Mujer de 38 años sin antecedentes de interés. Acudió a nuestra consulta por presentar una lesión indurada de 6 meses de evolución en el cuarto espacio interdigital del pie izquierdo. Refería dolor y supuración purulenta ocasional, por lo que había recibido en 2 ocasiones tratamiento antibiótico con amoxicilina/ácido clavulánico 875/125mg durante una semana. Una biopsia superficial realizada con anterioridad había mostrado cambios inespecíficos. A la exploración física se observó un nódulo de 6mm, indurado al tacto, con exposición de fragmentos cortos de pelo en la zona central (fig. 1). La retirada de los fragmentos pilosos mediante una pinza dejó entrever el orificio de entrada a una cavidad quística (fig. 2). Reinterrogando a la paciente, refería ser peluquera de profesión y reconoció el uso de calzado abierto durante su actividad laboral. Se orientó como posible sinus pilonidal interdigital (SPI) y se procedió a la extirpación quirúrgica de la lesión, con resolución completa del cuadro. Se recomendó el uso de calzado cerrado durante su actividad laboral y la paciente no presentó recidivas en controles posteriores.
El SPI o tricogranuloma es una enfermedad profesional poco común que puede observarse en peluqueros, cuidadores de perros o lecheros1. Se debe a la exposición traumática repetida de pelo corto, rígido y afilado en las zonas interdigitales, con penetración del mismo a través de la epidermis2. La reacción inflamatoria crónica resultante provoca la formación de fístulas y cavidades quísticas rellenas de fragmentos de pelo y rodeadas por tejido de granulación1,2. Por lo tanto, a diferencia del clásico sinus pilonidal o quiste sacro, el SPI aparece en zonas anatómicas sin folículos pilosos, ya que su causa es pelo exógeno y no del propio paciente3.
El tercer espacio interdigital de la mano dominante es la localización más frecuentemente descrita, habiéndose reportado pocos casos en los espacios interdigitales de los pies4. Entre los factores que podrían contribuir al desarrollo de esta entidad se encuentran la humedad de la zona, el contacto repetido con productos agresivos (colorantes), el menor grosor de la epidermis en esta localización y la presión negativa secundaria al constante movimiento de los dedos (efecto succión)2,4.
El SPI suele ser asintomático3. Cuando el paciente busca atención médica suele ser por la aparición de dolor y supuración, generalmente causados por la sobreinfección de la lesión3. En este contexto, el diagnóstico diferencial incluye infecciones bacterianas y/o fúngicas, reacciones locales secundarias a mordeduras o picaduras y traumatismos1. Por ello es esencial una correcta anamnesis ya que, como en este caso, suele facilitar el diagnóstico.
Aunque la antibioterapia es útil en caso de sobreinfecciones y la extracción manual de los pelos permite en ocasiones una mejoría temporal del cuadro, el tratamiento definitivo requiere en la mayoría de casos la exéresis quirúrgica de la cavidad quística y los trayectos fistulosos4. Las medidas preventivas son imprescindibles, ya que la mayoría de los pacientes siguen estando expuestos en su entorno laboral. El uso de guantes, el lavado frecuente de manos y el uso de calzado cerrado en pacientes con profesiones de riesgo evitarán las recurrencias1,4.