«Respetar, no resecar» es un nuevo paradigma en la reparación valvular mitral basado en el empleo de neocuerdas. Presentamos una nueva técnica que facilita su empleo múltiple. Valoramos su seguridad y eficacia en un paciente con prolapso de todos los segmentos valvulares.
Material y métodosvarón de 58 años, disnea grado New York Heart Association (NYHA) II y síndrome de Barlow con prolapso marcado de ambos velos. Insuficiencia mitral grave (ORE: 0,48cm2). Fracción de eyección (FE): 60%. Durante la cirugía se confirma prolapso de todos los segmentos valvulares. Implante de 13 pares de neocuerdas (politetrafluoroetileno [PTFE] CV-4): 7 en velo posterior y 6 en el anterior. Cierre desgarro hendidura P2-P3 y anuloplastia (anillo CE Physio-II 34mm). Inserción de la neocuerda en el papilar correspondiente con punto simple, sin parche ni anudado. Remodelado del velo en «palo de hockey» tras insertar la neocuerda a lo largo de una amplia superficie del borde libre (el exceso de tejido se transfiere de la superficie auricular a la de coaptación). Repliegue de velos sobre el anillo y anudado de las neocuerdas sin acortamiento (longitud calculada sobre el nivel del anillo).
Resultadosausencia de regurgitación residual en la ecocardiografía intraoperatoria y posquirúrgica (3 meses). Gradiente transvalvular medio: 2,5 mmHg con área estimada de 2,6cm2. Ausencia de complicaciones quirúrgicas. Asintomático en el último seguimiento.
Conclusionesla técnica empleada facilita el uso extensivo de neocuerdas incluso en la reconstrucción completa de la válvula mitral. Al evitar el acortamiento de neocuerdas, permite la preservación del tejido y movilidad de ambos velos, logrando una reparación «más fisiológica».