|---|
Administración/Proveedor de salud | ||
Limitaciones burocráticas, administrativas y organizativas | Optimizar el proceso de prescripción terapéutica | |
Revisar los procesos asistenciales | ||
Inercia y/o falta de actualización en IPT y recomendaciones de uso de fármacos | Actualizar con continuidad los IPT | |
Llegar a acuerdo de mínimos entre los diferentes sistemas de salud | ||
Falta de comunicación y/o transparencia hacia la población general | Organizar campañas informativas orientadas a mejorar la educación en salud de la población general | |
Establecer medidas regulatorias para garantizar el seguimiento terapéutico en los ámbitos laboral y educativo | ||
Equipo sanitario responsable | ||
Inercia terapéutica, mala adherencia a las guías de práctica clínica, ideas erróneas (mitos) | Garantizar formación continuada de calidad de todos los profesionales | |
Garantizar un tiempo de atención adecuado y adaptado a la complejidad de la persona con DM | ||
Programar adecuadamente el seguimiento, con arreglo a la complejidad y necesidades de la persona con DM | ||
Continuidad asistencial subóptima | Fomentar la formación en el ámbito de la AP, no solo entre los médicos de AP sino también entre el personal de enfermería | |
Fomentar la comunicación entre endocrinólogos del ámbito hospitalario y especialistas de AP | ||
Asegurar la puesta al día de la FAP en cuanto a opciones farmacológicas cuyo uso se aconseja tras el alta hospitalaria y transferencia a AP | ||
Asegurar que el paciente recibe siempre los mismos mensajes, independientemente del ámbito asistencial y del profesional implicado | ||
Establecer protocolos para garantizar la continuidad asistencial en situaciones delicadas: alta hospitalaria; transición pediátrica | ||
Condicionantes personales y/o sociales del paciente que pueden afectar al cumplimiento terapéutico | Proporcionar al paciente un ambiente «libre de culpa» | |
Incorporar a la práctica clínica herramientas para valorar experiencia y resultados de salud reportados por el paciente | ||
Aprovechar el recurso de la telemedicina para facilitar el seguimiento, la comunicación y la accesibilidad | ||
Paciente | ||
Incumplimiento de la pauta terapéutica, desmotivación | Empoderar al paciente mediante educación terapéutica para su participación activa en la toma de decisiones | |
Ideas erróneas (mitos) relacionadas con el tratamiento | Adaptar la comunicación al estilo y necesidades del paciente | |
Garantizar el acceso a una educación terapéutica de calidad | ||
Apoyar el asociacionismo de calidad | ||
Fármacos | ||
Alto coste económico asumido por el paciente | Agilizar las interacciones entre administraciones y sociedades médicas para considerar la financiación de fármacos de uso irrenunciable | |
Prescribir fármacos no financiados solo si constituyen claramente la mejor opción terapéutica, explicando al paciente el beneficio derivado de su uso | ||
Manejo complejo, pautas de dosificación complejas | Facilitar el acceso del paciente al uso de herramientas tecnológicas de ayuda para el cumplimiento terapéutico | |
Potenciar el uso de fármacos con pautas de administración más cómodas y flexibles | ||
Posible aparición de EA no graves pero molestos | Informar al paciente acerca de los EA, sin presentarlos como característica negativa del tratamiento y proporcionando pautas para su manejo |
AP: atención primaria; DM: diabetes mellitus; EA: eventos adversos; FAP: farmacia de atención primaria; IPT: informes de posicionamiento terapéutico.
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Existen limitaciones asociadas al proceso de prescripción terapéutica, entorpecido por la excesiva burocratización. La transformación digital está revolucionando la gestión sanitaria y podría contribuir a agilizar trámites y tiempos. La optimización de la prescripción pasa también por establecer criterios comunes entre administraciones, para evitar desigualdades en el acceso según el área geográfica.
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Conviene revisar los procesos asistenciales para garantizar una atención de calidad en el recurso asistencial apropiado, que permita que los profesionales puedan dedicar a sus pacientes el tiempo necesario y que asegure la continuidad asistencial.
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Se debe abordar el problema de los retrasos en las actualizaciones de los informes de posicionamiento terapéutico, que influyen negativamente sobre las recomendaciones de uso de fármacos por parte de las administraciones. Se deben promover los procesos de actualización continuada de dichos informes. Convendría alcanzar acuerdos de mínimos entre los diferentes sistemas de salud, para evitar las citadas desigualdades y la consiguiente confusión entre la población.
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Ante el extendido desconocimiento acerca de la DM1 y DM2, las administraciones deben jugar un papel formativo. Convendría valorar la difusión de campañas informativas orientadas a mejorar la educación en salud, para reducir la estigmatización asociada a la DM y derribar mitos sobre su manejo. La administración debe establecer medidas regulatorias para garantizar el seguimiento terapéutico en los ámbitos laboral y educativo.
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Ante la inercia terapéutica y mala adherencia a las guías de práctica clínica, resulta importante asegurar el acceso a una formación continuada de calidad para todos los profesionales, hospitalarios o de atención primaria, partícipes del proceso asistencial.
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Se debe garantizar un tiempo de atención adecuado y adaptado a la complejidad del paciente, tanto en las primeras visitas como en las posteriores de seguimiento.
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En las enfermedades crónicas, es importante la continuidad asistencial para disminuir el riesgo de complicaciones y reducir gastos a largo plazo. Para ello, conviene fomentar la formación de todos los profesionales que intervienen en el proceso. Deben existir canales de comunicación entre los especialistas de atención primaria y los hospitalarios. En esta interacción se deben establecer protocolos para garantizar la continuidad asistencial, especialmente útiles en situaciones como el alta hospitalaria o la transición pediátrica. Los especialistas de farmacia de atención primaria deben recibir actualizaciones sobre las novedades farmacológicas de interés para los pacientes tras el alta hospitalaria y transferencia a sus centros de salud.
