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Vol. 19. Núm. 3.
Páginas 279-281 (julio - septiembre 2012)
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La última: La introducción a la miseria
The last: Introduction to misery
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Carlos-A. Mestres
Autor para correspondencia
secretaria@sectcv.es

Correspondencia: FETCS Sociedad Española de Cirugía Torácica-Cardiovascular Príncipe de Vergara, 211, 10 E. Izquierda 28002 Madrid
Sociedad Española de Cirugía Torácica-Cardiovascular
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El recién elegido editor-jefe de la Sociedad Española de Cirugía Torácica-Cardiovascular (SECTCV), Fernando Hornero, ha tenido la amabilidad de solicitarme un breve comentario de despedida después de ocho años en este importante y prestigioso cargo de nuestra SECTCV. El relevo estatutario en este, como en cualquier otro cargo societario de cualquier sociedad, es obligado y beneficioso, ya que permite la incorporación periódica de caracteres, opiniones y conocimientos para mantener una dinámica de progreso del grupo y de sus individuos. En las sociedades científicas como la nuestra este beneficio tiene un destinatario último, el paciente, ya que no hay que olvidar que la cirugía tiene como objetivo el tratamiento y eventual cura de los procesos que requieren tratamiento quirúrgico.

En primer lugar, el editor saliente tiene como obligación reconocer a quienes han participado en el proceso durante el periodo en el que ha desempeñado unas funciones por encargo de la Asamblea General de la sociedad correspondiente. Por tanto, cualquier cosa que de positivo se desprendiere de los dos ejercicios previos son mérito de los que han contribuido con sus opiniones científicas, es decir, los autores, que son quienes aportan el conocimiento y, al contrario que en otros sectores de la sociedad, de forma desinteresada y altruista, porque aquí no trabajamos por dinero. Por otra parte, los revisores han dedicado parte de su tiempo ala revisión del material depositado en la SECTCV,lo cualconstituyeuna parte muy importante del proceso editorial; aun cuando se pueda aducir que no hay sistema perfecto en la evaluación de originales científicos, la revisión por pares se ha demostrado y consolidado como un sistema que no es malo y que permite la mejora sustancial de los artí-culos que se publican. Los miembros del Comité Editorial y del Comité de Redacción juegan, asimismo, un papel prominente en base a su experiencia y a sus contribucio-nes previas y actuales, y este editor se ha apoyado en ellos con el objetivo de mejorar y modular los contenidos de nuestra revista. En la Secretaría de esta SECTCV, la labor de soporte en todas las actividades relacionadas con nuestra publicación ha sido consistente y dedicada por parte de Pilar Gascón, con quien este editor saliente tiene deuda de gratitud. Asimismo, el papel de nuestra compañía editora, Publicaciones Permanyer, ha sido y es relevante en grado sumo por la calidad del trabajo en la edición y el soporte a nuestra SECTCV.

En segundo lugar, el editor saliente tiene la obliga-ción de pasar cuentas con la propia SECTCV y sus so-cios. El trabajo realizado está auditado por la propia SECTCV, y las actividades realizadas son públicas y los correspondientes informes están archivados en la Secre-taría y a disposición de todo aquel que los requiriese. La propia estimación del editor saliente no puede alcanzar, por definición, un grado de satisfacción elevado porque siempre hay lugar para mejorar y, con independencia de cotas asumidas como la estabilización en la frecuencia de publicación, el proceso de revisión por pares, el acceso a través de portales internacionales y otros, la sensación es de no haber podido avanzar más en búsqueda de un nivel superior. Las responsabilidades solo están en la parte del que abandona el cargo. La evaluación defi-nitiva queda, no obstante, en manos del lector, sabiendo el firmante que no todos los lectores se habrán formado una opinión positiva del trabajo realizado.

Finalmente, la despedida del editor saliente debe relacionarse con el momento histórico y su impacto en nuestra actividad. Hace ocho años vivíamos en el disfru-te de los supuestos mejores tiempos de la sociedad en general, en un país en expansión y respetado. Nuestra actividad florecía, con limitaciones como siempre con respecto a nuestro entorno europeo, y manteníamos nuestra ilusión en mejorar, lo cual se aplicó a nuestra revista. Poco o nada hacía presagiar la desintegración del sistema y la desaparición de los valores básicos de la sociedad. Hoy vivimos en la antesala, si no está ya establecida en muchos ambientes, de la pobreza y la miseria más absolutas. Ya lo hemos repetido en multitud de ocasiones. La consolidación del mileurismo como forma de compensación de cualquier actividad profesional y con tendencia a la baja, el hundimiento de la economía por la manipulación de unos, fuera del Gobierno, y por la incompetencia de otros, dentro de él, la mentira como fundamento del Estado y la degradación imparable de la sociedad y de sus sistemas configuran un triste y desolador panorama que es difícil prever cuándo cambiará, si es que lo hace.

