El uso de marcapasos epicárdicos transitorios tras cirugía de revascularización miocárdica es una práctica habitual en muchos centros por su seguridad y eficacia. Las complicaciones relacionadas tras la retirada de los mismos son inusuales pero graves, incluyendo hemorragia, taponamiento y muerte.
Material y métodosDescribimos el caso de un varón de 48 años sometido a cirugía de revascularización miocárdica. El postoperatorio inmediato transcurrió sin incidencias, siendo extubado a las 3h de la llegada a la unidad de cuidados intensivos (UCI) y no requiriendo uso de inotrópicos ni hemoderivados. Mantenía ritmo sinusal. A las 48h se retiraron los tubos de drenaje así como los electrodos de estimulación transitorios ventriculares epicárdicos. A los pocos minutos el paciente comenzó a inestabilizarse hemodinámicamente. Mediante ecocardiografía transtorácica se objetivó un hematoma que comprimía la cara anterior de ventrículo derecho junto con movimiento paradójico del tabique. Requirió reapertura esternal emergente en UCI, objetivándose zona de sangrado activo correspondiente al área de implante de electrodos transitorios. La evolución posterior fue satisfactoria, y el paciente fue dado de alta hospitalaria al décimo día.
ConclusiónEl uso rutinario de marcapasos epicárdicos transitorios en cirugía de revascularización miocárdica no está justificado en todos los pacientes, y deberíamos seleccionar aquellos que realmente lo precisen. Diabetes mellitus, arritmias preoperatorias y la necesidad de marcapasos en la salida de circulación extracorpórea son factores de riesgo para la necesidad de marcapasos en el postoperatorio inmediato.
La cirugía coronaria sin bomba estaría asociada a una menor necesidad de estimulación cardíaca.