La cirugía reparadora de la válvula mitral ha llegado a un momento de madurez importante desde la primera valvulotomía realizada en el año 1923 por Elliot Cutler en el hospital de Birmingham en Boston 1, la valvulotomía digital por Suttar en Inglaterra en 1925, los primeros valvulotomos diseñados por Harken y Bailey en 1945 y varias tentativas de anuloplastia externa con suturas descritas por Bailey y Dávila en 1951 2. Todas ellas se realizaban en pacientes jóvenes muy seleccionados, en los cuales se lograba ganar algunos años de vida, pero con unas mortalidades que llegaban al 50%. No es hasta el inicio de la circulación extracorpórea en la Clínica Mayo por Gibbon y Kirklin3,4 que empieza la cirugía de reparación valvular abierta con las primeras anuloplastias (Lillehei 19565) y corrección de prolapso de velos (McGoon 19586). La cirugía mitral también abrió el inicio de la cirugía en las mujeres con Nina Braunwald, primera mujer en ser certificada por la Junta Americana de Cirugía Cardiotorácica y la primera en ser elegida por la Asociación Americana de Cirugía Torácica. ?En 1960, a los 32 años de edad, dirigió el equipo de cirugía en el National Institute of Health donde implantó la primera válvula mitral artificial exitosa sustituyendo una válvula de corazón humana que ella diseñó y fabricó.
Es en el año 1970 cuando el cirujano francés Alain Carpentier inicia la era de la reparación mitral “moderna” describiendo posteriormente en 1981 “The French Correction”, un análisis detallado de las lesiones con la clasificación funcional que lleva su mismo nombre. Propuso una norma con diferentes técnicas de reparación para cada tipo de lesión y estableció la anuloplastia mitral con anillos protésicos como método de remodelado idóneo para darle estabilidad a la cirugía7. En su técnica además describe las llamadas “reglas de oro”, que han logrado hacer que la cirugía reparadora mitral pase de ser una cirugía paliativa a una cirugía conservadora estable y duradera8,9.
En este número especial de la revista Cirugía Cardiovascular, como coordinador del Grupo de Trabajo de Reparación Valvular de la Sociedad Española de Cirugía Cardiovascular y Endovascular, hemos invitado a varios autores de prestigio nacional e internacional para hacer una revisión del pasado, presente y futuro de la cirugía valvular.
Veremos una revisión histórica muy amena del Dr JL Pomar junto con la iniciativa mostrada por nuestros antiguos maestros como el doctor JM Revuelta, mostrando los avances en la investigación en bio-materiales y procesos degenerativos de cuerdas en el seno de la investigación básica con aplicación translacional. Incluimos una revisión del estado de salud en relación con la insuficiencia mitral por la Dra. M. Sitges y una serie de recomendaciones sobre el estudio ecocardiográfico y el manejo anestésico por los Dres. Delgado, Vidal y Bartake. Contamos igualmente con la opinión sobre la relación del volumen y la calidad de la reparación valvular desde el punto de vista de un centro norteamericano (Dr. J. Castillo) y español (Dra. D. Fletcher). Se trata de temas relevantes en un momento donde se propugna la valoración integral del paciente por “los equipos del corazón” y la creación de centros de referencia CSUR en España, para un adecuado manejo de los pacientes. Esto ocurre en un tiempo donde las alternativas tecnológicas están evolucionando y necesitan ser contrastadas10–12.
De forma adicional, veremos revisiones realizadas por cirujanos expertos (Dres. J. Grau, C. Morales, D Monzón y A. Pinto) con experiencia en situaciones especiales de valvulopatía mitral como la miocardiopatía hipertrófica, la enfermedad de Barlow y la valvulopatía reumática. Por último, el Dr. D. Pereda reporta la experiencia en cirugía robótica en España.
Se trata de un número de la revista muy completo, de éstos para guardar, que será completado con otro número extraordinario con temas relacionados con la insuficiencia mitral isquémica, la reparación de la válvula tricúspide y la reparación de la válvula aórtica.