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Las transiciones del hospital al centro de salud o de unidades de pediatría a unidades de adultos motivan que el paciente interactúe con profesionales de diferentes perfiles. Se debe llevar a cabo un esfuerzo de coordinación entre aquellos que, en un punto u otro, van a atender al paciente con DM a lo largo de su ruta asistencial, para que este reciba siempre los mismos mensajes en relación con el manejo de su enfermedad y con las expectativas de su tratamiento, y así evitar confusiones que puedan conducir a su desmotivación.
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El profesional debe estar atento ante condicionantes personales y/o sociales del paciente que puedan afectar al cumplimiento terapéutico. Deberá investigar proactivamente la adherencia, proporcionándole un ambiente «libre de culpa» para obtener respuestas sinceras. Podrá utilizar herramientas de telemedicina, que facilitarán el seguimiento y permitirán mejorar la comunicación y la accesibilidad.
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Los incumplimientos terapéuticos obedecen con frecuencia a una desmotivación del paciente. Esta podría estar causada por la «imposición» de tratamientos, si apenas se le proporciona información acerca de la justificación y beneficios esperables. Por eso, es importante facilitar su participación en la toma de decisiones mediante un proceso de empoderamiento en el que una buena educación terapéutica jugará un papel esencial.
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Se debe realizar un esfuerzo para desterrar ideas erróneas en relación con el tratamiento. Conviene adaptar la comunicación al estilo y necesidades del paciente, con modelos menos unidireccionales que permitan mejorar la comprensión de los mensajes. La educación terapéutica y fomentar el asociacionismo de calidad pueden contribuir a superar esta barrera.
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Existen barreras en relación con los fármacos elegidos por el profesional, especialmente cuando se prescriben a largo plazo, algo habitual en condiciones crónicas. Son obstáculos que atañen a las administraciones y a los propios profesionales. Resultaría conveniente agilizar las interacciones entre los servicios de salud y las sociedades médicas para considerar la financiación de fármacos con evidencia clínica suficiente para avalar los beneficios derivados de su uso, siempre y cuando no existan alternativas más asequibles. Únicamente en este escenario estaría justificada la prescripción de un fármaco no financiado por parte del profesional. En estos casos, debería realizarse un esfuerzo de comunicación para convencer al paciente del beneficio derivado de su uso.
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Existen fármacos cuya complejidad de manejo puede conducir al paciente al desánimo. Se debería, en lo posible, optar por fármacos cómodos y flexibles. La dosificación semanal debería primar sobre la diaria, y la administración oral sobre la subcutánea. Cuando no existan alternativas sencillas, el profesional debería facilitar al paciente herramientas tecnológicas para facilitar el cumplimiento terapéutico, como plumas o capuchones de insulina conectados con sistemas de MCG o sistemas automáticos de administración de insulina.
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No se debe olvidar la limitación que pueden suponer los eventos adversos como las hipoglucemias asociadas a insulina o los efectos secundarios gastrointestinales de los arGLP-1. Antes del inicio del tratamiento se debe informar pormenorizadamente al paciente acerca de dichos eventos, utilizando planteamientos constructivos, considerándolos no tanto un perjuicio, sino una constatación de que la medicación actúa y, en casos como el de los arGLP-1, haciendo énfasis en su carácter transitorio. La educación terapéutica emerge una vez más como condición indispensable para derribar falsas creencias acerca del uso a largo plazo de algunos fármacos.
La mala adherencia terapéutica continúa constituyendo una limitación en el manejo de la DM1 y la DM2, y tiene graves consecuencias, como son el aumento de morbimortalidad en estos pacientes. Existen muchas causas, entre las que destacan la inercia terapéutica, la incomprensión del entorno del paciente, las expectativas poco realistas en relación con el tratamiento, la complejidad de este, su coste económico, así como el acceso al mismo. Proponemos acciones concretas de las que cabría destacar la necesidad de proporcionar educación terapéutica que permita el empoderamiento del paciente, fomentar la comunicación entre pacientes y profesionales, mejorar la coordinación entre los ámbitos asistenciales y conseguir mayor compromiso por parte de las administraciones. La implementación de las propuestas contribuiría a reducir un problema que continúa contribuyendo a la aparición de complicaciones clínicas y al consiguiente incremento del gasto sanitario y aumento de mortalidad de estos pacientes.
FinanciaciónEste artículo ha sido financiado por Novo Nordisk. El financiador no ha participado ni en el diseño del estudio, ni en los análisis e interpretación de datos, ni en la redacción del texto, ni en la decisión de enviarlo a esta revista para su publicación.
Conflicto de interesesPedro José Pinés-Corrales ha recibido en el último año honorarios como ponente y/o consultor de Abbott, AstraZeneca, Boehringer-Ingelheim, Eli Lilly, Novo Nordisk y Sanofi.
Rocío Villar-Taibo ha recibido en el último año honorarios como ponente y/o consultora de Eli Lilly and Co, Novo Nordisk, Menarini, Astra-Zeneca, Mylan, Esteve, y Abbott.
Virginia Bellido-Castañeda ha recibido ayuda para proyectos de investigación de Abbott, Lilly, Novo Nordisk y Sanofi, y ha colaborado como ponente o consultora con Abbott, Astra Zeneca, Boehringer Ingelheim, Esteve, Lilly, MSD, Mundipharma, Novo Nordisk y Sanofi.
Ana María Cebrián-Cuenca ha recibido en el último año honorarios como ponente y/o consultora de Astrazeneca, Boehringer, Eli Lilly and Co, MSD, Novo Nordisk, Menarini y Esteve.