La ecocardiografía speckle tracking bidimensional (EST2D) y la ecocardiografía tridimensional (E3D) han mostrado ser técnicas útiles en la valoración de la fracción de eyección y deformación miocárdica1–3. Sin embargo, las publicaciones previas no describen la factibilidad real, ya que los estudios son seleccionados de acuerdo a la calidad de la imagen, excluyendo aquellos cuya calidad resulta insuficiente3–5. El objetivo del presente estudio es analizar en sujetos consecutivos de la práctica clínica diaria la factibilidad de estas técnicas en la evaluación de la fracción de eyección y la deformación miocárdica (fig. 1).
Se trata de un estudio prospectivo en el que se incluyeron, desde septiembre de 2009 hasta enero de 2010, todos los pacientes consecutivos con estenosis aórtica severa, miocardiopatía dilatada y controles sanos, sin excluir los estudios con mala calidad de imagen, en los que la determinación de la fracción de eyección y de la deformación miocárdica pudiera resultar más compleja. En todos los sujetos incluidos se realizó la valoración de volúmenes y de fracción de eyección por EST2D y E3D y de deformación miocárdica por EST2D. Tras la recogida de imágenes se analizaron los distintos segmentos, registrándose el número de estudios o segmentos con calidad suficiente para obtener una evaluación fiable de la fracción de eyección por EST2D y E3D y de la deformación por EST2D. El análisis fue realizado por cuatro ecocardiografistas expertos y por un residente de cardiología. Se definió la factibilidad para la valoración de la deformación como la relación entre el número de segmentos con calidad suficiente para una evaluación fiable de la misma y el número total de segmentos; de igual modo, la factibilidad para la valoración de fracción de eyección se definió como la relación entre el número de estudios valorables y el total de estudios. Para la comparación de los distintos subgrupos se empleó el test de chi cuadrado, utilizando el test exacto de Fischer cuando fue preciso, considerandose significativos valores de p<0,05.
Incluimos 59 pacientes consecutivos, 24 con estenosis aórtica severa, 28 con miocardiopatía dilatada y 7 controles sanos. En cuanto al estudio del cálculo de función global, la factibilidad fue mayor, en general, para el análisis por E3D que para el cálculo de la fracción de eyección por EST2D (57/59 estudios [97%] frente a 51/59 estudios [86%], respectivamente; p=0,047). En cuanto a la factibilidad del análisis de la contractilidad regional, fue la deformación longitudinal la que obtuvo mayor número de segmentos valorables y por tanto interpretables, resultando esta observación estadísticamente significativa (deformación radial: 175/354 segmentos [49%]; deformación circunferencial: 192/354 segmentos [54%]; deformación longitudinal: 319/354 segmentos [90%]; p=0,02).
Podemos concluir que, para la valoración de función miocárdica, la ecocardiografía por EST2D y E3D son dos técnicas factibles. En cuanto al análisis de contractilidad regional, la deformación longitudinal es la más interpretable y menos influida por la calidad del estudio, en comparación con la deformación radial y circunferencial, que sólo podía ser interpretable en la mitad de la población estudiada.
En los ensayos previamente publicados para la valoración de la contractilidad regional se excluyen los estudios ecocardiográficos con calidad subóptima3–5. Por esto nuestro estudio, realizado con pacientes consecutivos de la práctica clínica diaria, sin excluir aquellos con malas ventanas ecocardiográficas, arroja una valiosa información para poder discernir la verdadera factibilidad de la técnica.