Justificación: A pesar de los avances en el diagnóstico y tratamiento, la mortalidad de la endocarditis infecciosa (EI) continúa siendo elevada. Conocer la eficacia de nuevos antimicrobianos como la ceftarolina y el ceftobiprole, puede ser útil para plantear nuevos esquemas terapéuticos ya que podrían ser una opción interesante debido a su amplio espectro, que incluye microorganismos multirresistentes Gram positivos.
Objetivos: El objetivo principal ha sido evaluar la actividad in vitro de la ceftarolina y el ceftobiprole frente a una colección de cepas bacterianas aisladas de pacientes diagnosticados de EI.
Material y métodos: Se estudiaron todos los pacientes ingresados en un hospital de tercer nivel con el diagnóstico de EI entre enero de 2015 y diciembre de 2018. El diagnóstico se estableció siguiendo los criterios modificados de Duke. Los estudios se realizaron sobre muestras microbiológicas de sangre y/o válvula cardíaca conservadas y procesadas en el Servicio de Microbiología Clínica. Las bacterias fueron aisladas e identificadas por MALDI-TOF MS o fueron detectadas sobre muestra directa mediante amplificación por PCR del gen que codifica el ARN ribosomal 16S y la secuenciación posterior del amplicón generado. En todos los casos en los que se obtuvo crecimiento bacteriano, se determinó la concentración mínima inhibitoria (CMI) de la ceftarolina y el ceftobiprole utilizando tiras E-test o el Sistema Microscan. Los resultados fueron interpretados de acuerdo con las directrices del Instituto de Normas Clínicas y de Laboratorio (CLSI).
Resultados: Se diagnosticaron 162 EI (sólo un caso fue una infección polimicrobiana). 80 aislados bacterianos fueron recuperados y testados. Los datos correspondientes a los resultados microbiológicos, incluyendo las CMIs para ceftarolina y ceftobiprole se detallan en la tabla 1.
Microorganismo | N | Rango CMI (mg/L) Ceftarolina | Rango CMI (mg/L) Ceftobiprole | CMI50 (mg/L) Ceftarolina | CMI50 (mg/L) Ceftobiprole | CMI90 (mg/L) Ceftarolina | CMI90 (mg/L) Ceftobiprole |
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Enterococcus faecalis | 19 | 0.19–1.5 | 0.094–1,5 | 0.38 | 0.25 | 0,75 | 0,5 |
SAMS | 11 | 0.125–0.25 | 0,25–0,75 | 0.19 | 0,38 | 0.19 | 0,5 |
SAMR | 7 | 0.25–0.5 | 0,25–1 | 0.38 | 1 | 0.5 | 1 |
SEMR | 14 | 0.064–0.38 | 0,38–1 | 0.125 | 0,75 | 0.25 | 1 |
SEMS | 5 | 0.047–0.125 | 0,125–0,75 | 0.094 | 0,25 | 0.125 | 0,75 |
Staphylococcus lugdunensis | 2 | 0.125-0.25 | 0,5–1 | ||||
Staphylococcus hominis | 1 | 0.094 | 0,25 | ||||
Streptococcus agalactiae | 1 | 0.006 | 0,012 | ||||
Streptococcus anginosus | 1 | 0.004 | 0,012 | ||||
Streptococcus dysgalactiae | 1 | 0.003 | 0,016 | ||||
Streptococcus gallolyticus | 5 | 0.003–0.006 | 0,008–0,023 | 0.004 | 0,012 | 0.006 | 0,023 |
Streptococcus gordonii | 3 | <0.002 | 0,008–0,06 | ||||
Streptococcus oralis | 2 | 0.003–0.008 | 0,012–0,016 | ||||
Streptococcus sanguinis | 3 | <0.002–0.008 | 0,016–0,032 | ||||
Streptococcus parasanguinis | 1 | 0.032 | 0,25 | ||||
Aerococcus urinae | 1 | 0.023 | 0,094 | ||||
Pseudomonas aeruginosa | 2 | 4->32 | 1,5->32 | ||||
Aggregatibacter actinomycetemcomitans | 1 | 0.064 | 0,023 |
Conclusión: Los estudios in vitro han demostrado que ceftarolina y ceftobiprole tienen una excelente actividad contra bacterias Gram positivas incluyendo SAMR, estafilococos coagulasa negativos resistentes a la meticilina y Streptococcus. Nuestros datos lo confirman en cepas recuperadas de pacientes con EI. Sorprendentemente, han demostrado buena actividad in vitro contra Enterococcus (CMI90 0,75g/mL para ceftarolina y 0,5g/mL para ceftobiprole), a pesar de la resistencia intrínseca de este microorganismo a las cefalosporinas en general. Aunque el número de bacterias Gram negativas analizadas fue bajo, ambos antimicrobianos han mostrado buena actividad, excepto para Pseudomonas aeruginosa (como se esperaba dada su resistencia intrínseca al primero de ellos). Las cefalosporinas tienen gran actividad frente a bacterias del grupo HACEK; la única muestra de este grupo fue un Aggregatibacter actinomycetemcomitans que presentó una CMI de 0.064g/mL para ceftarolina y 0,023g/mL para ceftobiprole. Nuestros datos confirman que, debido a su amplio espectro, la ceftarolina y el ceftobiprole podrían constituir una buena opción dentro del tratamiento inicial de la EI, sin embargo, estudios de sinergia y ensayos clínicos in vivo son necesarios para confirmar su enorme potencial.