¿Qué mejoría en la mejoría de qué recursos, para mejorar qué competitividad? Si eso es lo que manejan las empresas como concepto, las públicas y sobre todo las privadas, ¿cómo podemos competir si no hay recursos? Debemos recordar que en el sector de la salud partimos ya de un déficit crónico de financiación, ya que en comparación con otros países la porción del producto interior bruto que se dedica a sanidad en nuestro país es muy baja. No obstante, saldrán inmediatamente los expertos del sector a silenciar estas palabras con los argumentos de que aquí son superiores, basados en la treta digna de trileros de incorporar la parte privada. Pero es lo que hay y habrá que asumirlo no por imperativo legal, sino porque las decisiones excrementales se asumen por la fuerza. Por tanto, no recursos, no competitividad y no futuro. La sociedad se desintegra porque la educación no es prioritaria para los ejecutivos respon-sables, ya que es más fácil manejar masas iletradas Messi- o Cristiano-dependientes que grupos con opinión. Se acepta sin ninguna contemplación la obscena tasa de analfabetismo funcional imperante en la juventud española porque ello garantiza un futuro tranquilo a las generaciones futuras de gobernantes con dudosa preparación académica, como las actuales, y porque es más fácil ofrecer fútbol diario que organizar de forma decente la formación básica y avanzada de nuestros jóvenes. Si bien todavía no hemos llegado, que llegaremos, al nivel de asumir como normal que los niños y jóvenes sobrevivan en la calle inhalando pega o gasolina como ocurre en el setenta por ciento del mundo llamado no civilizado y que incluye gran parte de África y Sudamérica, entre otras regiones del mundo, la tendencia actual es la contracción y casi eventual desaparición de la clase media como motor del país, lo cual favorecerá las actitudes radicales y aún más el nepotismo como forma de regulación de la sociedad.

En el ínterin, el futuro de «Cirugía Cardiovascular» está asegurado. El nuevo equipo, dirigido por Fernando Hornero, es garante de la mejora de nuestra calidad, de la expansión de nuestra actividad científica y del mantenimiento de la dignidad profesional de los cirujanos en el entorno de pobreza moral en el que nos encontramos. Para finalizar, ha sido un honor y un privilegio servir a nuestra SECTCV como editor-jefe.

The recently appointed Editor-in-Chief of the Spanish Society of Thoracic-Cardiovascular Surgery (SECTCV), Fernando Hornero, has kindly asked me to produce a brief farewell comment after eight years of holding this important and prestigious position. The compulsory replacement in this, like any other society position, is mandatory and beneficial as it allows periodic incorporation of characters, opinions, and knowledge to maintain a positive individual and group dynamic. The benefit of this periodic update, in our case, reaches the patient as we must never forget that our ultimate goal is the cure of disease.

To start with, I as former Editor must pay tribute to those who participated in the process during this period as confirmed by the General Body Meeting of the SECTCV some time ago. Therefore, everything is fine in the hands of those contributing with scientific opinions, namely the authors, who bring to us their knowledge in an altruistic manner as we do not work for financial reward. In addition, we must acknowledge the reviewers who dedicated part of their time to oversee the submissions, this being a very important part of the editorial process; the peer review system allows for a substantial improvement of published papers. The members of the Editorial Board and Advisory Board also play a prominent role based on their experience and contributions. As Editor I relied on them to improve and modulate the Journal’s contents. At the SECTCV headquarters, the support of Pilar Gascón in all activities has been consistent and dedicated and I have a debt of gratitude to her. Finally, the role of our publisher, Permanyer Publications, has been and is highly relevant due to the quality in editing and the support for our SECTCV.

Second, as former Editor I am obliged to look at the accounting on behalf of the SECTCV and its members. The work done has been audited by the SECTCV itself and all activities are public; the corresponding reports are kept in the SECTCV archives and available to everyone. My own opinion cannot reach, by definition, a high degree of satisfaction as there always is room for improvement and, regardless of achievements, like stabilization in the frequency of publication, the peer review process, the access through international portals and others, my feeling is that I could have done more in the search for a higher level. The responsibilities for any inappropriateness are only on my side. The final evaluation remains in the hands of the reader, with my feeling that not all readers may have a positive opinion of the work done.

Finally, the farewell of this former editor has necessarily to be related with the historical moment we live in and its impact on our activity. Eight years ago we were enjoying our supposed-to-be best times as a society in general, in a country expanding and respected. Our activity flourished with some limitations as usual and still hoped to improve. Nothing could let us foresee the disintegration of the system and the elimination of the basic values of society. Today we live on the verge of poverty and misery. We have repeated it many times. The consolidation of low or ridiculous salaries (“mileurismo” or “thousand euros”) as a consistent form of compensation for any professional activity with the trend to get worse, the collapse of the economy due to manipulation by some outside government and the incompetence of others inside government, deception as the foundation of the state and an unstoppable degradation of the society and its systems depict a sad and devastating panorama that will stay with us for long time. Which improvement in resources, to improve which competitiveness? If this is what companies handle as concept, public and overall private, how can we compete if there are no resources? We must remember that, in the healthcare sector, we have a chronic financial deficit as, in comparison with other countries, the percentage of gross national product dedicated to healthcare in our country is small. However, the experts will immediately criticize these words with the argument that this percentage is higher, cleverly incorporating the private percentage as well. But this is what we have and these disastrous decisions will be implemented by force. Therefore, there are no resources, no competitiveness, and no future. The society is disintegrating because education is not a priority for the cabinets as it is easier to handle illiterate crowds than groups with a defined opinion. It is accepted with no hesitation that we have an obscene functional illiteracy among youngsters because this guarantees a relaxed future for the future generations of politicians with doubtful academic background, as in current times, and because it is easier to offer daily telecasted soccer than decently organize basic and advanced education of our juniors. If we still have not reached, although it will arrive, the situation of assuming as normal that children and teenagers survive on inhaling gasoline or glue, as happens in seventy-percent of the so-called non-civilized world including Africa and South America among other regions of the world, the current trends are towards the contraction and eventual disappearance of the middle class as the engine of society. This will favor radical attitudes and nepotism as a form of regulation of society.

In the meantime, the future of “Cirugía Cardiovascular” is guaranteed. The new team, lead by Fernando Hornero, will ensure the improvement of quality and also the expansion of our scientific activity and maintenance of our professional dignity amidst an entourage of moral poverty.

To finalize, it has been an honor and a privilege to serve our SECTCV as Editor-in-Chief.

Copyright © 2012. Sociedad Española de Cirugía Torácica-Cardiovascular
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